Departmento del Tesoro de Estados Unidos en Washington (1866)
Desde mediados del siglo 20, la metodología de Occidente para calcular la estadística y la prospectiva económica estuvo fundamentada en el paradigma de vida en los Estados Unidos, donde había surgido una enorme clase media que tenía acceso a todos los bienes y servicios aún con posiciones de trabajo muy modestas y se alardeaba, con fundamento en los hechos, de que el promedio de calidad de vida del norteamericano era el más alto del mundo, las familias en condiciones de pobreza extrema eran menos del 6% de la población total y la mayoría de los habitantes del mundo buscaban la manera de emigrar a ese país tratando de alcanzar un mejor nivel de vida. No obstante, el surgimiento de la política reaccionaria en tiempos de Reagan, llevó al gran País y a buena parte del mundo a la crisis actual al crear una industria bélica oficial con base en el Pentágono y desplazar a las fuentes de producción industrial y a la manufactura en general hacia las regiones de Asia Oriental donde los salarios eran muy bajos, no existían responsabilidades laborales, los requisitos fiscales eran mínimos y tampoco existían regulaciones ecológicas, de servicios sociales y de salud que fuesen una carga seria para los empresarios que iban abandonando con rapidez a los Estados Unidos.
La combinación de estos dos elementos fue destruyendo en los tres últimos decenios del siglo 20 gran parte de la enorme riqueza acumulada por el Departamento del Tesoro desde el fin de la Segunda Guerra y transferida a unos cuantos millonarios que se instalaron en el rentable e intocable negocio de las guerras planificadas en lugares remotos donde se empleaban gran cantidad de energéticos, de armas, de mercenarios y de empresarios que daban servicios de seguridad privada, de salud, de alimentación, de diversión y hasta de drogas y prostitución a las filiales o socios de las empresas bélicas que se financiaban con el dinero del Estado. Sin excepción, todas las guerras que se realizaron desde 1950 fueron planeadas por los empresarios bélicos del Pentágono y tuvieron un gran costo para el erario norteamericano, sin que haya habido un solo jefe político que lo denunciara desde que lo hizo el General Eisenhower cuando llegó a la presidencia de los Estados Unidos.
Al mismo tiempo que la industria bélica se convertía en el principal negocio de unos cuantos millonarios que eran militares o funcionarios públicos, se multiplicaba y fragmentaba la industria cibernética y de la hipermedia en general, resurgía la industria del espectáculo con nuevos escenarios virtuales, crecían los grandes negocios derivados de quiénes proporcionaban al pueblo los servicios de educación privada, el negocio de los deportes, los concesionarios de servicios de mantenimiento y limpieza de edificios y lugares públicos, los servicios de salud públicos y particulares, los productores de las drogas medicinales, quiénes proporcionaban el aseguramiento público y privado de las personas, más la infinidad de negocios relacionados con los productos y servicios para la vida doméstica. Por desgracia todo se automatizaba y rápidamente desaparecían las industrias con base en la mano de obra que eran absorbidas y liquidadas por el Estado, mientras la mayoría de ellas seguían desplazándose hacia el extranjero o se concesionaban a empresas foráneas, como en los casos de los automóviles, la industria aérea y la siderurgia.
El hecho real fue que de una nación rica y superavitaria, a mediados del siglo 20, los Estados Unidos se convirtieron en uno de los países más endeudados del mundo – aunque conservan gran parte del dinero que circula en el mundo -que son acusados de haber causado decenas de millones de muertos en sus expediciones neocolonialistas y de estar propiciando una inicua repartición de la riqueza en el mundo que ha generado la cantidad de personas viviendo en niveles de pobreza extrema más alta de toda la historia.
Con el afán perverso de evitar la lectura de esta terrible realidad, hace apenas unos días, el Fondo Monetario Internacional publicó un informe denominado ‘Perspectivas de la Economía Mundial’ en donde reconoce haber estado utilizando una metodología incorrecta para elaborar sus estadísticas y pronósticos para el crecimiento económico durante los últimos años, ya que no tomaba en cuenta las ‘paridades del poder adquisitivo’ de los diferentes países del mundo y sólo se consideraba lo que sucedía en los Estados Unidos.
Utilizando el viejo método, las economías avanzadas generan 45,533 billones de dólares que representan el 61% de la riqueza total generada en el mundo, mientras que las economías rezagadas solo generan 29,166 billones de dólares que representan el 39%. Con el nuevo método de la ‘paridad del poder adquisitivo’ (PPA) el nuevo PIB mundial asciende a 101,934 billones de dólares contra 89,950 del viejo método y solo el 43.6 % corresponde a las economías avanzadas y el 56.4 % a las rezagadas. Aunque en el 2013 los Estados Unidos conservan el primer lugar mundial con un PIB de 16,768 billones de dólares China se revalúa hasta llegar a 16,149 billones de dólares para ser la segunda economía mundial y se calcula que en el presente año ya será la mayor economía del mundo con 17,632 billones de dólares contra 17,416 de Estados Unidos y 7,277 de la India. Mientras que México alcanzaría el lugar 11 con un PIB de 2059 bdd en el 2013, y casi la misma cifra para el 2014.
Al hacer los cálculos del PIB per cápita sin utilizar las paridades del mercado Luxemburgo conserva el primer lugar mundial con 112, 473 dólares, luego Noruega con 100579, Qatar con 98,986 y México se va al lugar 65 con 10,650 dólares – con pésima distribución entre sus pobladores – China se va al lugar 83 con 6959 dólares y la India al 146 con 1510 dólares per cápita, aunque con una mejor distribución. Utilizando el nuevo método del PPA en el mismo 2013 Qatar ocupa el primer lugar por alto ingreso y bajo costo de la vida con 145,894 dólares per cápita, le sigue Luxemburgo con 90,333 dólares y Singapur con 78,762 dólares. Mientras México se va al lugar 66, China al 89 y la India al 125.
Adenda: Es obvio que la idea de aplicar una nueva tecnología para elaborar la estadística y la prospectiva económica que aparenta beneficiar a las naciones rezagadas obedece al claro deseo de los Gobiernos de las naciones ricas para no cambiar el actual modelo financiero que facilita y legitima el enriquecimiento de quiénes ya son ricos y dificulta la posibilidad de sobrevivir a quiénes están en el nivel más bajo de la escala social.