El Wall Street Journal muestra en su primera página como candidato estrella al telegénico Enrique Peña Nieto en la elección presidencial de México. Le dedica, además, toda una página interior para exaltar su carrera como hábil y carismático político, equivalente a uno de los personajes de los cientos de telenovelas con que Televisa, su patrocinadora, ha hipnotizado por no decir embrutecido al pueblo mexicano. Se olvida el diario norteamericano de perfilar a EPN como hombre poco instruido que fuera de sus estribillos de campaña está ayuno de cultura y conocimentos, tampoco menciona que es un cleptócrata tapadera del exgobernador del estado de Mexico Aruro Montiel y sobre el cual ronda la sosprecha de haber estado involucrado en la muerte de su exesposa además de su supuesta proclividad a violentarse con sus compañeras sentimentales.
El diario estadounidense olvida que Warren Harding, el presidente mejor parecido de la Unión Americana con un look de Rodolfo Valentino y el cerebro de un chorlito, fue el peor presidente de los Estados Unidos y se rodeó del gabinete más corrupto de todos los tiempos, artífice del Cronny Capitalism al estilo Slim, Salinas de Gortari, Calderón, Televisa. Seguramente los tentáculos de Televisa han llegado hasta el WSJ pues se dice que en su yate de 175 millones de dólares Azcárraga Jean socializa con los dueños de WSJ para empatar con Slim la asociación de este con NYT, lo cual, según algunos informadores, estaría en línea con la supuesta compra secreta por Slim de El Grupo Reforma que parece haber cambiado su linea editorial para apoyar a AMLO desde hace siete meses momento en que se dio dicha compra.
Como ya lo había mencionado Denis Dresser en una editorial (del diario Reforma) hace casi un año la lucha entre Televisa y Slim por controlar las comunicaciones en el país continúa, y parece ahora extenderse allende nuestras fronteras. Estos acontecimientos son de un gran peligro para la imperfecta democracia de nuestro país, pues en países con pesos y contrapesos bien establecidos en el ámbito legal como Gran Bretaña, se dio el lastimoso caso de una asociación poco transparente y transgresora de normas entre el hijo del magnate de la media mundial, Rupert Murdoch, y los últimos dos primeros ministros Británicos Gordon Brown Y David Cameron.
¿Estaremos de nuevo excluidos los mexicanos en estas elecciones que parecen depender de monopolios como Telmex Y Duopolios como Televisa y Azteca? Lo más triste es que intelectuales como José Woldenberg que tiene gran prestigio como académico y fue el primer presidente del IFE, ayer, en una entrevista con el parafranero de Azcárraga, Joaquín López Dóriga, manifieste que es imposible el fraude en la elección del domingo, cuando ya se dio durante toda la campaña manipulando encuestas como la de Reforma que publicó hace un mes y medio y en donde mencionaba que la diferencia entre EPN y AMLO era sólo del 4%. En fin, los mexicanos agachones y corruptofílicos tendremos lo que nos merecemos: un presidente con buen look pero sin esencia ni ética.
(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)