La mayor parte de la crisis de desempleo en los Estados Unidos se debe a que los republicanos han aportado políticas que bloquean la reinversión en los negocios y la creación de empleos, ya que pretenden revivir sus viejos prejuicios que sirven a los intereses de los grandes hombres de negocio pero no tienen ninguna conexión con la realidad.
En sus violentos discursos señalan a Obama como responsable de la falta de empleo cuando los hechos señalan todo lo contrario. El argumento repetido hasta la saciedad por los líderes republicanos es que los empresarios tienen miedo a los altos costos de las regulaciones laborales y fiscales.
A esta irracional actitud se añade la de los economistas conservadores y la de los funcionarios de la Reserva Federal, quiénes se resisten a cualquier cambio en sus actuales normatividades con el pretexto de ayudar a la empantanada economía estadounidense.
El argumento fundamental de quiénes piensan que las políticas contra los empresarios están lastimando a la economía se sustentan en que el comportamiento de la recuperación de la economía después de una recesión es algo sin precedentes en la historia de los Estados Unidos.
No obstante, Lawrence Mishel del Economic Politic Institute señala que en los archivos de esta organización no gubernamental existen documentos que demuestran que esa consideración es totalmente falsa, ya que ha ha habido períodos pronunciados de recuperación sin empleo después de algunas recesiones durante las últimas dos décadas, aunque en algunos casos dichas recuperaciones han sido mejores que otras.
Krugman opina que la mayoría de las crisis financieras son casi siempre seguidas de un período de crecimiento lento y de acuerdo a las experiencias en los Estados Undos, lo que ahora sucede coincide con lo que se debiera esperar tras el colapso del 2008.
No existe nada raro – dice Krugman – en el hecho de que los negocios estén logrando grandes utilidades y obteniendo en consecuencia gran liquidez que no la están reinvirtiendo para expanderse, ni para generar más empleo.
Resulta más o menos obvio que los empresarios no pretendan expanderse, puesto que actualmente no están utilizando el cien por ciento de su capacidad instalada y sus consumidores están disminuyendo su nivel histórico de consumo. La praxis de los empresarios ha sido la de responder siempre a la situación económica del País, por lo que no debe sorprender que ahora exista poca inversión.
En el pasado, los empresarios de todos los niveles socioeconómcos siempre se han quejado por las regulaciones laborales, ecológicas y fiscales, pero su situación de ahora no constituye algo excepcional, sino que está siendo distorsionada e hiperbolizada por los republicanos con una visión retrógrada de la ideología conservadora de sus partido.
La National Federation of Independent Business ha estado investigando a las pequeñas empresas por más de 40 años, tratando de diagnosticar sus problemas torales y ahora señala que aún cuando los impuestos y las regulaciones gubernamentales han estado siempre en el lugar primordial de sus intereses, ahora mismo el problema fundamental son las bajas ventas y no el miedo a las normas del Gobierno.
No obstante, los líderes políticos republicanos que siempre han protegido a los intereses de los empresarios ricos reiteran ahora que la base de la recuperación económica del presente tiene que sustentarse en una sobreprotección de los grandes empresarios.
Pero la realidad, lo que ahora sucede en la economía norteamericana es que los partidos políticos buscan imponer sus conceptos a través de opiniones difusas sobre controvertidos espacios de temas económicos, más nunca había sucedido en la historia política de los Estados Unidos que un partido estuviese tan fuera de la realidad como ahora sucede con los republicanos.
Esto refleja que existe un ensanchamiento en el número de los ciudadanos simpatizadores del conservador partido republicano que contrasta con la reducción y aislamiento de su universo intelectual. Probablemente debido a que grandes sectores de estos ciudadanos rechazan la aplicación de la ciencia a los procesos económicos, y todavía no han podido aceptar hechos tan ampliamente comprobados como los de las teorías evolutivas del universo, por lo que no se puede esperar que haya racionalidad ante esta caótica situación de la crisis actual.
Es por demás obvio que esta involución del conservadurismo republicano refleja la necesidad práctica de intentar traspasar a Obama todo lo malo que ahora existe en la economía estadounidense, sin importar, ni considerar que el fenómeno de la explosión de la burbuja financiera que causó la crisis del 2008 y se extiende hasta el presente, fue ocasionada por un gobierno republicano ultraconservador que desató la guerra discrecionalmente con un alto costo para las finanzas del Gobierno que han repercutido en las economías de todo el mundo.
Lo cierto es que la economía estadounidense está aún en crisis debido a que no existen regulaciones para el capital financiero desde hace 12 año – en 1999 Clinton derogó la Ley Glass Steagall que trataba de controlar al capital financiero – y ahora los republicanos pretenden reproducir y multiplicar los errores ocasionados por el Gobierno de Bush. Por lo que el futuro de la gran nación norteamericana sufre ahora un alto grado de riesgo.
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