Reseña de “El Colegio Civil”, de Alfonso Elizondo. Parte II.

En esta segunda parte del relato “El Colegio Civil” de Alfonso Elizondo, se profundiza en la transformación cultural y educativa impulsada por la Universidad de Nuevo León bajo la dirección de Raúl Rangel Frías. El pasaje se centra en la visión progresista de la universidad, el desarrollo de las artes y humanidades, y la experiencia personal de Adrián en este entorno enriquecido.

El fragmento describe cómo la Universidad de Nuevo León se esforzó por inculcar en los jóvenes los valores y las ideas de la Ilustración, con el objetivo de construir una base sólida para la educación y la cultura en la región. A pesar del retraso histórico en comparación con otras regiones de México, este proyecto fue ambicioso y significativo, buscando integrar la enseñanza de la cultura humanística y artística de Francia, considerada en ese momento como líder cultural de Occidente. La creación de facultades y departamentos dedicados a las artes y humanidades, incluyendo la importación de un maestro emérito de la Sorbona, refleja el compromiso de la universidad con la educación integral y de alta calidad.

Bajo la dirección de Rangel Frías, la universidad no solo se convirtió en un centro académico, sino también en un semillero de artistas y humanistas. La publicación de periódicos y revistas, así como la formación de grupos teatrales y literarios autónomos, subraya la efervescencia cultural y creativa de la época. La mención del “Teatro de Revista” como una influencia del cine de Hollywood de los años cincuenta ilustra la interacción entre la cultura local y las influencias extranjeras.

El personaje de Adrián, inmerso en este ambiente culturalmente rico, se muestra sorprendido por la prominencia de las artes plásticas en comparación con otras formas de arte. Su dificultad para comprender la popularidad de un medio de expresión que percibe como carente de racionalidad resalta el contraste entre la lógica académica y la expresión artística. El éxito de los artistas plásticos regiomontanos, apoyados por figuras emblemáticas como Diego Rivera y Siqueiros, refleja la relevancia y el impacto de esta forma de arte en la cultura mexicana.

Este segmento del relato de Elizondo ofrece una mirada detallada a la evolución cultural y educativa en Nuevo León durante un período crucial, destacando la importancia de la universidad en la promoción de la cultura y las artes. La experiencia de Adrián sirve como un vehículo para explorar las tensiones y sinergias entre diferentes formas de conocimiento y expresión artística, proporcionando una reflexión sobre el valor y la percepción de las artes en la sociedad.