Las grandes crisis sanitarias siempre han cambiado la planificación urbana. La crisis del Covid-19 reveló ciertos males de los espacios urbanos y las desigualdades sociales y espaciales. Han sucedido una serie de certezas empezando con el dogma de la densidad.
Según el geógrafo Michel Lussaultt, algunas ciudades y barrios muy densos se han librado más que otros mucho más escasos. Esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto las carencias de la excesiva polarización funcional de las ciudades. Totalmente diseñadas para el automóvil, las estructuras urbanas están zonificadas colocando las diferentes características de la ciudad a distancias significativas entre sí y difíciles de superar a pie o en bicicleta.
El filósofo de la vida urbana Thierry Payuot señala que la evolución de la ciudad actual es necesaria y hay que aspirar a una ciudad policéntrica. Para un número creciente de ciudades de todo el mundo la respuesta está en la ‘ciudad del cuarto de hora’ en la que se encontraría cerca de su casa todos los servicios esenciales.