Los expertos señalan que la Revolución Industrial fue el punto de inflexión cuando las emisiones de gases de efecto invernadero enviadas a la atmósfera empezaron a dispararse.
El crecimiento de la población fue otro elemento básico. En 1750 había una población en el mundo de menos de 800 millones de habitantes y actualmente hay más de 7,500 millones. El aumento en la demanda y producción de energía a través de combustibles fósiles ha causado que el planeta haya entrado en el Antropoceno que es la nueva era geológica motivada por el impacto del ser humano en la Tierra.
El principal resultado ha sido el aumento de la temperatura global del planeta que desde entonces ha sido de 1.1°C y se estima que será mayor al final del siglo aun cuando se cumplan los compromisos de los países de reducir las emisiones.
Este aumento global de las temperaturas trae consecuencias desastrosas que ponen en peligro a la flora y la fauna de la Tierra y al ser humano. Los impactos del cambio climático que destacan son el derretimiento del hielo en los polos que provoca aumento en el nivel del mar, lo que produce inundaciones que destruyen los litorales costeros y algunas islas. Aumentan los fenómenos meteorológicos más violentos, sequías e incendios.
Hay muertes de especies animales y vegetales, se desbordan lagos y ríos, aparecen ‘refugiados climáticos’, se destruyen medios de subsistencia y de los recursos económicos.