Totalmente al margen de los resultados de las elecciones presidenciales de hoy 3 de noviembre, la enorme división interna de la sociedad estadounidense ya no podrá detenerse debido a que el supremacismo blanco, la destrucción de la sociedad aborigen que existía, el crecimiento de la población de migrantes de diversas etnias y la desaparición de la esclavitud han dividido por completo a la sociedad estadounidense, han destruido su estructura social, política y económica y han creado una sociedad dividida en la que no hay respeto entre las personas y se ha creado un individualismo brutal donde nadie es capaz de respetar sino a su propia persona y si acaso a sus familiares más cercanos.
En el ámbito internacional, Estados Unidos ha perdido su liderazgo bélico, económico y diplomático, ya que ha sido apabullado por China en su guerra comercial, se ha separado de sus amistades en Europa, en el Medio Oriente y en el ámbito del Pacífico Oriental, donde tiene aún instaladas sus bases militares más importantes y costosas.
Tuvo gobernantes muy astutos y ambiciosos que aprovecharon las oportunidades que crearon la Primera y la Segunda Guerra Mundial, pero no hay duda de que ahora mismo enfrentan una caída catastrófica que nada ni nadie podrá detener.
Por si fuera poco todo lo anterior, Estados Unidos ahora enfrenta un terrible cambio climático que inhibe su producción agrícola y trata de resolver todo este conflicto actual con una fuerza bélica obsoleta, con una serie de fallidas rutas comerciales y con una diplomacia que está dirigida por Trump, el presidente más torpe de su historia que además es un psicópata narcisista que sólo sabe provocar y mentir.