Las elecciones de segunda ronda en Francia, durante el pasado domingo 6 de Mayo han permitido entender a todo el mundo que aún existe la posibilidad de vivir en paz y libertad justo en el momento histórico cuando el fascismo y la ultraderecha se estaban apoderando de todas las naciones del Planeta.
He tenido el privilegio totalmente fortuito de haber vivido esta histórica jornada en carne propia y he podido disfrutar el renacimiento político de una juventud carismática que parece repetir la conducta maravillosa de cuando realizó la revolución de terciopelo en 1968. Ahora mismo se podrían repetir las palabras de Charles de Gaulle: ” los jóvenes nunca podrán equivocarse porque a ellos pertenece el futuro de la sociedad humana “
Esta nueva ” revolución ” silenciosa se lleva a cabo con un proceso de votación tumultario en el que participan poco más del 80% de los electores sin que se reportase un solo incidente de violencia o de acciones ilegales de parte de ninguno de los partidos participantes, de las autoridades que sancionaban los procesos electorales, ni de los medios de comunicación masiva que informaban de los hechos.
Sólo hacia finales de la jornada electoral, cuando las encuestas de salida de las urnas ya arrojaban un triunfador “de facto” se empezaron a escuchar las bocinas de los carros, los cánticos de triunfo y las voces de los porristas. No obstante no existió un solo caso de violencia o de violación al orden público que generase la movilización de las fuerzas policiales.
Con el adecuado uso de la normatividad electoral y con la ayuda de las nuevas tecnologías digitales, la jornada electoral dominical en Francia fue quizás, el evento político más hermoso del mundo en los últimos 50 años. No podría decirse lo mismo de los procesos electorales de Grecia, Rusia, Italia, Irlanda, España y otras muchas naciones del mundo, como México y EUA que muestran un atraso cívico colosal muy lejano al paradigma de Francia.
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