Nacionalismo y Mundo Global Neofascista

Aun cuando se han desarrollado los medios de comunicación digitales desde fines del siglo 20 y son los más importantes de todos los que existen ahora, hay una conducta genética en el ser humano a tratar de limitar su visión de la realidad a espacios parroquiales o cuando mucho de la nación donde vive. Eso produce una simplificación dramática de los procesos de control y dominación de los grandes imperios, naciones y corporaciones que realizan sus acciones tomando en cuenta la ya absoluta globalización del Planeta.

Un primer elemento visible de estos procesos de dominación se expresa en la alta capacidad para borrar la memoria colectiva mediante el uso de los medios electrónicos, los grandes espectáculos y la infinidad de distractores que se pueden operar en los monopolios televisivos y en los demás medios de comunicación masiva. Obviamente este sistema funciona mejor en las naciones con clases sociales mayoritarias de bajos ingresos que no tienen acceso a las informaciones de las naciones desarrolladas y menos aún a las de los países y regiones del mundo con diferentes idiomas e ideologías.

Como elementos intrínsecos a este sistema de dominio se encuentran su naturaleza oculta – al formar parte de la vida doméstica del individuo – y el proceso, también oculto, de apropiación de las funciones del Estado por parte de los poderes fácticos globales y la consiguiente desregulación de los grandes medios de comunicación masiva, la creación de una normatividad jurídica de uso exclusivo de las élites y la transformación de las instituciones del Estado en instrumentos al servicio de los poderosos, sin que existan métodos sencillos para detectarlos y para combatirlos.

Un nuevo elemento visible del proceso de dominación de las grandes élites ha sido la intervención de los sistemas financieros de todas partes del mundo en la operación en todos los niveles de expresión del Estado, desde sus estructuras a nivel de gobiernos federales, las formas de autonomías estatales y aun en las expresiones municipales. Ahora mismo, no existe en ninguna parte del mundo un Gobierno federal, estatal o municipal que no haya contraído deudas substanciales con la banca privada global, nacional o regional y haya comprometido el futuro de las próximas generaciones para alcanzar los propósitos temporales de la administración vigente.

La poliarquía es otro elemento de dominación, no tan visible como los dos anteriores. Desde los 80′s ha sido establecido por las grandes élites globales y regionales para seleccionar a los dirigentes políticos que habrán de llevar a cabo sus estrategias con la supuesta aceptación de los ciudadanos a quiénes dice representar. Aunque la dominación colonial moderna con gobiernos títeres al servicio de los poderosos empezó desde el fin de la Segunda Guerra Mundial con funestos personajes como el ‘Sha de Irán’, Somoza, Pinochet, Videla para solo señalar unos cuantos, con la movilización socialista el sistema se cambió en la apariencia, ya que los gobernantes elegidos eran cuidadosamente seleccionados por Washington y posteriormente impuestos mediante un sistema electoral totalmente controlado por los monopolios masmediáticos y por un sistema de encuestas manipuladas de la opinión pública.

En un nivel perfectamente oculto está la pequeña élite de familias multimillonarias que dominan al mundo actual. Aunque realizan reuniones periódicas ultra secretas en diversas partes del mundo Occidental e invitan a un selecto grupo de personalidades políticas y de aristócratas, no permiten la presencia de los medios de comunicación y la información que llega a trascender se lleva a cabo a través del Foro de Davos, ya totalmente despojada de su verdadero contenido fascista y adaptada a la fórmula hipócrita de la diplomacia y del derecho internacional. Quizá lo más importante del dominio pragmático de esta élite dominante ha sido su apropiación de grandes espacios con propósitos inmobiliarios y agropecuarios, la posesión de las acciones de las más importantes empresas globales de casi todos los géneros y el control del 93% del total del dinero que circula en el mundo.

Al partir de una visión global documentada del mundo actual se simplifica mucho la interpretación de los acontecimientos a nivel de una nación cualquiera, ya que no importa cuál sea, estará sujeta a esta realidad semioculta del ‘dominio global’. Debido a su trascendencia a nivel nacional intentaré encontrar los elementos invisibles en el proyecto de reformas del presidente Peña Nieto.

1.- En el proyecto de reforma energética ya hemos señalado en el artículo anterior la presencia de un proyecto hegemónico de Washington para controlar las reservas de aceite y gas shale en todo el mundo mediante la venta o negociación de su particular proceso de ‘fracking’. Unico en el mundo que funciona desde hace 14 años. Al margen de este plan de dominio norteamericano está la ambición de ex funcionarios mexicanos apátridas que desean realizar la venta del proyecto a empresarios energéticos trasnacionales.

2.- Detrás de la reforma fiscal solo existe el plan de los grandes empresarios nacionales y globales para pagar impuestos ridículos (en 2012 promediaron el 1.7% de sus utilidades) mediante la manipulación de una serie de estratagemas legales donde se consolidan los resultados de varias empresas y se logran diferimientos de pagos de impuestos que luego son cancelados por el Gobierno Federal. Si las empresas multimillonarias pagaran lo justo, se obtendría varias veces del monto del total de ingresos que plantea la reforma fiscal.

3.- La reforma educativa.- En la gran mayoría de los países de Occidente, el sistema educativo no da prestaciones especiales a los maestros de educación básica y secundaria, además que no les permite asociarse en sindicatos o grupos que tengan la capacidad de desafiar al Gobierno. Esta medida se empezó a aplicar en toda Europa desde principios de los años 90′s y son parte del proyecto de dominio global fascistoide de gran parte del mundo Occidental.

4.- La reforma electoral.- Se han encontrado ya muchos casos en que el sistema de la poliarquía no está funcionando, como en Brasil, en Argentina, en Venezuela y en gran parte de las naciones del Cono Sur, por lo que los expertos de Washington están diseñando un nuevo sistema que seguramente adquirirá México en su próxima reforma electoral. Los orígenes de las fallas en la poliarquía son diversos: desde la falta de diferencias entre los distintos partidos políticos, la corrupción de las empresas encuestadoras y la lamentable desinformación y propósitos negativos que existen en los monopolios televisivos y masmediáticos en general.

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