Desde hace varios años el escritor ‘free lance’ de Londres, Clive Martin ha estado publicando un extenso blog sobre la falta de interés por convertirse en adultos de un gran sector de los veinteañeros londinenses y así cumplir con los principios que rigieron la vida de sus padres de tener una familia, un trabajo que les garantice la sobrevivencia y una propiedad inmobiliaria donde residen. Martin explica en su ‘blog’ que terminó el ‘boom’ de la natalidad en el Reino Unido debido al alto costo real de la vida doméstica, por lo que cada día existen más jóvenes británicos que viven con sus padres, mientras aumentan las cantidades de hombres y mujeres jóvenes en las grandes ciudades que ‘no saben hacia donde ir e intentan inventar una nueva forma de envejecer´.
Señala Martin en su blog : ‘Aún no tengo 30 años y cuando veo hacia atrás en mi vida me doy cuenta de que no ha cambiado mucho desde que tenía 17 años. En el verano, cuando salgo de paseo es un buen ejemplo. Me recuerdo vagando por las calles de Londres con mis amigos con latas de cerveza vacías, algunos entonando estribillos futboleros, enviando mensajes de texto que no obtenían respuestas o pesaban medios gramos de coca mientras pasaba las tardes deambulando por los viejos barrios. Creo que el rechazo total a la madurez es un reto importante que puede influir en los futuros escritores que vayan a describir a nuestra generación. Ellos dirán como rompimos los esquemas tradicionales de tener hijos, una casa y un trabajo que ocupaban todo el tiempo y describirán los pormenores de cómo nos encerramos en una mentalidad de adolescentes’.
El pasado 25 de diciembre, The New York Times abrió este tema a varios de sus especialistas, quiénes intentaron determinar si el concepto de ‘adultos’ está siendo retrasado u olvidado por los jóvenes de hoy. Según W. Keith Campbell, investigador de psicología de la Universidad de Georgia ‘El matrimonio, los niños, un salario y una casa propia son los indicadores tradicionales de la edad adulta, ya que se vive en un colapso económico que afecta a los jóvenes actuales con una mentalidad más individualista y narcisista’. Según otros investigadores, ser un adulto se considera cada vez más como un estado de vida, de modo que se pueden asumir las responsabilidades de los adultos o quedarse en el limbo de la vida adolescente. Esto puede ser debido a que el viejo modelo de socialización cultural ha terminado y empezó una nueva cultura colectiva donde los jóvenes pueden optar por entrar a una sociedad adulta o permanecer en la etapa de la juventud para siempre. No obstante, la mayoría de los críticos de este fenómeno lo achacan a la crisis existente en el contexto económico.
La joven periodista neoyorkina Jessica Grose opina que para los jóvenes de hoy, el tener hijos es demasiado caro y piensan que no podrán conducirlos a un nivel de educación y de ingresos que les permita sobrevivir en mejores condiciones que ellos mismos. Desde el punto de vista del economista Ian Sheperdson ‘ es más conveniente para la economía de una nación que un inquilino se mude de su casa en busca de una nueva oportunidad de trabajo y ya no espere trabajar para el mismo empleador en la misma ciudad durante toda su vida. Y en la opinión de Kim Parker, director de investigación del Pew Research Center, una cuarta parte de la población entre 15 y 32 años nunca se casó cuando llegó a la mitad de su vida. Estas cifras históricas son la proporción más alta registrada en el mundo contemporáneo. Mientras que otros piensan que la forma de tomar sus decisiones de los jóvenes actuales está muy influida por el Internet y las Redes Sociales que proponen una economía doméstica compartida en las parejas. En pocas palabras piensan que la tecnología digital está brindando nuevas fórmulas de convivencia y está cambiando el concepto tradicional de la familia, de la educación y del trabajo.
Se podría pensar que la sociedad actual está iniciando una nueva época, donde los paradigmas tradicionales, los conceptos sobre las relaciones familiares y la idea de conservar las propiedades y las riquezas de las generaciones anteriores se han ido deteriorando y las nuevas relaciones familiares se hacen a través de la hipermedia, con un nivel emocional mucho menor al que existía antes de que surgiera el mundo digital a principios del siglo 21. Este fenómeno reciente de la juventud eterna en las grandes ciudades metropolitanas de todo el mundo está cambiando por completo el concepto de la familia, de la educación escolar y de la nación, de modo que en el futuro inmediato deberán desarrollarse nuevos conceptos educativos donde van desapareciendo la historia, la geografía y el mundo de la política. Probablemente predominarán las matemáticas, las ciencias empíricas y obviamente el mundo del libro será desplazado por el del lenguaje digital. Todos estos cambios redundarán en un mundo más eficiente, menos emocional, menos violento, con un nivel de consumo mucho más bajo de satisfactores y con un menor número de pobladores viviendo en condiciones precarias.
Adenda: En forma paradójica, este fenómeno de la juventud eterna en las grandes ciudades sólo ocurre en las naciones más desarrolladas de Europa, Estados Unidos y Canadá. Mientras que en China la clase media alta emigra hacia Occidente impulsando aún más sus economías y en Africa, Latinoamérica y en las naciones subdesarrolladas la clase media va desapareciendo. De modo que la demografía solo crecerá en las naciones más pobres y la proporción de familias viviendo en condiciones precarias tenderá a aumentar.