El tercer problema es que los líderes europeos están felices con Biden, solo porque no es Trump, pero la posición de los ciudadanos europeos es mucho menos entusiasta. Según una macroencuesta realizada a 15,000 personas en 11 países por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR): si bien la mayoría de los europeos vieron con buenos ojos la victoria de Biden, pocos creen que Estados Unidos volverá a convertirse en el actor mundial más relevante. Seis de cada diez europeos consideran que el sistema político de Estados Unidos está en descomposición y que en 10 años China lo superará.
Ayer, a las 6 de la tarde del horario europeo, todos los líderes continentales felicitaron al nuevo presidente por Twitter y dijeron que era el momento de devolver las convicciones y rejuvenecer la relación de Estados Unidos con la Unión Europea.
Tanto París, como Roma y Berlín enviaron felicitaciones a Biden, pero se requerirá algo más que eso. El mensaje de Amanda Gorman en su poema leído en la inauguración de la administración de Biden es que ‘aunque la democracia puede retrasarse periódicamente, nunca puede ser derrotada para siempre’. Ya que mientras tenemos los ojos puestos en el futuro, la historia tiene los suyos puestos en nosotros.