Las energías renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y muy competitivas. Se diferencian de los combustibles fósiles por su aprovechamiento en cualquier parte del Planeta. Pero lo más importante es que no generan gases de efecto invernadero ni emisiones contaminantes. Además, sus costos van a la baja en forma sostenida al contrario de lo que pasa con los combustibles fósiles.
Según estadísticas de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la participación de las renovables en el suministro eléctrico global pasará del 26% en el 2018 al 44% en el 2040 y proporcionarán 2/3 del incremento de la demanda eléctrica registrada en este período. Sobre todo, a través de las tecnologías eólica y fotovoltaica.
De acuerdo a la AIE, la demanda de electricidad aumentará un 70% hasta 2040 elevando su participación de energía final del 18% al 24%, sobre todo debido a regiones emergentes (China, India, África, Medio Oriente y Sureste Asiático).
El desarrollo de las energías limpias es imprescindible para combatir el cambio climático. El 2019 fue el segundo año más cálido desde que existen registros y el 2016 fue el más cálido en la historia. En los últimos cinco años, el aumento de la temperatura media de la Tierra ha sido cerca de 1.2 grados superior al nivel preindustrial, según el servicio de cambio climático de Copernicus (C35)
Uno de los objetivos de Naciones Unidas es lograr el acceso universal a la electricidad en el 2030. Según las estimaciones de la AIE, en esa fecha todavía habrá 800 millones de personas sin acceso al suministro eléctrico.