Modern Monetary Theory (TMM) se compromete a cuestionar el papel del Estado y su financiación. Se hizo popular en 2019 durante las primarias electorales de Estados Unidos. Primero lo hizo Bernie Sanders y luego Jeremy Corbyn en el Reino Unido.
Históricamente, TMM no es tan moderno. Por un lado fue desarrollado en la década de 1990 por economistas de la Universidad de Missouri en Kansas Ciy y el Instituto Levy que es un think tank estadounidense. Por otro lado tiene influencias teóricas antiguas de los ‘cartalistas’ del siglo XX George Frederich Knapp (1842-1926) y Alfred Mitchell-Innes (1864-1950) quiénes analizan el financiamiento de una economía moderna a través del vínculo entre dinero y Estado.
Están además los trabajos de Abba Lerner (1903-1982) sobre la función del estímulo fiscal y los de Hyman Minsky (1919-1996) sobre la inestabilidad financiera del capitalismo. Estos 3 son los ejes principales de anclaje del CMM.
La teoría monetaria moderna se ocupa del dinero y lo coloca al comienzo del razonamiento económico y lo rehabilita, mientras que el dinero perturba a los economistas. Los influidos por Marx ven en el dinero el fetiche universal del capitalismo, un objeto sórdido que el capitalista busca acumular sin cesar para sí mismo.
Los de inspiración neoclásica ven al dinero como un velo que envuelve los intercambios y debe protegerse de la manipulación del Estado porque podría llevar a la inflación si se crea en exceso.