Cada día el mundo está más dividido en 2 bandos distintos y tanto China como Estados Unidos buscan seducir adeptos. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China afirmó que Wang Yi obtuvo respaldo a sus políticas en Xinjiang, así como la represión de la disidencia de Hong Kong de parte del príncipe heredero de Arabia Saudita Mohammed bin Salman.
La alianza más llamativa es la de China y Rusia. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia llegó a China el 22 de marzo con críticas a las sanciones de Estados Unidos y diciendo que el mundo tiene que reducir su dependencia del dólar estadounidense.
China intenta evitar que Estados Unidos forme un frente común en su contra e hizo un llamado a su nueva administración para reanudar la cooperación, después de las luchas de la era Trump. También selló acuerdos de comercio e inversión con la Unión Europea a fin de dejar fuera a Biden.
Esto no funcionó y la semana pasada la estrategia de Biden dio sus primeros frutos cuando Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y la UE anunciaron conjuntamente sanciones a funcionarios chinos por los hechos de Xinjiang, a los que China respondió de inmediato.
China firmó represalias aplicando sus propias sanciones contra funcionarios electos y académicos en la UE y Gran Bretaña. El sábado hubo sanciones similares y Estados Unidos y Canadá, incluidos altos funcionarios de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, un organismo gubernamental que este mes celebró una audiencia sobre los trabajos forzados a los que son sometidos los uigures en Xinjiang, China y ninguno de los sancionados podrá viajar a China, ni realizar negocios con personas ni empresas chinas.