La Gran Crisis de Brasil

Este lunes Bolsonaro hizo la mayor reforma ministerial desde que asumió la Presidencia. Después de la renuncia de su ministro de Relaciones Exteriores, Bolsonaro decidió reemplazar a otros 5 ministros en un mismo día para alinear a las fuerzas armadas con el gobierno.

Ernesto Araujo, uno de los máximos exponentes del ala ideológica del gobierno presentó su renuncia en medio de fuertes críticas por el papel de la diplomacia brasileña en la previsión de insumos para vacunas contra el Covid-19.

Horas más tarde, Fernando Acevedo e Silva, ministro de Defensa comunicó su salida del puesto muy enojado por un pedido del Palacio de Planalto de alinear las fuerzas armadas a la Presidencia. Ya por la tarde, Bolsonaro confirmó los reemplazos para Itamaraty de la Defensa y otros 4 cambios. Carlos Alberto Franca, un diplomático de carrera muy discreto asumió el puesto de Itamaraty.

En el ministerio de Defensa quedará Walter Souza Braga Netto, ex interventor de la seguridad de Río de Janeiro en 2018. Bolsonaro ubicó en la Casa Civil al General Luiz Eduardo Ramos y en reemplazo de Ramos a la diputada federal Flavia Arruda. Y por último la Abogacía General del Estado quedará a cargo de André Mendoza y el ministerio de Justicia y Seguridad Pública será conducido por Anderson Torres, un delegado de la Policía Federal.

Leandro Consentino, politólogo y profesor del Insper de San Pablo aseguró que el cambio de Defensa puede fortalecer la narrativa de choques con instituciones, ya que los militares se alinearon con el gobierno.

Finalmente, Araujo de 53 años, un diplomático de carrera que acompañó a Bolsonaro desde el inicio de su gobierno, fue seguidor del filósofo de extrema derecha Olavo de Carvalho y tuvo una gestión muy polémica por haber politizado la política extrema brasileña, tuvo varios cruces con las autoridades de China que es el principal socio comercial de Brasil y hasta fines del 2020 tuvo una aproximación con el gobierno del expresidente de EUA, Donald Trump.

La gran mayoría de los brasileños culpaban a Araujo por los problemas con las vacunas procedentes de China y de la mala relación de Brasil con los Estados Unidos.