Aún no se puede comprender el complejo fenómeno político y social que ha originado en los Estados Unidos el estancamiento de su economía, los grandes déficits causados por el fracaso de sus guerras en el extranjero, el empoderamiento de las grandes transnacionales en el manejo global de las finanzas y del comercio, el desarrollo de una alta clase política que solo cultiva sus intereses personales y el ejercicio de una alta jerarquía de militares y de dueños de organismos financiados por el Estado que poseen fuerzas bélicas, mercenarios, además de servicios alimenticios, médicos y de diversión de todo tipo para la infinidad de instalaciones y de agencias militares estadounidenses instaladas en el extranjero.
De todo este galimatías que se ha desarrollado en las últimas décadas del decadente imperio estadounidense solo ha quedado una especie de fenómeno político que es conocido como ‘alt right’, cuyo mayor acierto fue la conducción de la campaña política del actual Presidente Trump. En este grupo político amorfo y sin liderazgo visible, lo mismo existen detractores de la izquierda, como de la derecha conservadora a ultranza, enemigos jurados de los judíos, de los emigrantes del Islam, de los negros, de los latinos, de los mesoamericanos, de los sudamericanos, de los japoneses, de los árabes y de todas las etnias del mundo que no sean blancos anglosajones.
Por más que se intenta dar una configuración de una ideología a este extraño movimiento político del ‘alt right’, nadie ha podido encontrarle un propósito específico, con excepción de cultivar el odio, la xenofobia, la megalomanía y el alejamiento de todas las fórmulas convencionales de convivencia social. De hecho persiste una fuerte tendencia hacia el machismo, hacia la devaluación de la mujer y hacia cualquier expresión de valores éticos, religiosos o culturales. Así como a una nueva fórmula de vida familiar donde se permiten todo género de relaciones maritales y se cancelan la mayoría de las emociones que acompañaban la vida de los seres humanos.
Aunque existe una versión de este fenómeno político en Europa, lo cierto es que difiere mucho del movimiento estadounidense, además de tener muchos acentos, conforme a la naturaleza étnica y cultural de las diferentes naciones de Europa. Por lo que todo hace pensar que con dicho movimiento no se evitará la fragmentación total de la Unión Europea, el rescate de su sistema monetario y financiero, así como tampoco le dará fuerza a los organismos internacionales que conforman el orden mundial actual, como la ONU, la OTAN, la OMC, el FMI, además de los organismos que procuran el cumplimiento de los derechos humanos fundamentales, el cambio climático y el control de las drogas y los medicamentos a nivel mundial.
Lo más desconcertante de este nuevo fenómeno político de Occidente es que los líderes al frente de los Estados Unidos (Bannon y Trump) aún no tienen idea de su capacidad real para intervenir en los potenciales conflictos internacionales existentes, como el de las migraciones del Medio Oriente y de Africa hacia Europa, la crisis de Siria y el Estado Islámico, la de Palestina e Israel y la de Irán. demás de los problemas que existen en las Filipinas, con Corea del Norte, en las islas del Pacífico donde China tiene el control y en la ruta comercial de los países que tienen litorales en el Océano Pacífico (TPP). Para sólo mencionar los conflictos bélicos más visibles.
Por lo que es muy posible que se desate un conflicto bélico de grandes dimensiones en cualquier momento del presente, a pesar de que las tres grandes potencias que tratan de equilibrar el poder bélico estadounidense – China, Rusia y la India – han mostrado que sus líderes políticos y militares son muy mesurados y están evitando confrontaciones que pudieran ser el inicio de una Tercera Guerra Mundial de muy corta duración, pero con dimensiones apocalípticas por el uso de la energía nuclear.
Adenda: De lo que no hay duda alguna es que muy pronto quedará conformado un nuevo orden mundial, donde los Estados Unidos ya no serán quién imponga las condiciones a todas las naciones del mundo, sino que se construirá por lo menos un triunvirato con China, Rusia y la India como líderes fundamentales. Aunque habrán naciones de Occidente como Alemania, Francia e Inglaterra que no estarán ajenos al nuevo orden mundial y naciones fascistas, como Japón e Israel que buscarán la forma de no quedarse aisladas y buscar protección.