Los aspectos más visibles de la nueva era laboral del siglo 21 son que ya no existe la expectativa de permanecer en el mismo puesto de trabajo o en la misma empresa durante toda la vida de una persona y que los títulos profesionales o de educación superior universitaria ya no son garantía para obtener un empleo en la era actual. Eso ha quedado como una anécdota específica del siglo 20. En el presente siglo es muy factible que las personas realizarán diferentes puestos laborales, además de que tendrán siempre la opción de ir en la búsqueda de otras actividades que le proporcionen mayor satisfacción y hasta un determinado grado de alegría.
Las empresas actuales contratan a las personas en función de lo que ofrecen. Cada persona es ahora en realidad un proveedor de servicios: De ahí se ha derivado el éxito del ‘outsourcing’. El nivel de empleabilidad es en función de la capacidad de cada persona y de su gama de conocimientos. La posibilidad de ser contratada depende en gran parte de la variedad de conocimientos que posea.
Al mismo tiempo, la simplificación de esfuerzo que significa el uso de la cibernética ha dejado de influir en el viejo concepto de considerar al trabajo como algo desagradable que se tiene que realizar para poder sobrevivir. En la actualidad los portales estáticos ya no sirven para buscar empleos, por lo que ahora, una nueva opción es apuntarse en los nuevos portales de empleos que promueven el trabajo en internet y generan oportunidades reales.
No obstante este cambio substancial en la actividad laboral, entre los hispano parlantes se sigue viviendo con la falsa idea de la importancia de los títulos profesionales, aun cuando en la realidad actual las empresas se enfocan en la competencia del empleado, en su experiencia y en sus diversas habilidades antes de preocuparse por que cuenten con una cédula profesional.
En el presente ya no se puede seguir viviendo siempre de una carrera profesional específica, sino en un camino lleno de bifurcaciones donde se puede cambiar de rumbos de direcciones y de destinos. Lo importante ahora es aportar valor para la empresa contratante, de modo que ésta lo considere como una inversión por los ahorros y beneficios que representa el empeado.
Quiénes ahora analizan el mercado laboral de los Estados Unidos no han podido descifrar realmente lo que está sucediendo. Desde la visión de la globalización se encuentra la enorme variedad de productos y servicios que se pueden fabricar rápidamente con las nuevas tecnologías y hacen más cómoda, entretenida y productiva la vida de los individuos, pero desde una visión individualista los puestos de trabajo se han reducido y lo mismo sucede con los ingresos de la gran clase media trabajadora.
Ahora se percibe que las regiones óptimas del futuro inmediato serán las ciudades y pueblos que combinen una universidad, una población educada, una comunidad dinámica y la ‘banda ancha’ más rápida del mundo. En consecuencia, las naciones más prósperas serán las que logren construir este tipo de poblaciones capaces de realizar un intercambio de alto rendimiento de conocimientos entre sus ciudadanos.
Según los hechos de la historia, las sociedades exitosas deben tener un fácil acceso y abundancia a los insumos estratégicos. Al iniciar el siglo 19 dichos elementos básicos fueron el agua y las materias primas. En la primera década del siglo 20 fueron el acceso a la energía eléctrica y el transporte, mientras que ahora, en el siglo 21 será el acceso a la ‘banda ancha´ y al capital humano intelectual en lugares que cuentan con amplios desarrollos de estos elementos, como el Valle del Silicón en California, el entorno de la ciudad de Austin, Raleigh-Durham, Cambridge y Ann Arbor.
Habrá más conexiones a través de Internet y de las redes sociales, de modo que dialogarán grandes máquinas entre ellas a través de la red electrónica y aparecerán las montañas de datos que pueden ser procesados rápidamente para proporcionar los accesos a las materias primas básicas, los nuevos desarrollos para la salud, la educación, para la producción de insumos y para que éstos lleguen rápidamente al consumidor final.
Mientras el mundo actual cuenta con 2000 millones de personas con Internet, existen más de un billón de objetos interconectados e inteligentes que generan enormes almacenes de información, de modo que en la próxima década se podrían alcanzar más de 35 zettabytes de información procesables en tiempo real.
Según los expertos en informática más famosos, la idea de proporcionar el espectro de banda normal al total de los americanos sería en apariencia un acto de democracia en un momento cercano a las elecciones presidenciales, pero sería mucho más útil tratar de impulsar la banda ancha aunque sea sólo para una minoría, tal como sucede ahora en países como Corea y Japón.
Pero el verdadero planteamiento de fondo para la nueva era laboral sería el cambio total de los sistemas educativos actuales, desde la primaria hasta las instituciones de educación superior, cuya visión del mundo ya corresponde al pasado y no es posible ahora reconstruir el viejo imperio estadounidense con los criterios francmasónicos del siglo 18, sino creando una nueva era educativa basada en la enorme fuerza de la hipermedia.
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