La izquierda ya no parece ahora lo que sus oponentes pensaban que era, mientras se genera un discurso muy complicado en las nuevas derechas, muy diferentes a las que se desarrollaron durante el siglo 20. Esta ‘neoderecha’ nada tiene que ver con la del pasado según el lingüista italiano Raffaele Simone, profesor de la Universidad de Roma Tre en su publicación titulada ‘El Monstruo Amable’. Dice Simone que el concepto de la izquierda en Occidente parece estar empañado y en declive, ya que no se han logrado ninguna de sus grandes metas históricas y resulta difícil creer que alguna idea de izquierda vaya a modificar el futuro próximo de la sociedad humana, ya que Europa y en cierta forma todo el mundo tiende hacia la derecha.

 No hay duda de que han sido insuficientes todos los esfuerzos de la izquierda para adaptarse a los nuevos tiempos, mientras que la derecha globalizada y mediatizada ha sido la sorpresa del panorama cultural desde principios del siglo 21 ya que promete felicidad para todos. Está actualizada en cuanto a la imagen y la tecnología de propaganda, de modo que se percibe moderna y fuerte. Simone le denomina ‘el rostro amable y sonriente del nuevo despotismo que degrada a los individuos sin atormentarlos’. Al tomar fuerza ha impuesto el criterio de que las distinciones ideológicas han sido superadas, ha destruido los principios de la izquierda y ha hecho que se alejen muchas personas de esa visión del mundo. La izquierda ha tenido que aligerar en forma drástica sus aspiraciones e ideales que se han vuelto más genéricos y conciliadores y ha tenido que pensar nuevos contenidos a la altura del nuevo mundo actual donde las imágenes han desplazado por completo a las palabras.

Hace tiempo que la izquierda de Occidente va en retroceso. Sus principios fundamentales están en entredicho, mientras la derecha moderna, globalizada y mediática (Neoderecha) experimenta un auge gracias a su promesa de bienestar y felicidad para todo el mundo. Sus razones no son políticas, sino culturales y en el presente ofrece un catálogo de propuestas más atractivo para la sociedad haciéndole creer que se tratan de elaboraciones políticas. Pero en la medida que rechaza el lenguaje, las tradiciones, la vida democrática y las instituciones del Estado está abanderando justamente un sistema al margen de la política.

Todo conduce ahora hacia un modelo de consumo opulento, con vacaciones de alto nivel, teléfono móvil y coche de lujo diciendo que eso es el progreso. Se vive ahora una forma cambiante de la modernidad entendida como el ‘monstruo amable’ del capitalismo planetario, voraz, envolvente y perfecto. Ahora en todo el planeta el progreso ya no significa liberarse del atraso y de la opresión, sino llegar lo antes posible al consumo individual y abundante. Lo que cada nueva generación considera como ‘su tiempo’ con vacaciones, ocio, espectáculos, turismo y exaltación en general de la vida sensorial.

Pero es un hecho visible que la izquierda ha sufrido una gran caída tras la crisis financiera del 2008. Pero Simone dice que dicha crisis no ha extinguido los ideales de la izquierda, aunque es posible que el socialismo se haya acabado, todavía existen muchas personas donde sigue viva la idea de que se pueden combinar un grado limitado de desigualdad con bienestar, solidaridad, instrucción y libertad. Pensando que es posible encontrar una versión actualizada del socialismo.

Dice Simone que en la primera década del siglo 21 se han observado fuertes avances de la derecha en Francia, España, Dinamarca, Holanda y los Estados Unidos. Los sectores económicos más avanzados del mundo tienden hacia la derecha, mientras van desapareciendo tradiciones democráticas de antaño muy respetadas como el laborismo inglés y los socialismos de Francia o de Italia. Así como los regímenes de izquierda antigua en Cuba, Venezuela y Corea del Norte que ahora solo son patéticas caricaturas de naciones que se consideran autónomas.

Según Simone se puede considerar que en el siglo y medio de la historia de la izquierda nunca ha podido echar raíces en la realidad política ni en la mente humana en general. Ya que sus ideales y grandes conquistas históricas como el bienestar social, la enseñanza básica obligatoria, los derechos civiles fundamentales, los derechos laborales, sociales y de salud están en declive, por lo que la izquierda debe replantear su futuro cuanto antes. Quizá los tres grandes cambios que perjudicaron en las últimas décadas del siglo pasado fueron: a) la disolución de la clase obrera, b) la transformación antropológica y económica de sus simpatizantes y c) la desaparición de los jóvenes de la esfera política. Mientras que sus grandes errores endémicos han sido la feroz rivalidad entre sus variadas facciones, la hipócrita retórica de los regímenes comunistas y el tardío reconocimiento de sus errores políticos y económicos en más de la mitad de las naciones de Europa.

Al llegar la postmodernidad los ideales de la izquierda se antojan fuera de tiempo. En una época global de derroche, consumista y liberal en extremo, los ideales de la izquierda parecen restrictivos, trasnochados y deprimentes. Mientras que aparecen nuevos conflictos étnicos, políticos religiosos y ecológicos en un universo donde el conflicto de clases ha bajado muy poco y los términos de ‘socialismo’ y ‘socialista’ han desaparecido casi por completo, sin que se hayan creado conceptos sustitutos o equivalentes.

Según Simone, los rasgos más visibles de la Neoderecha son: 1º.- Le gusta contar con grandes mayorías para apoyar sus operaciones populistas 2º.- No es liberal como lo fue en los siglos 19 y 20. No es laica y se preocupa de la riqueza de algunos grupos de individuos por encima de la riqueza general. 3º. No requiere adoctrinar ya que basta con atender a los medios (sobre todo a la Tv), hacerles caso y vivir sin meditar. 4º.- La neoderecha es tecnológica y capitalista (sobre todo del capitalismo financiero). 5º.- Está en contra de la intervención pública y entiende que el mercado y el consumo constituyen la verdadera misión de la modernidad, mientras que su política es totalitaria y radical (Archicapitalismo) 6º.- Desprecia la cultura, la investigación, todas las actividades intelectuales y el arte en general. 7º.- A pesar de su extrema dureza en asuntos económicos el archicapitalismo explota a sus propia clientela y disfruta de sus rostros afables y festivos.

Dice Simone que al pensar la condición natural de derecha en el mundo se considera que las posturas de la izquierda son elaboraciones donde se distorsiona la naturaleza humana y en grado se niega. Ser de izquierda es difícil de comprender en la mayoría de los seres humanos, ya que tienen que renunciar a algo que potencialmente pueden tener, es limitarse de antemano cuando se puede lograr la riqueza y tratar de ser igual a los demás cuando se puede ser superior.