El pasado lunes 23 de marzo se reunieron los ministros Wong Yi de China, Sergei Laurov de Rusia y Sushma Sawaraj de la India para impulsar la formación de un nuevo orden mundial multipolar y una profunda reforma de la ONU. Los tres ministros de Relaciones Exteriores coincidieron en que se requiere crear un nuevo orden mundial multipolar que sea más justo y con un sistema financiero global que tome más en cuenta a las economías emergentes. También insistieron en la necesidad de reformar a fondo la ONU, incluyendo a su Consejo de Seguridad para que sea más representativo de todas las naciones del mundo y tenga capacidad real para resolver los conflictos mundiales cuando éstos se presenten.
Pidieron para fines de este año reformas al sistema de cuotas y gobierno del FMI (Fondo Monetario Internacional) que quedaron establecidos desde el 2010, para que las naciones de Asia no queden atrapadas entre alianzas regionales rivales. Manifestaron también su preocupación por la crisis de Ucrania y pidieron aplicar el Protocolo de Minsk para resolver la crisis en términos pacíficos. También hablaron de mantener el diálogo internacional con Irán para resolver el delicado asunto del programa nuclear de Terán.
Se planteó también la iniciativa de China para celebrar con solemnidad el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, antes de que termine el 2015. Se mencionó que China celebrará en septiembre próximo un gran desfile militar para marcar la fecha cuando se inició el gran desarrollo de su economía. Al mismo tiempo que advertirá a Japón que no trate de abusar de su sociedad con los Estados Unidos para crearle problemas bélicos o diplomáticos.
Lo curioso fue que en esta delicada reunión de Ministros de Relaciones Exteriores no se mencionara en absoluto la grave crisis geopolítica que está sucediendo en el Océano Pacífico y en las vecindades entre China y la India. Ya que para la mayoría de los europeos, la región del Asia-Pacífico se ha convertido en un área de gran crecimiento económico. Mientras que Europa crece al 0.3%, esta región creció al 6.9% durante el año pasado y va por el mismo camino en este año. No obstante este alto crecimiento, los principales observadores internacionales coinciden en que su nivel de seguridad ha decrecido en forma notoria y la región se caracteriza por rivalidades entre sus naciones y el crecimiento potencial de un conflicto regional de grandes proporciones.
De acuerdo al reconocido analista político de esa región, el profesor de la Universidad de Harvard, Robert Kaplan, el Asia-Pacífico se ha convertido en la región marítima más peleada de todo el mundo debido a que las líneas de comunicación marítima de esa región transportan casi el 50% de los tanques de petróleo del mundo y más de la mitad mundial de las explotaciones pesqueras. El problema radica en que ninguna nación de esa zona geográfica ha tenido suficiente poder para tratar de controlar la expansión de China en esa región, controlando cada vez más territorios, asegurando su acceso a las fuentes energéticas o de materias primas básicas y estableciéndose como una fuerza bélica omnipresente.
Su creciente expansión en esa área del Pacífico ha llevado a China a chocar con otras naciones de esa región con otras naciones como Taiwán, Indonesia, Vietnam, Filipinas y Malasia. Este año han habido reportes de muchos pescadores filipinos que fueron atacados por marinos en guardacostas chinos, por lo que se pronostican conflictos bélicos en esa región en cualquier momento. En tanto que en la parte norte del conocido como Mar Oriental de China existen disputas similares. En particular la de Japón y China sobre las islas Senkaku-Diayou que según las últimas encuestas realizadas en China al respecto, la mayoría piensa que su país entrará en guerra contra Japón por la disputa de esas islas.
También en el Mar de Japón existen tensiones similares entre Tokio y Seúl que están en desacuerdo sobre el estatus de las islas Takeshima-Dokodo, además de los debates sobre la utilización de mujeres coreanas por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Más al norte existen tensiones entre Japón y Rusia al tratar esta nación de conservar sus tropas en las Islas Rieril del Sur.
Por otra parte, en Taiwán existe un escenario potencial desastroso, ya que la aprobación de su Presidente Ma Ying-jeou va a la baja rumbo a las elecciones del 2016 y si el partido de oposición (Partido Democrático Progresivo) llegase al poder podría generarse gran autonomía en el sector de tierra firme de dicho país y se podría ocasionar un gran conflicto en la alianza de Washington con Pekín.
Por si fueran poco los conflictos potenciales del Este y del Sur de China, también existe la amenaza de disputas con la India en cerca de 4000 kilómetros de frontera altamente militarizada y disputada. Existen además las diferencias de criterios sobre Pakistán entre China y la India, combinada con la reciente decisión de construir presas en las aguas que provienen de Nueva Delhi.
También las naciones de las Islas del Pacífico son potencial de riesgo en la región por su inestabilidad política al haber caído el gobierno de Nueva Caledonia, reduciéndose el empleo de jóvenes y fallando la infraestructura económica que lidera en la región, pudiéndose genera un nuevo rompimiento con Bougaiville. Se añaden los efectos del cambio de clima y de los desastres naturales más frecuentes ahora en la región. Tales factores amenazan y exacerban las tendencias sociales creando refugios para gente que se desplaza de tierra adentro hacia las tierras altas.
Un simple análisis de la seguridad en el Pacífico a través de la gran rivalidad entre China y los Estados Unidos no alcanza a cubrir la enorme variedad de intereses en juego y hace pensar que el conflicto entre Washington y Pekín va creciendo y existen otras muchas disputas entre los países de esa región que ahora mismo ya parecen fuera de control. Por lo que los expertos en la geopolítica de esa región auguran grandes conflictos en muy corto plazo.