La Gran Crisis Global Actual

 

Desde que se inició la crisis global actual en el 2007, no se han podido resolver los grandes problemas de desempleo, crecimiento de la pobreza y degradación del equilibrio ecológico que ha ocasionado en todo el mundo. Aunque por razones obvias, los únicos efectos, parcialmente visibles, son los que permiten ver los Estados Unidos, líderes indiscutibles del Mundo Occidental y de otras regiones del Planeta. El total control de los medios de información masiva que ejercen los Estados Unidos sobre una gran parte de las naciones de Occidente les permiten atribuir los efectos de la crisis global a deficiencias congénitas del sistema económico-financiero global o a formular teorías conspirativas de los organismos terroristas internacionales que son sus enemigos.

En el caso de los Estados Unidos es un hecho insoslayable que esos supuestos terroristas antidemocráticos y cobardes han sido creados por sus propios sistemas de inteligencia para justificar el enorme gasto en operativos de defensa e inteligencia que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial han significado la principal fuente de ingreso de las familias millonarias que detentan el negocio bélico con tráfico de mercenarios, con sus correspondientes negocios de suministros de alimentos, servicios de salud y de energéticos, han redundado en guerras selectivas y virtuales que se realizan en territorios lejanos y les permiten allegar enormes ingresos a los políticos y militares que desde los años setentas controlan al Gobierno de los Estados Unido propiciando la bancarrota total de la nación más poderosa del mundo.

Al margen de la paranoia que finge sufrir el Estado Norteamericano para justificar sus desmanes y sus desacatos a los organismos internacionales que pretenden regular las acciones bélicas, económicas, financieras, sanitarias, etc., existen seres ilustrados en la materia económica y la financiera que plantean una realidad global muy diferente a la de los psicópatas que ahora gobiernan a los Estados Unidos y a la de muchos dirigentes políticos de las naciones de Occidente que aceptan esas falsas hipótesis, como son los casos de Inglaterra, España e Italia, más los de otros países que reciben beneficios personales con esas políticas neofascistas y los de naciones como México, cuyos poderes fácticos y dirigentes políticos han sido formados en universidades norteamericanas y coinciden con su pensamiento francmasónico de haber sido los preferidos de Dios para acaparar todas las riquezas existentes, sin sentir la menor conmiseración por quienes viven en condiciones precarias, ningún respeto por los derechos de los demás, ni por los recursos naturales y menos aún por el equilibrio ecológico del mundo.

Una de las dos hipótesis sobre los orígenes de la crisis global actual es la que se refiere al egoísmo y vanidad que prevalecen en la condición humana desde siempre y los impulsa a poseer más riqueza de la necesaria para sobrevivir en condiciones decorosas y hasta con un cierto nivel de satisfactores materiales que no son esenciales, como el tiempo libre y las diversiones sanas que correspondan a su nivel de ingresos. No obstante, la gran mayoría pretende poseer muchos más bienes materiales de los que requiere, tan sólo por el deseo de sentirse superior a los demás y en cierto grado para adquirir una sensación de seguridad.

Hurgando un poco en los hechos recientes derivados de la crisis global iniciada en el 2007 se encuentra la crisis original de los créditos hipotecarios ‘subprime’ que fue originada por la explotación de esa condición egoísta y vanidosa de los seres humanos, ya que algunas instituciones financieras norteamericanas que operaban en el ramo inmobiliario, concedieron créditos hipotecarios ‘subprime’ a personas que no contaban con una solvencia económica para afrontar sus pagos periódicos, pero como la mayoría de los seres humanos, estos ciudadanos de ingresos medios y bajos, aspiraban a contar con un hogar propio y en ocasiones, deseaban contar con otros espacios habitacionales para rentar a terceros. Es obvio que las instituciones financieras que otorgaron dichos créditos no lo hicieron por generosidad, sino con el deseo de ganar más dinero. Aunque no hay que perder de vista que además de esa búsqueda sin control de posesiones materiales está la falta total de regulación en el sistema financiero norteamericano.

Dentro de los muchos factores que se unieron a la condición humana de búsqueda irracional de riqueza, los analistas económicos señalan que se pudieran añadir el de la capacidad humana para olvidar los acontecimientos violentos que han ocurrido en el mundo financiero. De nada sirvió la experiencia de los escándalos, cuando hace más de una década derribaron a muchas grandes corporaciones internacionales, como Enron, Global Crossing, Adelphia y World com, más la desaparición de Arthur Anderson que era la firma de auditores más prestigiosa del mundo, ya que de alguna forma, el sistema de desregulación financiera norteamericano se fortalecía y propiciaba el nacimiento de nuevas fórmulas fraudulentas para hacer negocio.

No hay duda de que a través de la historia se han ido derrumbando los viejos conceptos ‘smithsonianos’ de ‘La teoría de los sentimientos morales’ (1759), donde se concluía que se debieran fomentar las actitudes que ‘restrinjan los impulsos egoístas y se propicien los benévolos’ para que los seres humanos puedan proporcionar ayuda recíproca en base ‘al amor, la gratitud, la amistad y la estima, que son las que hacen florecer y ser feliz a la humanidad’.

Esta cándida, pero errónea visión del mundo financiero del siglo 18 explica, sin proponérselo, la contradicción existente en ‘el libre mercado’ ya que es justo en ese contexto de libertad individual donde confluye toda la parafernalia de vicios individuales y de intereses en conjunto de la sociedad. Por más regulaciones y mecanismos que se han intentado para evitar las innumerables fallas del ‘mercado libre’, todas se han realizado desde la visión de la ciencia económica, olvidando en todo momento los aspectos individuales que son los más importantes en cualquier tipo de decisión del ser humano.

Como una conclusión de esta primera hipótesis sobre los orígenes de la crisis global actual se encontraría la gran importancia que tiene la conciencia moral de los individuos cuando son socios de una empresa y lo mismo sucede con las personas que ostentan el poder en el manejo de la economía global. Ahora mismo, la regulación financiera y fiduciaria de todo el mundo está en manos de individuos egoístas y ambiciosos que nunca ha tomando en cuenta la existencia de las demás personas, cuya pobreza y sufrimiento aumenta en la misma proporción con la que ellos se enriquecen.

Una segunda hipótesis sobre las causas que ocasionaron la actual crisis financiera global es la que se refiere a la eventual declinación del dólar como moneda de reserva internacional. Algunos economistas señalan que el origen técnico de la crisis actual se podría encontrar en la ‘Paradoja de Triffin’. Robert Triffin (1911 – 1993) sostenía que los Estados Unidos, como emisor de la divisa para las reservas internacionales chocaría con el dilema de tener que emitir la liquidez suficiente para estimular la actividad económica mundial, pero que esto generaría incertidumbre sobre su capacidad para mantener la convertibilidad de 35 dólares por cada onza de oro que tenían en reservas. Hacia finales de los años sesenta circulaban más dólares en el mundo que todo el oro depositado tanto en las bóvedas de seguridad de Fort Knox, como en la Reserva Federal.

La predicción de Robert Triffin fue correcta y su ‘paradoja’ se cumplió en 1971, cuando Richard Nixon decidió desligar el dólar de su anclaje en oro de forma unilateral y supuestamente temporal. Pero en función del poder hegemónico norteamericano en esa época, la decisión de Nixon se aceptó globalmente en forma tácita y se extendió por todo el mundo hasta el 2007, cuando surgió la punta del icberg de la crisis actual.

La Paradoja de Triffin en el presente aparece de nuevo ocasionada por los desequilibrios comerciales entre las naciones y se convierten en una de las principales razones de todas las crisis financieras, por lo que todos los países quedan atrapados en una especie de burbuja de endeudamiento. Esto ocasiona que los Estados Unidos tengan el privilegio de poder endeudarse sin límite, pero han abusado tanto en los últimos años que sus grandes acreedores han terminado por perder la fe a los dólares.

Finalmente, el colapso de Bretton Woods en 1971 marcó el final del patrón dólar-oro y el mundo actual vive un experimento monetario-financiero-fiduciario con el dólar y las demás divisas respaldadas únicamente por una confianza muy resquebrajada. Desde hace muchos años, los Estados Unidos han inyectado enormes cantidades de dólares al sistema financiero mundial que han ocasionado la devaluación de su moneda, mientras que el euro carece de confianza para reemplazar al dólar debido en gran parte a la debacle de la deuda soberana de la Unión Europea.

Es obvio que urge una reforma a fondo del sistema monetario y financiero mundial.

(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)