Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), para el año 2020 los Estados Unidos serán el primer productor de petróleo en el mundo, cambiando por completo la correlación de las potencias energéticas actuales y modificando las estrategias y rutas de transporte de energéticos en todo el mundo. Disminuirá notablemente la influencia de Rusia en Europa y China tendrá que recurrir al carbón como fuente de energía fundamental, lo que ocasionará la mayor contaminación de la historia con gases de invernadero y se tendrá que presionar a China de diversas formas para que acate las disposiciones del Protocolo de Kioto que nunca firmó. Este inesperado cambio en la producción de crudo es debido a la nueva técnica del ‘fracking’, mediante la cual se extrae petróleo de yacimientos profundos con gran eficiencia y bajo costo. De acuerdo a datos de la IEA, en solo diez años más, los Estados Unidos producirán más crudo que la suma de las extracciones actuales de Rusia y Arabia Saudita.
Aunque los Estados Unidos seguirán importando y exportando crudo durante los próximos años para mantener su hegemonía energética y bélica en Occidente, para el año 2035 se convertirá solo en exportador. La IEA estima que para el año 2020, los Esstados Unidos producirán 11.1 barriles diarios, de los cuáles 3 millones serán por ‘fracking’. Su consumo actual es de 19 millones de barriles por día, de los cuales se importa el 50%. Según los estudios de la IEA la deanda de crudo en el mundo crecerá en poco más del 30% hasta el año 2035 y las dos terceras partes de ese crecimiento corresponderán a China y a la India. Para ese año se estima que casi todo el petróleo del mundo se producirá por ‘fracking’. Como consecuencia de la demanda extra de China y de la India se estima que China fomentará la búsqueda de crudo fomentará su búsqueda en el Artico y propiciará nuevas rutas de transporte marítimo en barcos cisternas y una gran migración hacia esa región del Planeta.
Debido a esta recomposición de las fuentes de crudo en el mundo, Robert Kagan, experto de Washington en esta materia de la geopolítica energética señala como estrategia probable que Estados Unidos cambie radicalmente su política actual en el Medio Oriente, de donde obtiene gran parte de su crudo, por lo que ‘de facto’ ya han suspendido la mayor parte de sus ofensivas bélicas en esa región, tanto en Afganistán, en Irak, en Siria y en Libia, así como se ha diferido la prevista invasión de Irán. También es probable que EUA modifique su política en el área del Caribe y del norte de Latinoamérica para tratar de controlar el gran potencial energético de Venezuela y de la región nor-oriental de América del Sur. Obviamente buscará controlar toda la producción petrolera de México, situación que ya ha logrado en alta proporción mediante el oneroso contrato de Pidiregas firmado desde el sexenio de Zedillo durante el que se comprometieron para su venta a los Estados Unidos 7 de cada 9 barriles producidos por PEMEX hasta el 2026. A precios que ahora son risibles y pagando intereses cercanos al 12% anual al Banco Mundial controlado por USA.
Al tener producción propia, los Estados Unidos podrán suministrar crudo a sus principales socios del Lejano Oriente, Japón y Corea del Sur y justificarán su presencia ‘defensiva’ en las principales rutas de suministro de crudo a China. Sobre todo en las islas que están en su trayectoria. Es obvio que la potencia energética más perjudicada de todas es Rusia por la pérdida de gran parte del mercado europeo donde varios países estarán produciendo su propio crudo por ‘fracking’, además de los grandes excedentes que habrá en el crudo producido por Arabia Saudita y demás naciones petroleras del Medio Oriente y del norte de Africa. Todos estos cambios en los territorios y en las técnicas de extracción de crudo propiciarán una recomposición y nuevas alianzas entre las diversas naciones de esta región del mundo que han estado siempre en conflicto. No hay duda de que Israel será la gran perdedora en estos eventos, que Irán y Siria alcanzarán acuerdos políticos y comerciales con los Estados Unidos y resulta muy probable que se reconstruya el Estado Palestino.
Ahora mismo es evidente que los Estados Unidos intentarán recuperar el control de las diversas zonas del mundo donde han perdido fuerza, pero tampoco puede soslayarse que la alianza de China con Brasil y la India le confieren una nueva dimensión multipolar al mundo global actual, mientras se va reconfigurando el universo geopolítico del siglo 21.
Adenda.- En diversos artículos publicados por la Fundación Sesgo en este mismo blog se han detallado los pormenores del fraude ‘oculto’ de Pidiregas y del control que ejerce Washington sobre todas y cada una de las empresas del Estado mexicano, sobre sus instituciones de crédito y sobre sus normatividades fiscales, laborales y ecológicas supuestamente autónomas que convierten a México, no sólo en una devaluada Colonia estadounidense, sino en un ‘patio trasero’ barato y cercano, ya que sus dirigentes políticos y empresariales han sido formados en las universidades norteamericanas y están plenamente convencidos de que la visión del mundo de Norteamérica es la única verdad existente, a la que solo hay que imitar. A quiénes no forman parte de la alta dirigencia se les manipula con los medios y creen que intentar un cambio profundo en las fórmulas políticas solo es ‘perder el tiempo’, mientras que existen otros sectores igualmente frustrados que aceptan las riesgosas ofertas ‘laborales’ de la economía criminal.
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