En el artículo anterior señalaba lo inexplicable del éxito sostenido durante más de un siglo del Estado Norteamericano, ya que partía de dos mitologías totalmente obsoletas – la creacionista de los cuáqueros y la francmasónica de una secta pseudo científica de Francia en el siglo XVIII – que generaron una mente colectiva con una visión del mundo retrógrada, maniqueista e hipócrita. No obstante, los hechos revelan que a pesar de esa patética edad mítica aún existente en la mayoría de las mentes de los norteamericanos, nadie puede negar que su País ha sido el más exitoso del mundo en los últimos cien años. Por lo que intento desentrañar algunos de los elementos que han sido factores decisivos en convertir a esta joven nación en un Estado que ha logrado un desarrollo económico de larga duración, conservando una paz interna increíble y ha creado la clase media trabajadora más numerosa y bien remunerada del mundo.
La supremacía racial.- A pesar de que el enorme desarrollo de las ciencias neurológicas, de la biología molecular y de las ciencias evolutivas ha demostrado la igualdad en el nivel de inteligencia de los seres humanos a partir de un profundo estudio de las sinapsis neuronales en los cerebros de todas las etnias y de sus mezclas actuales, los norteamericanos siguen pensando que la mente del anglosajón es superior a la de las demás razas y les confiere un lugar de privilegio que les permite ser los guías naturales de todas las demás naciones del Planeta, tal como lo expresa Columbia, su ángel femenino simbólico. Desde el momento mismo que invadieron el territorio de Norteamérica, los cuáqueros y demás inmigrantes de Europa no tuvieron la menor duda de que la eliminación de los aborígenes era en beneficio de los preferidos de su dios extrabíblico y para el bienestar del ser humano pensante de raza blanca.
La guerra divina.- La falta de argumentos políticos y la creencia absurda de ser depositarios de la única verdad existente en el mundo condujo a los norteamericanos a realizar infinidad de invasiones en territorios ajenos, en la búsqueda de materias primas, energéticos, commodities y minerales de alto precio, convirtiéndose desde principios del siglo 20 en la nación colonizadora de mayor éxito en el mundo y apropiándose de las riquezas de gran cantidad de naciones débiles a lo largo y ancho del mundo. Con las enormes riquezas sustraídas de territorios ajenos, los Estados Unidos logró controlar gran parte del mundo en el siglo 20 y creó un nuevo orden mundial sustentado en sus poderosas fuerzas bélicas en un mundo en el que Europa padecía la hambruna ocasionada por el fracaso de la primera etapa de la sociedad industrial y América Latina aún vivía en la etapa de las dictaduras militares.
La fábrica de dinero.- Fue en ese período de inicios del siglo 20, – diciembre 23 de 1913 – cuando el sector bancario privado se apropió del Banco Central de los Estados Unidos (Banco de la Reserva Federal o FED)y se arrogó el derecho de imprimir bajo su propio criterio la moneda oficial del Estado. De inmediato se adhirieron todos los bancos privados y recibió el apoyo del presidente electo. Aun cuando en un principio esta institución privada sustentaba sus emisiones en una reserva de oro, posteriormente (1973) suprimió esa responsabilidad, bajo el mandato de Nixon y su ‘encaje legal’ depende ahora de sus propias emisiones de reservas en dólares.
La gran mentira del ‘abismo fiscal’.- Es por la anterior razón de que el Estado imprime su propia reserva que el gran economista Paul Krugman hace chunga permanente del supuesto ‘abismo fiscal’ que pregona la ultraderecha, ya que la deuda pública nunca podrá superar a la emisión de dinero que se haga necesaria en cada crisis económica que ocurra. El verdadero problema, del Estado norteamericano sería llevar a cabo la torpe idea de recortar el gasto público, justo cuando la ocasión requiere de más dinero público para evitar el desempleo. A final de cuentas son los trabajadores de la clase media los que aportan la mayor parte del ingreso fiscal. Dice Krugman que el recorte del gasto público es una fórmula lenta pero muy efectiva para crear una catástrofe económica irreversible. Un caso dramático de este fenómeno es el de Inglaterra cuando presidió el Gobierno Margaret Thatcher aplicando las medidas de austeridad del naciente neoliberalismo. Desde entonces (1976) no se ha podido disminuir el desempleo que ocasionó y si sobrevive el Estado del Reino Unido con un déficit fiscal colosal es sólo debido a que posee el derecho internacional de imprimir su propia moneda.
El negocio del terrorismo.- Aún después de los inminentes fracasos de las guerras planeadas en Corea, Viet Nam, Irán, Irak y Afganistán, el ingreso de las guerras con mercenarios y grandes movilizaciones de empresas al servicio de las guerras en el extranjero, el gran negocio de la guerra planificada dejó de serlo en el momento en que se agotaron las arcas de Washington durante la gran crisis del 2008 y vino a ser sustituido por la guerra a ‘pequeña escala’ justificada en un terrorismo internacional que solo existe en los reportes de la CIA y del FBI. El uso de ‘drones’ y de artefactos bélicos sin pilotos se ha constituído en el pequeño negocio al que fue reducida la enorme empresa de las guerras de mercenarios, ya que Wall Street se apoderó también de la fuerza política en el Pentágono, echando fuera a los ‘halcones’ que habían medrado desde los tiempos de Bush ‘padre’, quien pensaba que si no había enemigos había que fabricarlos.
El gasto educativo.- Al igual que el terrorismo, el enorme gasto del Estado norteamericano para la educación pública no tiene como propósito crear valores éticos y culturales en los niños y jóvenes norteamericanos, sino sustentar a la gran industria del deporte competitivo que se ha convertido, con las firmas de empresas productoras de artículos deportivos y con las campañas publicitarias de las grandes empresas masmediáticas en uno de los negocios más lucrativos de los Estados Unidos que se extienden por todo el mundo y en uno de los gastos sociales del Estado de mayor envergadura. Al grado de que el actual gobierno de Obama lo está planteando ahora mismo como una opción muy práctica de recortar el gasto del Estado para dejar contentos a los políticos de ultraderecha que pretenden evitar la caída del Estado mediante la austeridad.
Apología de la plutocracia.- Desde los inicios del siglo 20, la sociedad norteamericana y sus gobernantes han dado un trato preferencial a los empresarios y financieros de mayor poder económico, otorgándoles prerrogativas fiscales, contratos gubernamentales muy rentables y tratamientos judiciales especiales que les han permitido ascender en sus ingresos, al mismo tiempo de que los han ido liberando de sus responsabilidades fiscales, laborales y ecológicas a través de los años. Cada día se incrementan las utilidades de las empresas financieras que carecen de normatividad jurídica y cada día se otorgan nuevos contratos del gobierno a las compañías aseguradoras, a las propietarias de institutos educativos y a las que se dedican a dar servicios médicos, asistenciales y de salud en general.
Democracia ‘american way’.- Estados Unidos es la única nación del mundo en la que la representación democrática sólo puede expresarse dentro de dos partidos políticos donde existen diferencias ideológicas imperceptibles, además no pueden sumarse indiscriminadamente los partidarios de todos los Estados federativos, sino que tiene que crearse una mayoría partidaria en cada Estado que se admite como si fuera la síntesis del pensamiento de la mayoría. Luego se expresan las dos ideologías en función de la totalidad de habitantes de cada Estado y así eligen al Presidente de los Estados Unidos.
Poder judicial y policial.- Como en todo el mundo, la justicia es beneficio exclusivo de las altas clases sociales y lo mismo sucede con el ejercicio de la fuerza policial que solo actúa contra las personas de bajos ingresos y de preferencia con los que no son de raza blanca. Quizá su principal atributo es que en ambos casos son actividades bien remuneradas y se ejercen con personas que son miembros conocidos por la sociedad donde desarrollan sus actividades.
Disciplina y rangos.- Quizá la mayor virtud del norteamericano promedio es que trata de cumplir meticulosamente con sus horarios de actividades y reconoce, sin mayores objeciones, a quiénes por diversas razones son sus superiores en el organigrama social o de alguna institución, organismo o empresa. Esto permite una simplificación y eficiencia en el desarrollo de todas las actividades del individuo que conduce a un alto nivel de éxito en cualquier tipo de empresa. El porcentaje de éxito en las actividades empresariales en Estados Unidos es muchas veces superior al de una empresa latinoamericana y a la de las empresas de casi todas las regiones del mundo.
Conclusiones.- No hay duda de que existen muchos más factores que han generado el éxito material de los Estados Unidos y mi visión se limita a la experiencia personal de haber realizado actividades empresariales en dos naciones europeas (Italia y España), en tres naciones Latinoamericanas, (Brasil, Argentina y Nicaragua) y naturalmente en México y en los Estados Unidos. Pero un hecho irrefutable es que el nivel de cultura colectiva y tecnológica de los pobladores de las diversas naciones del mundo poco o nada tienen que ver con el éxito material de sus empresas.
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