Los fundadores de la República Federal Alemana que se reunieron en el Consejo Parlamentario de Bonn aprobaron una nueva Constitución conocida como la ‘Ley Fundamental’, donde se reflejan las lecciones que dejó el fracaso de la Primera Democracia, la República de Weimar y la Dictadura Nacional Socialista. A partir de 1949, la democracia solo funcionaría en la parte occidental de Alemania que estaba dividida en dos Estados. Pero esta solución provisional se mantuvo fiel a sus objetivos de reunificar las dos Alemanias en libre autodeterminación y finalmente triunfó. La segunda democracia alemana fue un éxito rotundo, debido a la introducción del sistema de libertades tras la dictadura, al anhelo de ser aceptados por las naciones democráticas vecinas y a la Ley Fundamental que pasó a ser la Constitución de Alemania unida.
La Ley Fundamental somete a los legisladores y a la administración pública al orden constitucional, a sus normas y al ordenamiento jurídico. El artículo 1º convierte en bien supremo del orden constitucional a la dignidad humana, señalando que ‘la dignidad del ser humano es intangible’. La Constitución establece que Alemania es un Estado de Derecho, junto con el imperio de la ley, la separación de poderes, la vigencia de los derechos fundamentales que implican que todos sus poderes públicos están sometidos al poder judicial. También tiene rango constitucional el Estado Federal por lo que las competencias se distribuyen entre el Estado central y los Estados miembros. Asimismo, la Ley Fundamental define a Alemania como Estado social por lo que los poderes públicos adoptan previsiones para que todos los ciudadanos tengan garantizado un sustento ‘digno’ en caso de desempleo, discapacidad, enfermedad o vejez. De modo que la Ley Fundamental tiene carácter de inmutable o perpetua con base en estos principios constitucionales esenciales.
Además de los derechos fundamentales, la forma el gobierno democrático, el Estado federal y el Estado social no pueden desvirtuarse o alterarse mediante reformas o modificaciones constitucionales ulteriores, ni tampoco a través de una nueva Constitución. De tal forma que la Ley Fundamental especifica que todo el poder del Estado emana del pueblo y ejerce ese poder por medio de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial en forma similar al de una ‘democracia representativa’. También a través de la Ley Fundamental, los partidos políticos tienen la función de cooperar en la formación de la voluntad política de pueblo. Por lo que la organización de las campañas electorales se convierte en una tarea constitucional para los partidos y reciben del Estado una compensación económica que se ha convertido ahora en una práctica habitual de la mayoría de las democracias de Occidente.
Se podría decir sin hipérboles que la Alemania actual es una democracia parlamentaria que si funciona. Su política gubernamental es dirigida por el jefe de gobierno y sus ministros. Debido a los elevados estándares que fija la Ley Fundamental en cuestiones de derecho y de democracia, en algunas ocasiones la Corte Constitucional Federal participa en la política de Europa. Este alto tribunal ha declarado en forma reiterada que el ordenamiento jurídico europeo debe satisfacer los criterios de la Ley Fundamental, antes que Alemania ceda sus derechos a la Unión Europea (UE). En una sentencia de junio del 2009, la Corte Constitucional Federal señaló que el Bundestag debe participar en la toma de decisiones en la UE.
La Corte Constitucional Federal es una institución típica de la democracia alemana de postguerra. En virtud de su Ley Fundamental puede derogar leyes reglamentarias aprobadas dentro del proceso legislativo democrático si estima que se vulneraron normas constitucionales. No obstante, la Corte no puede actuar de oficio, sino a instancia de parte, o sea que se promueva un recurso ante ella. Los órganos federales legitimados para apelar al recurso de inconstitucionalidad son el Presidente Federal, el Bundestag, el Bundesrat y el Gobierno Federal, así como los integrantes de los mismos como diputados o grupos parlamentarios y los Gobiernos de los estados de la Federación. La Corte además atiende los conflictos constitucionales con la finalidad de asegurar la división de poderes garantizada por la Constitución y el buen funcionamiento del Estado Federal, ya que basta con un tercio de los miembros del Bundestag para poder aplicar una norma.
El Bundestag es el órgano de representación del pueblo alemán. La representación se adquiere por sufragio universal manifestado en los comicios electorales. Todo elector cuenta con dos votos: uno para aplicar a la mitad de los 598 escaños del Bundestag en la elección de las listas regionales de los partidos y el otro para la elección directa de candidatos en un total de 299 circunscripciones electorales. De modo que no se modifica en absoluto la posición original de los partidos en el sistema electoral. Por lo que solo tienen posibilidades de ser electos los candidatos que pertenezcan a un partido de cierta importancia, ya que una cláusula de bloqueo impide que las fuerzas políticas con menos del 5% de los votantes tengan representación parlamentaria.
El Bundestag es el parlamento alemán y sus diputados eligen al presidente de la Cámara. También elige al Canciller Federal o Jefe de Gobierno y lo mantiene en el cargo si aprueba su política. En este aspecto el parlamento alemán se distingue de la mayoría de los parlamentos europeos donde el Primer Ministro es designado por el Jefe del Estado. Otra tarea del Bundestag es la de legislar. Desde 1949 ha presentado más de 10000 proyectos y se han aprobado 6600 leyes. Aunque es similar a otros parlamentos europeos en que básicamente aprueba leyes propuestas por el Gobierno Federal, se parece un poco más al modelo del Congreso de los Estados Unidos que crea comisiones para cada caso. Otra gran función del Bundestag es el control del Gobierno, a través del control visible ante la opinión pública del parlamento. Mientras que hay una parte menos visible para el público donde los diputados de los partidos políticos plantean a sus representantes gubernamentales preguntas críticas detrás de las puertas cerradas de los salones de sesiones.
En este modelo alemán, el Presidente Federal es el Jefe de Gobierno y representa al país en el exterior, nombra a los miembros del Gobierno, a los jueces y a los altos funcionarios. Además sanciona y promulga las leyes, puede separar a los ministros de su cargo y puede disolver el Parlamento en casos excepcionales. No tiene derecho de veto y ejerce su cargo por cinco años, con solo una reelección. Es elegido por la Asamblea General que está compuesta por los diputados del Bundestag y un número igual de delegados elegidos por los parlamentos de los 16 estados federados.
El Canciller Federal es el único miembro del Gobierno Federal elegido por el Parlamento y este tiene el derecho a elegir a los ministros al frente de las diversas áreas de gobierno. Asimismo decide el número de ministros y de sus respectivas competencias. Fija además las directrices de la política de gobierno de forma similar al poder en las democracias presidenciales de Occidente. En el Bundestag ningún partido alcanza la mayoría suficiene para poder gobernar en forma solitaria. Por eso, para llegar a Canciller se requiere de una alianza de partidos.
Adenda: Esta especial visión de la democracia y de la vida social han convertido a Alemania en la nación más desarrollada de Europa y en un líder incuestionable del nuevo eje comercial entre Pekin y Berlin.