Las reformas políticas de las últimas tres décadas en China han involucrado cambios muy importantes en su política económica que han generado un crecimiento promedio de 10.1 % en su PIB anual entre 1981 y 2010, propiciando una transformación sin precedentes en su estructura económica y en su sociedad. Durante ese período de tiempo ha surgido una numerosa clase media y cientos de millonarios chinos. Según el Banco Mundial, en las últimas tres décadas se ha sacado de la pobreza extrema a más de 500 millones de personas.
La paradoja de que en China hay reformas económicas sustantivas, sin cambios políticos importantes corresponde a una visión externa del evento, mientras que los altos dirigentes chinos están convencidos del avance de un proceso de reformas internas cuyo propósito final es llegar a la democracia socialista. No hay duda de que existen cambios constantes en la operación del sistema político chino que se autodefine como que aún se haya en una etapa de ‘dictadura democrática’ pero en camino hacia un estado superior donde la gente pueda elegir a sus representantes en la Asamblea Popular Nacional de manera indirecta y de forma directa a sus autoridades inmediatas – a nivel de las aldeas y condados – en los que se cumpla de manera efectiva lo estipulado en su Constitución Política y en materia de derechos civiles y humanos, pero donde no caben ni el sistema de partidos políticos múltiples, su alternancia en el poder, ni el sufragio universal directo para elegir al jefe de Estado o de gobiernos regionales como ocurre en las democracias capitalistas.
Pero es justo en relación a los sistemas de gobierno donde existe una gran paradoja en China entre los procesos de reformas económicas y políticas. Ya que el sistema político comunista de China, de acuerdo a sus elementos fundacionales es el de una dictadura democrática popular, luego viene la participación de las mayorías del pueblo chino que incluye campesinos, clase obrera, pequeños burgueses y la burguesía nacional que no estaba alineada con el régimen derrocado para construir un país bajo la orientación del Partido Comunista Chino (PCC) fundado en 1921 por el Kominterm, como una calca del bolchevismo soviético de fines de la primera década del siglo XX. La dictadura es el uso del poder por parte de las mayorías, pero conducidas por el PCC, para someter, o liquidar, cuando así se requiera a la reacción interior y exterior de China, así como al imperialismo extranjero que la explotó en el siglo XIX y parte del XX.
Estas actividades denominadas ‘contrarrevolucionarias’ por los chinos , además de las conocidas como ‘revolucionarias’ que se implantaron a partir de 1949 fueron de donde aprendieron los chinos a aplicar el poder a sus condiciones rurales y socialmente atrasadas con suficiente éxito, ya que pudieron sobrevivir a las luchas de guerrillas con facciones en remotos lugares de su territorio y aprovecharon la invasión de Japón para hacer un segundo frente unido con sus enemigos internos de Goumindang con una guerra civil de la que salieron victoriosos para crear un nuevo Estado que ha superado muchos problemas hasta llegar al exitoso régimen actual que ha posicionado a China como una gran potencia económica, política y militar de alcance global.
Desde mediados de los años cincuenta, el liderazgo chino empezó a ser pragmático y estableció una Constitución Política, otras leyes secundarias y las instituciones necesarias para construir un nuevo Estado. Aunque se reconocía que China, debido a su gran atraso, tendría que transitar por un largo proceso donde coexistirían capitalistas rudimentarios con organizaciones colectivas antes de poder llegar al socialismo. Mao impulsó campañas de voluntarismo político para acelerar el proceso de desarrollo económico y social de China que fueron grandes fracasos como la del Gran Salto y la Revolución Cultural, pero aun así hubo dos generaciones de chinos, empezando por Mao que buscaron un camino de desarrollo propio hasta llegar a los días actuales.
En el presente, la alta dirigencia china tiene la clara convicción de que la restauración política-institucional realizada por Deng Xiaoping y un grupo de septuagenarios a principios de los ochenta fue fundamental para mantener la unidad entre los altos jefes políticos y propiciar la funcionalidad de las reformas económicas. La Constitución de 1982 fue una réplica casi total de la de 1954 y las pocas reformas adicionales fueron para adecuarla a la nueva realidad económica y social del país. Hubo, entre otros, dos cambios fundamentales en la nueva Constitución: el reconocimiento a nivel constitucional de la propiedad privada y el derecho de indemnización, cuando por razones de interés público alguna propiedad se expropia o se nacionaliza.
Me ha resultado muy difícil hacer una síntesis del inesperado fenómeno del gran desarrollo económico y social de China, ya que toda la información que procede de Occidente está manipulada o definitivamente deformada, pero la información que proviene de las redes sociales y de la prensa extranjera en Internet nos da una dimensión del nacimiento de una nueva gran potencia, de la creación de un nuevo eje comercial Pekin – Berlín que replanteará la geopolítica mundial creando un interesante balance entre Oriente y Occidente, de nuevos sistemas financieros y monetarios a nivel mundial, así como de la eficiencia de sus fórmulas políticas de autarquías y democracias.
Adenda: Como la mayoría de los Occidentales conocemos el sentido de la democracia política solo señalaré algunos aspectos simples del sistema de gobierno conocido como autocracia que opera en China. 1.- Su autoridad recae en una sola persona sin ningún límite y cuya voluntad es la ley suprema. 2.-Los gobernantes ascienden al poder a través de la fuerza, aunque no necesariamente por medio de la lucha armada, sino que por diferentes medios de manifestar esa autoridad. 3.- En su sistema electoral y de voto, la autocracia no tiene instancia y si llega a haberlas es con un partido único. 4.- Este partido único puede actuar legalmente, de modo que la oposición tiene que ser clandestina ya que el gobierno reprime toda oposición ideológica por medios policiales, de inteligencia o militares. 5.- No existe separación de poderes, ya que el poder ejecutivo absorbe a todas las funciones del gobierno. Los derechos humanos, como la libertad de expresión y de asociación están restringidos, así como las expresiones literarias, artísticas e ideológicas.