En los últimos días del pasado mes de octubre, la socióloga holandesa Saskia Sassen recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en la hermosa capital asturiana de Oviedo. Agradeciendo el premio en perfecto español le dijo a los ahí presentes que deseaba donar los cincuenta mil euros del premio para dos organizaciones no gubernamentales españolas que están realizando investigaciones sociales para poder ayudar a resolver su situación a la gran cantidad de personas de la clase media precarizada y a quiénes se han quedado sin empleo desde que surgió la gran crisis financiera global en el 2008.

Según esta eminente socióloga, la globalización de la economía ha generado un intenso proceso de concentración del poder económico y financiero en unas cuantas ciudades, desde las que se ejerce el control y la dirección de la economía global. Estas áreas metropolitanas son las que Saskia Sassen ha denominado ‘ciudades globales’.

En ellas convergen los puntos nodales de las principales redes de telecomunicación, la sedes de las más importantes instituciones financieras y los centros del poder mundial donde se genera una información privilegiada, vital para la toma de decisiones de alto nivel, aunque existe una paradoja en el fenómeno de la globalización, ya que por una parte se caracteriza por su tendencia centralizadora y al mismo tiempo genera tendencias en sentido contrario.

En su libro titulado ‘La Ciudad Global’ la Sassen señala que durante los años ochenta se produjo un cambio radical en la estructura de la mayor parte de las naciones del mundo que se aceleró en los noventa con los fenómenos de privatización, desregulación, apertura de los mercados nacionales a empresas extranjeras y la creciente participación de los capitales nacionales en el mercado global.

El debilitamiento de lo nacional – dice Sassen – y la ampliación de la mundialización explican el surgimiento de otras entidades y de otras escalas espaciales. Estos nuevos espacios se localizan a nivel internacional en las ciudades y regiones globales y a un nivel transnacional en los mercados electrónicos globales y en las zonas de libre intercambio donde surgen las ciudades globales.

Con la mundialización de la economía dentro de su nueva estructura Saskia Sassen hace una nueva redefinición teórica en la que presenta siete hipótesis.

1.- La dispersión geográfica de las actividades económicas, así como su integración con los factores básicos que alimentan ahora el auge de las empresas y realzan la importancia de sus funciones centrales.

2.- Las funciones básicas de las nuevas empresas adquieren tal complejidad que tienen que subcontratar, aunque sea de forma parcial a otras empresas especializadas en contabilidad, asuntos fiscales, relaciones públicas, investigación, transporte, telecomunicaciones, etc.

3.- Estas empresas de servicios especializados están sujetas a una economía de expansión, ya que la complejidad de los servicios que les requieren, la incertidumbre de los mercados donde actúan y la creciente importancia de la velocidad en todas las transacciones son factores decisivos en esta nueva dinámica de la economía. Al concentrarse en estas empresas los talentos y los expertos se hallan inmersos en una amplia gama de sectores especializados y el entorno donde viven funciona como un centro de información. Por lo tanto las ciudades globales son los lugares de producción de las industrias de la información más importantes de la actualidad.

4.- En función de la hipótesis anterior, cuanto más exteriorizan sus funciones, las sedes centrales encuentran mayor libertad para elegir su ubicación geográfica. Eso demuestra que el sector clave de las ciudades globalizadas es el de los servicios altamente especializados conectados a internet.

5.- Todas las sociedades de servicios especializados tienen que operar a nivel mundial, lo que implica una red global de sus filiales o asociados. Por lo que surge un incremento de transacciones y un desarrollo de redes entre pobladores de distintos estados. Ahora ya no existe la ciudad global única como en las antiguas capitales imperiales, sino un sistema urbano de gran extensión entre las diversas naciones del mundo.

6.- Al crecer el número de equipos de alta calificación y de sociedades especializadas se incrementarán los márgenes de desigualdad económica en el mundo y entre los diversos espacios al interior de las ciudades. Se aumentarán los ingresos de los profesionales de alto nivel, mientras que los empleados de la vieja sociedad y los trabajadores manuales sufrirán el efecto contrario al disminuir sus ingresos y hasta quedarse sin trabajo.

7.- Se propicia entonces que tanto las empresas como los particulares que no están capacitados para competir tiendan a convertirse en fuerzas de trabajo informales para poder subsistir.

Siguiendo con las investigaciones de Saskia Sassen se encuentra que la expansión de la conexión por internet entre las ciudades globales pronto se afectará a los sectores políticos, de la cultura, jurídico y social del Estado. Al mismo tiempo surgen intercambios transnacionales entre las comunidades de inmigrantes y las del país a donde llegan que generan actividades económicas inéditas. Surgen también un mayor número de redes con vocación cultural, ya sea en los mercados del arte como en el de los expertos de ese campo.

Aparecen también redes de reivindicación política, en los asuntos del medio ambiente y en los derechos humanos fundamentales. Casi siempre estas redes son tendidas entre ciudades o se desarrollan a nivel urbano. Y eso mismo sucede con el crimen organizado internacional.

Saskia Sassen concluye su libro de ‘La Ciudad Global’ diciendo que la geografía de la globalización de las poblaciones urbanas, de cualquier comunidad y de todas las diferentes culturas del trabajo – fuera de las empresas – operan dentro de este nuevo proceso de globalización que representa un enorme enigma social para el futuro inmediato, ya que su complejidad actual sobrepasa con mucho el viejo concepto de la globalización de los años ochenta que solo contemplaba los temas obsoletos de flujos transnacionales de mercancías, de capital y de información.

(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)