Krugman opina sobre la crisis europea

Según el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, la idea, aparentemente ética y generosa de los banqueros europeos de no adquirir deuda de los países con problemas financieros es la causa fundamental de la gran agitación financiera en Europa y no es, como se pretende hacer creer, un problema de las economías periféricas de Grecia, Irlanda y Portugal.

Lo que ahora sucede en Europa – dice Krugman – es un ataque a fondo de los mercados financieros contra las economías de Italia y de España, de modo que las economías en crisis representan casi una tercera parte del PIB de la zona del euro, por lo que esta moneda podría desaparecer en cualquier momento.

En la opinión de Krugman, la estrategia norteamericana de darle una solución ‘fiscal’ a los grandes problemas económicos de Europa, sin tratar de enfrentar el problema toral del desempleo, es mucho menos malo que la estrategia europea, donde los alemanes piensan que los problemas actuales tuvieron su origen en los endeudamientos excesivos de ciertos países de la zona del euro que ahora están pagando las consecuencias.

Dice Krugman que ese asunto sólo es válido para el caso de Grecia, cuyo endeudamiento fue realmente desorbitado, pero en el caso de España es muy diferente, ya que contaba con un enorme superávit presupuestal y su deuda era muy baja antes de la crisis financiera del 2008. A pesar de los grandes daños que le causó el ‘boom’ inmobiliario, su situación real de endeudamiento no es peor que la de Inglaterra.

El problema de fondo, sigue diciendo Krugman, es que existe una retirada masiva de inversionistas, quiénes tienen miedo de que una nación en particular no pueda pagar sus deudas, por lo que nadie compra ahora bonos de un país con problemas financieros sino paga intereses muy altos y en consecuencia, esto empeora la perspectiva fiscal y hace que disminuya su capacidad de pago y por lo tanto la crisis de desconfianza se convierte en una realidad y el país no paga.

Conforme se cumplen las profecías de que los países que carecen de créditos oficiales no pagan, el asunto se transforma en una crisis bancaria grave, ya que la mayoría de los bancos de un determinado país acostumbran invertir gran parte de sus recursos en la deuda pública nacional.

La gran desventaja de los países de la eurozona es que no están autorizados, por la normatividad financiera internacional, para emitir dinero sin la autorización de la Banca Central de la Unión Europea (BCE), mientras que los países con monedas propias, como los Estados Unidos y el Reino Unido simplemente emiten el dinero necesario para cubrir sus déficits.

Bajo estas circunstancias, Paul Krugman sugiere que el BCE (Banco de la Comunidad Europea) debiera comprar ahora mismo las deudas italiana y española que es justamente lo que han hecho las naciones con monedas propias para sortear la crisis financiera actual. No obstante, surgió la presión de quiénes no quieren dejar sin castigo a los países que cometieron el error de endeudarse arriba de su capacidad de pago.

Dice Krugman que es justamente esta actitud irracional de los inversionistas que pretenden ser moralistas, la que ha ocasionado la crisis de pánico renovada en los mercados financieros europeos. Además de esta irracional y estúpida actitud de los inversionistas europeos moralistas, debe añadirse la no menos tonta idea de Trichet (el director del BCE) de seguir conservando la estabilidad de los precios, en un momento en que Europa requiere de una recuperación económica inmediata.

Mientras el BCE está tratando de evitar una supuesta inflación, totalmente imposible dentro de una economía empantanada, está restringiendo el crédito y promoviendo un colapso económico que podría ocurrir en toda Europa en sólo unos días más.

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