Si por un momento reflexionamos sobre cuáles son las necesidades y apetencias de todo ser humano, además de las primarias de alimentarnos, reproducirnos y defendernos; seguramente nos quedaríamos con el lenguaje y el arte. Ambos tienen belleza, forma, contenido, estilo y producen una experiencia imaginativa. Existen en ellos convergencias, por ejemplo un discurso de Ciceron como la “Concordia de las Órdenes” puede ser una bella pieza de oratoria y un llamado a la acción; con otro lenguaje, El Guernica de Picasso es a la vez un llamado a la acción, que denuncia los bombardeos de la Alemania nacionalsocialista en apoyo a las fuerzas de Franco y la más bella y estrujante pieza de arte contemporáneo. Ambos incitan emociones que van más allá de su propia cultura, pero tienen raices propias e interpretaciones universales de singularidad creativa. Ante todo producen una experiencia imaginativa y placentera en el teatro de nuestro cerebro.
Para Aristoteles toda manifestación artística es mimética, es decir es imitación de algo, pero reconoce que la variedad e independencia de las artes nos proporcionan también una visión de nuestra condición humana. Darwin muchas veces quedó perplejo por no encuadrar el arte en algun mecanismo de supervivencia. Freud resaltaría al arte como balsamo para nuestras represiones y una válvula de escape de las mismas, abonando indirectamente a nuestra supervivencia emocional. Arnold Hauser quien estudió la historia del arte desde sus origenes en el paleolítico, nos señala que la separación de la producción artesanal de la artística se origina entre los siglos IV y V a.c en la Antigua Grecia. Los artistas empezaron a reclamar su singularidad como creadores cuando Apeles en la pintura, Fidias en la escultura, e Ictino y Calicrates en la arquitectura descollaron en la edad de oro de la Atenas de Pericles. El Renacimiento con Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Durero y Holbein, humanistas ávidos de inovación, catapultó el individualismo al artista a su máxima expresión.
Hauser vio la creatividad del artista como fenómeno paralelo a la evolución de las fuerzas políticas y económicas de su época; Gombrich el exégeta de la Historia del Arte golpeó con su crítica al Rumano de Temisvar, considerando, que había visto al arte a través de la “lente miope” de un discurso entrampado en el materialismo dialéctico. Hauser agrega “el arte de ser plano y abstracto; lascas y piedras talladas es decir artesanal, paso a ser un necesidad de la burgesía y se volvió más realista y racional con la saparición del autoritarismo y de las jerarquías”. Es en este momento cuando nace el artista como un comensal creativo y racional en la mesa del desarrollo humano, reclamando su identidad.
Más recientemente Steven Pinker postuló que el lenguaje es un instinto, aunque erró al considerar a la más primitiva de las manifestaciones artísticas que es la musica, como el “auditory Cheeskaque” de la evolución. Denis Dutton, nos dice que las apetencias artísticas del ser humano derivan de tendencias evolutivas modeladas por la selección natural y reclama al arte también como un Instinto. Recordemos que las presiones selectivas del Pleistoceno determinaron nuestro constructo intelectual moderno en cerca de 85 mil generaciones (2 millones de años) generando adaptaciones y exaptaciones que influyeron en la creatividad artística.
El desarrollo del arte estuvo vinculado por siglos (5000 generaciones) con la manofactura, pero se transformó con los devaneos contemplativos de lamentefactura hace 2600 años. Esto surgió de disponer más tiempo para el ocio y menos para labores de supervivencia (La guerra y la caza). No es extraño que fuera Grecia donde florecieron la filosofia, las matematicas y la astronomía entre aquellos que disponían de tiempo para el ocio y las actitudes contemplativas, recordemos que los griegos menospreciaban a quien ganaba el sustento con sus manos. La manofactura era vista condescendientemente por las clases altas de ahí que la inovación no sólo en los artistas sino también en los médicos tuviera que evolucionar, agregando a su oficio un valor extra de creatividad individual. De hecho Quiron el centauro mitológico cuyo nombre significa mano, fue quien enseño a los humanos a curar; entablillando fracturas, haciendo curaciones de heridas y restableciendo luxaciones, como la maniobra hipocrática, un procedimiento que se sigue utilizando para reducir la luxación del hombro y que consiste en acostar al paciente, colocándole el médico su pie en el axila y estirando su mano fuertemente para devolver la cabeza del humero a su lugar. Estas invenciones creativas le dieron un nuevo sello al oficlo de Asclepios enseñado por Hipócrates en la Isla de Cos. La manofactura daría paso a la mentefactura cuyos practicantes desde Pitágoras hasta Anaximandro se apoltronaban en sus villas para entrar en trances místico-contemplativos, utilizando la inducción primero con Platón y la deducción después con Sócrates para definir lo bello y lo útil. Armonía, simetría y sintonía surgieron al mismo tiempo, influyendo aparte de la Filosofía, en la astronomía , las matematicas y el arte.
Así se ubica a la artesanía como subproducto de un desarrollo evolutivo es decir en su forma inicial como un apéndice extracorporeo, para extender las funciones de la mano del hombre, desde la prehistoria hasta la Grecia de Pericles. El sedentarismo en la plutocracia griega, cambió el paradigma de la utilidad de los artefactos por la idealidad de los mismos. Así se impulso la contemplación, el último empoderamiento en arribar al espectro del hedonismo gratificante, que se agrego al repertorio del desarrollo de los lóbulos frontales para entre otras cosas controlar las emociones detonadas en el sistema límbico incluyendo la violencia primordialmente utilizada por el Homo primitivo para saciar necesidades instintivas. Los otros tres serían el sexo como placer y no como funcion reproductiva, la comida como arte culinario que se transformaría de nutritivo a gustativo y contemplativo (visual) y el diálogo ya no sólo como elemento de comunicación para mejorar la cooperación y llevar a efecto tareas como la caza sino también como medio para intercambiar ideas. El teatro que nació en Grecia, mitad sacro y mitad pornográfico con Esquilo, Sófocles y Eurípides llevarían a su máxima expresión a la comunicación, proyectándola a una audiencia más sofisticada e interactiva.
La diferencia entre el ocio y recreación, es su dinamismo. Esta última tiene un componente mixto de racionalidad y emocionalidad, el ocio puro es un abandonamiento y en cierta forma una obliteración perceptual, en ocasiones útil para la reflexión. Mi conjetura es que el proceso llamado de telencefalis accionó alargamiento de lóbulos frontales que duró 1 millon de años en el cerebro primitivo, permitiría mayor rendición de cuentas con el pensamiento crítico a nuestros instintos. Esto hizo que la aparición del arte fuera un contrapeso, un antídoto para la violencia. El arte tendría efecto de apaciguamiento y esto daría paso a momentos prolongados de suspensión de acciones bélicas, que se transformarían en esparcimiento como la danza, música, poesía, pinturas, tatuajes y rituales sin descontar el juego.
Un ejemplo claro de funciones adaptativas transculturales las observamos en la evolución linguística, en donde la gramática se altera cuando se pasa del idioma troncal como el latín a sus ramas como italiano, francés, español y portugés. Esta evolución linguística se acompaña de una transformación al mismo tiempo del cableado neuronal y por ende del individuo que las habla y las piensa de acuerdo con sus motivaciones. Por ejemplo la palabra “pocos” tiene significados diferentes en las lenguas romances, en relación con las germánicas que pudiera estar en función de sus propias necesidades. Pocos en alemán significa de tres a cuatro y en español de cuatro a cinco (20% de diferencia), de tal manera que en el leguaje interno o del pensamiento como diría Fodor, la estadística germana es más parca quizá porque los habitantes de latitudes nórdicas donde todo es más escaso se conforman con menos. Si nos alejamos más del tronco linguístico indoeuropeo y nos movemos a las lenguas de Papua Nueva Guinea como la Fore que sólo tiene denominación linguística para tres colores aparte del negro y blanco y su alfabeto tiene sólo veinte letras, el cableado neuronal mostrará todavía una mayor diferencia. Es por eso que las artes visuales primitivas tienen representaciones acotadas en forma y colorido lo cual no quiere decir que sean menos bellas. Si cambiamos de latitudes a las áreas subsharianas, el significado de pocos en lengua Wolof del Senegal es menos de seis y en otras lenguas semíticas como las de los Tuareg es igual. Se podría pensar que las grandes extensiones desérticas afectaron la apreciación numérica generando reglas epigenéticas diferentes por presiones selectivas, en culturas diferentes con relación al espacio y al clima que afectarían en turno el cableado neuronal.
Nuestras conductas en relación al arte utilizan dos pistas de apreciacion: una utilitarista como el cuenco de la mano que sirvió de modelo para utilizar la cascara de una fruta y transformarla en tazón pero que al cocerla en barro decidioa dornarla dándole un valor agregado: la belleza, la cual genéticamente en nuestro cableado neuronal se asocia con la simetría. La segunda se manifiesa cuando se establece el trueque y entran las fuerzas del mercado. El artesano, subalterno por antonomasia, se desvincularia de su getatura al ver que su producto generaba emociones positivas cuanto más bello y útil era, obteniendo así mayores recompensas.
El valor de utilidad asociado a lo bello y singular es lo que da nacimiento al arte y a su creador el artista. Pero además es lo que induce un estado de tranquilidad al que lo ejecuta y al que lo contempla, que es opuesto a la violencia y en ocasiones puede transportarlos al éxtasis con relajación. La relación de la belleza con la simetría es muy conocida pero lo es menos en relación con los cambios cognitivos que producen belleza y simetría en nuestro cerebro. Se podrá argumentar que algunos tazones sin adorno son bellos de por si, y esto es correcto por que sus simetrías los hacen parecer más agradables a la vista. El ser humano tiene ese proclividad genética emanada y generada por sus lobulos parietales para reconocer esas simetrías. El apariamiento privilegia la búsqueda por las hembras de machos simétricos y más grandes para cohabitar, porque esto les asegurara mejor descendencia. Sólo lo que nos produce una verdadera emoción capaz de alterar positivamente nuestro sistema límbico recompensándonos, será bello pero debera tener implícita utilidad y ganancia. Por eso en Oriente que se desvinculó primero en su filosofía de la ganancia material y cercenó las cadenas del utilitarismo se aprecia tanto la meditación complemento que enriquece el arte de la exploración interior, particularmente cuando se genera un sentimiento de unión cósmica que busca bellezas interiores para desterrar la violencia del pensamiento.
La manera de apreciar lo bello por nuestro cerebro implica una revolución perceptual que además se acompaña de alteraciones de la química cerebral. Hablaremos especificamente de dos substancias o transmisores neuronales involucrados: La serotonina y la dopamina. La primera nos dá placidéz, la segunda nos proporciona el substrato químico de una recompensa placentera. La primera la contienen chocolates, nueces, quesos, chile etc., su ladrillo constructor es un aminoácido esencia del triptofano. La dopamina interviene en circuitos neuronales que además de placer median percepciones y emociones. Los tractos o fasículos mesencefálico-límbicos y cortico-mesencefálico son las avenidas que vinculan la corteza frontal y el tallo cerebral, por ellas circulan estos neurotransmisores. La dopamina es además indispensable para el funcionamiento cognitivo interviniendo en el juicio, memoria, emoción e inteligencia. Existen otros neurotransmisores como la acetilcolina que está en relación con trasmisiones perceptuales específicas (visión, tacto) y con la memoria y la noradrenalina que funciona como facilitador de funciones varias como la atencion y las reacciones de huida o pelea (fight and flight).
Pasemos ahora al proceso cognitivo que induce los primitivos conceptos de otredad. El individuo al separase del grupo se singularizó. Pierre Clastres nos habla sobre las comunidades primitivas como igualitarias y sin jerarquías, su cerebro no habia desarrollado todavía la conducta compulsiva de acumular bienes para él solo sino que estos eran propiedad comun. El pastoreo y la agricultura indujeron la formación de un núcleo alrrededor de la hoguera que es el hogar de la familia, en donde se dieron relaciones consanguineas y se reclamaron herencias como posesiones que deberían distribuirse en sucesivas generaciones. La otredad nació y la acción se conjugó en segunda y tercera persona, tú y yo él y nosotros.
En el sentido freudiano se habla de pulsiones que tienen que ver con instintos y compulsiones con desviaciones de estos. Hablaremos de las primeras. Todas las conductas básicas de empoderamiento las hemos resumido en sexuales, alimentarias, contemplativas, defensivas y comunicativas. En las primeras el empoderamiento es con nosotros, en la ultima es con los otros. En ellas pueden ocurrir excesos, que dan lugar a compulsiones específicas, hipersexualidad, bulimia, mutismo, hipergrafía e hiperlogía (escribir en exceso o hablar en exceso). Es interesante que estas conductas bien administradas producen las vertientes naturales del hedonismo. En estas actividades las endorfinas u opiaceos naturales que están presentes en nuestro cerebro son liberadas; modulando a la serotonina y dopamina, lo cual nos produce placer. En lenguaje coloquial nos proporcionan un “high” o una adicción y por eso las procuramos.
Si regresamos a la separación del individuo de su contexto comunitario veremos que esta se encuentra condicionada tambien por lo que se ha denominado “Hormonal Imprinting”, entre otros factores, cuya traducción podría ser código hormonal impreso. La idea detrás de esta hipótesis es que existe una interacción temprana con las hormonas y neurotransmisores, algunos de estos últimos son también hormonas. Esta interacción entre hormona y receptor cerebral determinará futuras conductas, dependiendo que tan temprano actúen y que tiempo duren en contacto con el individuo en desarrollo. La existencia en ocasiones de un factor genético como el Gen MAOa o “Guerrero” encontrado en criminales también entran en juego, además de estados patológicos como la aparición de superhembras con dos cromosomas XX o super machos con dos cromosomas Y. Existe un mosaico de complejidades que regulan las conductas agresivas ligadas con estos factores genéticos y hormonales que se han identificado con niveles de testosterona elevados o de MAOa bajos.
El desarrollo de compulsiones y obsesiones ligados con la imposibilidad para controlar una conducta “gooloriented” y obtener sin cortapisas (aun fuera del marco legal) lo que se desea., es un factor indispensable para que neurobiologicamente aparezcan las adicciones pero también para que se instalen jerarquías y con ellas todo tipo de sojuzgamientos como desafortunadamente ha ocurrido durante milenios con las mujeres. El comunitarismo y la solidaridad se dan más cuando la agresividad determinada por hormonas y factores genéticos disminuye, lo cual ocurre con la saciedad de los instintos. Es mi conjetura que el arte produce un apaciguamiento, que se remonta hasta las canciones de cuna del paleolítico (Los Hums) y está orientado a largo plazo en las mujeres, infelizmente por cada Artemisa Genteleschi, cada Berta Morisot y cada Georgia O’Keef hay mil pintores que han dominado por siglos el medio artístico, contribuyendo a crear genes culturales como nuestro machismo.
Para concluir diremos que nuestros ancestros animales cuando los domesticamos, lo hacemos modificando su reacción agresiva ante otras especies. La domesticación inhibe esta respuesta agresiva como lo ha demostrado en el Instituto de Citología de la Universidad de Sibirsk en Rusia, Ludymila Trout, con el Zorro Plateado de Siberia. Éste, después de 16 generaciones de cautiverio, se ha conviertido en una tranquila mascota a través de un condicionamiento pavloviano.
Seis postulados se derivan de este Ensayo. Primero.-Belleza, singularidad y utilidad son indispensables para que una manifestación artística sea completa. Segundo.-El artista adquiere su personalidad propia, al separarse de la comunidad porque su genio inovador tiene mayor valor, abriendo su producto al mercado. Tercero.-El arte como experiencia imaginativa nace de una serie de reglas epigenéticas que se dan en el curso de la evolución acompañádose de cuatro empoderamientos: El sexual (arte erótico y danza), el alimetario (arte culinario) el contemplativ (arte temporal, música, poesía, literatura) y espacial(pintura, escultura y arquitectura) y el comunicativo (meditación con diálogo interno y externo). Todos ellos contribuyen a generar un estado de tranquilidad, contrapunto de la violencia. Quinto.- Existe un control mayor de los lóbulos frontales que tiene que ver con decisión, juicio y racionalidad sobre nuestro sistema límbico instintintivo, los primeros culturalmente se han cableado para admirar el arte. Sexto.- El arte no es un Instinto sino un gen cultural inducido por presiones selectivas y reificación de reglas epigenéticas que provocaron nuestro amor por lo bello, lo singular y lo útil y lo hemos cultivado “parsi passu” en nuestro ascenso evolutivo. El Corolario sería: el arte ayuda a inhibir la violencia y esta es su funcion en la evolución y su aplicación social lo convierte en una gran herremienta, útil para controlar pulsiones y compulsiones. Es urgente promover escuelas populares que promuevan el circo en la calle, espacios para grafiteros e incentivar grupos musicales en barrios marginados, como ha ocurrido en Montreal Houston y Praga.
Al promover el arte, promovemos la paz.
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