Las movilizaciones pacíficas actuales en muchos países del mundo Occidental y aún de las regiones del Norte de Africa y del Medio Oriente tienen el común denominador de las frustradas aspiraciones de sus clases medias desde que se iniciaron las crisis periódicas del capitalismo financiero a fines del siglo 20 y poco a poco el Estado fue renunciando a llevar a cabo sus funciones básicas de seguridad y de servicios básicos, además de la mayoría de los servicios sociales fundamentales, como la salud, la educación, la protección de la ecología y la ayuda a personas que sobreviven en condiciones extremas de pobreza.
Las tres expresiones más notables de este fenómeno social en el presente son las movilizaciones en Brasil, en Turquía y en Chile, más no debe olvidarse que esto mismo ya ha sucedido en España, en Italia, en Grecia, en Irlanda, en Holanda y en gran parte de las naciones de Europa Oriental, incluyendo Rusia y la República Checa. Aunque trata de ocultarse este fenómeno mediante el control de los medios masivos de Occidente y el creciente radicalismo de las fuerzas policiales y militares, este mismo fenómeno está ocurriendo ahora mismo en los Estados Unidos con el movimiento conocido como Occupy Wall Street y en México con Yo soy 132.
Existen varios factores que han ido acelerando este proceso de movilización de las clases medias de las dos últimas generaciones, por lo que sólo señalaré los que son más visibles y ocurren en casi todas las naciones del mundo donde se construyó una clase media con capacidad de analizar la problemática social y con una cultura superior al de las clases populares. Algunos de esos factores visibles podrían ser:
1º. – La creciente polarización entre los intereses públicos y los privados al convertirse el Estado en una herencia patrimonial de ciertas familias.
2º.- El financiamiento y los costos del servicio público esencial no deben estar subordinados a los intereses de las empresas privadas, ya que éstas son por lo general sociedades ocultas de funcionarios públicos y particulares.
3º.- En las últimas décadas se han incorporado gran cantidad de sectores juveniles con una mayor preparación académica y gran libertad de pensamiento que no habían logrado expresarse públicamente en el pasado.
4º.- Todos los partidos políticos del mundo tienen enormes dificultades para relacionarse con los movimientos populares, aún los que representaban a las clases sociales más humildes. Sobre todo porque ahora no son personas sin educación que puedan ser manipuladas fácilmente por lo que la estructura del Estado no es capaz de afrontar estos nuevos retos de la ciudadanía.
5º.- En todas las regiones del mundo los líderes políticos de los diferentes países toman decisiones vitales para la sociedad sin consultarla y cuando se enfrentan a resistencias y movilizaciones populares usan las tretas de la tecnocracia y la manipulación del ‘mass media’ para reafirmar sus decisiones o por lo menos justificarlas. Pero jamás aceptan que sus decisiones son en realidad mecanismos reiterativos para enriquecer a sus socios y familiares.
6º.- Como la posición del Estado actual es inamovible se requieren de muchas movilizaciones para poder quebrantar la fuerza del Estado, o bien, la asociación con grupos radicales o de la economía criminal.
7º.- Obvio es decir que uno de los principales enemigos de estos nuevos movimientos sociales de la clase media son los medios masivos de comunicación que como siempre ha sucedido son propiedad de monopolios de particulares de la ultra derecha que tienen que ser combatidos de forma racional y sin violencia.
Aún cuando existen muchos elementos en contra de estos movimientos sociales de la clase media pensante del mundo Occidental, también existen muchos elementos a favor de su desarrollo en el futuro inmediato, ya que como se trata de un pensamiento colectivo de una clase con preparación académica superior, no existe una gran diferencia en el proyecto de sus diferentes miembros, por lo que no es fácil crear liderazgos y en consecuencia, es muy difícil controlar a estos grupos en los que todos son en cierta forma líderes auténticos.
Otro factor a favor de estos movimientos sociales actuales es el enorme desarrollo que ha tenido la comunicación digital, la creación consiguiente de las redes sociales y la enorme dificultad de la ‘inteligencia’ del Estado para controlar esta nueva forma de hacer política que tienen los jóvenes de la sociedad actual. También influye mucho en esta especie de revolución digital, el nacimiento de nuevos paradigmas en las generaciones más recientes, no sólo en los aspectos concernientes a la vida pública, sino en sus aspiraciones religiosas, artísticas y en sus visiones de la vida familiar y doméstica donde ya no aspiran a crear familias ni a tener una vida sexual procreativa.
Para complicar un poco más el futuro inmediato de estas movilizaciones clasemedieras, quiénes lideran a las grandes naciones de Occidente no se han enterado que esta nueva revolución no corresponde a una clase trabajadora, como sucedió con la revolución socialista, ya que ahora el porcentaje de trabajadores asalariados es totalmente risible si se compara al que existía en la época de auge del capital industrial y ya no hay nuevos responsables de los trabajadores, ya que en unos cuantos años, los grandes empresarios decidieron deslindarse de todas sus relaciones legales con los trabajadores y decidieron dedicar sus capitales a una nueva forma de generar riqueza, sin requerir de los servicios de la clase asalariada.
Adenda.- Con el desarrollo de los poderes mediático, judicial y policial que han alcanzado los grandes dueños del capital mundial, es muy probable que estas fuerzas revolucionarias puedan ser controladas durante algunos años más, pero no hay duda de que el mundo tendrá que entrar en una nueva etapa de su Historia donde existirán menos diferencias sociales, raciales y culturales entre sus pobladores, pero sobre todo una mayor alegría de vivir.
(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)