Hacia una nueva geopolítica

El propósito fundamental de nuestra ´Fundación Sesgo’ ha sido la de acercar a la sociedad hispano parlante los nuevos desarrollos científicos, artísticos y humanísticos en general. Fue esa la razón por la cual nos identificamos con los grandes científicos y pensadores de la ‘tercera cultura’, cuando decidieron a mediados de los años ochenta ya no vender sus descubrimientos a los poderosos que han tenido el control de casi todo lo nuevo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sino que decidieron, encabezados por el editor de Boston John Brockman, compartir sus nuevas tecnologías e ideas con todos los seres humanos que pudieran hacerlo a través de la lectura de sus publicaciones de historias y relatos, donde en forma metafórica divulgaban sus conocimientos.

A través de la metáfora literaria se conocieron las grandes ideas de Pinker, de Penrose, de Dawkins, de Dennet, de Hawkins, de Diamond y de otros muchos genios científicos y de las ciencias sociales durante las últimas tres décadas. No obstante, el desarrollo veloz del lenguaje digital a partir del año 2000 ha ido desplazando esas nuevas tecnologías hasta llevarlas a un momento crítico en el presente, donde los hallazgos de dichas ciencias se van desdibujando en una nueva sociedad sin pasado y sin futuro, donde lo único que tiene importancia es lo que se vive en el presente inmediato. Casi todos los elementos que constituyeron a la sociedad humana de los últimos 20 siglos han ido desapareciendo y va surgiendo una nueva sociedad que todavía no podemos descifrar.

No hay duda que la genómica, la memética, las nueva ciencias neurológicas, la biología molecular y todas las ciencias desarrolladas en la parte final del siglo 20 han permitido enormes avances en la educación, en la medicina y en todos los aspectos positivos de la vida doméstica, espiritual y política del ser humano, pero eso no ha evitado la destrucción de sus principales instituciones de los últimos cinco siglos, como el Estado, el matrimonio, las instituciones eclesiales, el sistema judicial, el sistema educativo, las instituciones financieras públicas y privadas, además de la forma de producir satisfactores mediante la participación de la mano de obra del trabajador que ha liquidado, casi por completo en sólo dos década, al principal mecanismo de convivencia humana y de desarrollo económico.

No obstante la infinidad de aportaciones de las nuevas ciencias para mejorar la vida del ser humano en todos sus aspectos, la realidad muestra una situación de crecimiento en todo el mundo de personas viviendo en condiciones precarias, al grado de que ha avanzado el índice de quiénes mueren por falta de alimentos o de control de enfermedades derivadas de la desnutrición y de la falta de controles sanitarios elementales. Pero el control total de los medios de comunicación masiva por el imperio y sus asociados no permite conocer la situación real de que un pequeño grupo de multimillonarios se ha apropiado de todas las empresas y posesiones en el mundo y esconde perfectamente los nuevos desarrollos tecnológicos que les facilita apropiarse de las fuentes de energía, de los alimentos y de los desarrollos tecnológico que ahora les permiten seguir realizando sus guerras planificadas sin soldados, sin aviones, sin trasatlánticos y sin que existan personas muertas, consiguiendo unas utilidades monstruosas y acumulación permanente de dinero y poder.

La única forma en la que se expresa este nuevo fenómeno social y político de naturaleza global es a través de los grandes cambios en la geopolítica mundial que son escondidos por los medios de comunicación y en grado mínimo denunciados por los medios digitales de ‘internet’. Nadie comprende ahora porqué dejaron a su suerte a turcos e israelitas en el Medio Oriente, ni nadie sabe porqué han dejado libres a sirios, afganos e iraníes, cuando eran sus peores enemigos hace apenas unos meses. Nadie se explica tampoco la geopolítica del Imperio en Egipto, en Libia y en los demás dictaduras petroleras del Norte de Africa y de los países árabes.

Tampoco es explicable que China haya sido aprobada como proveedor de automóviles y de productos de uso doméstico en los Estados Unidos y les hayan permitido instalarse en su propia nación y en las naciones cercanas con mano de obra barata – incluida México – y se les haya permitido transitar hacia el Atlántico a través de América Central. No parece tener sentido que el Pentágono haya abandonado sin estrenar sus instalaciones multimillonarias en Kabul, sin haber albergado por lo menos a unos cuantos de sus soldados mercenarios. Lo único que no puede ponerse en tela de duda es que los Estados Unidos intentarán preservar su dominio todo el tiempo que sea posible y que China y Rusia, las otras dos potencias bélicas alternativas en el mundo – aunque son de un nivel muy inferior – estarán tratando de llevar agua a su molino, cada una en los diversos espacios que les ha concedido el Imperio.

Con relación a otras naciones poderosas, como Japón y Alemania, les dejan campos de acción limitados en el mundo financiero y tecnológico, mientras que a otras naciones decadentes como Inglaterra, Francia, Italia y España les dan encomiendas especiales en las que realizan políticas secundarias del Imperio en regiones pobres que ya no tienen importancia vital en la geopolítica norteamericana. Como son los casos de islas Malvinas, Centroamérica y el Caribe, Mali, Marruecos, Venezuela, Bolivia, Perú y otras naciones pobres y sin recursos naturales que ya no interesan a los Estados Unidos.

De México es preferible no hablar, ya que la relación de dominio es cada día mayor y más injusta. Mientras que los norteamericanos causan con sus armas y sus drogadictos todos los problemas que existen en México, pretenden acusar a nuestro país de los problemas sociales internos que ellos sufren. Pero hasta la fecha no han capturado a ningún ‘capo’ de la droga ni a ningún traficante de armas con residencia en los Estados Unidos. Quizá porque sean parte de su propia burocracia.

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