La rápida decadencia del estado capitalista, democrático y republicano de Occidente va descubriendo y potencializando sus principales fallas, a la vez que va dificultando la capacidad para gobernar de sus líderes políticos actuales. En el presente han existido multitud de eventos que exhiben a los gobernantes en turno, a la vez que exacerban las tendencias fascistas de las derechas políticas y fragmentan los escasos residuos del comunismo y del socialismo. Un caso patético reciente ha sido la de la primer ministra de Alemania, Angela Merkel quién simplemente desdeñó en público la inteligencia y la visión política progresista de una adolescente inmigrante, diciendo que su simpatía personal y su visión moderna del mundo no podían ser una excusa para cambiar la forma de gobernar a un país de primer mundo y alterar los conceptos básicos de sus leyes.
Esa misma actitud de respetar las leyes existentes de una nación, sin importar las nuevas ideas y la propia evolución de la sociedad de Occidente se extiende por todos los países de Europa, donde sus dirigentes piensan que sus leyes actuales no pueden cambiarse de ninguna manera y no comprenden que la evolución de la sociedad de Occidente debe irse adaptando a las nuevas tendencias globales, donde las guerras trasnacionales se han vuelto incosteables para las grandes potencias, los sistemas financieros y monetarios de Occidente tienden al caos y la propia inercia de las estructuras políticas se oponen al desarrollo de las nuevas sociedades, acrecentando sus principales errores en materia de derechos humanos fundamentales y de preservación ecológica, mientras incrementan la demografía en las regiones más pobres del Planeta y tratan de desaparecer todos los servicios sociales – educación, salud y seguridad social – que por definición deberían ser financiadas por el Estado.
No hay duda de que entre los otros modelos globales del Estado, donde destacan las naciones lideradas por China, el Estado ruso, las comunidades islámicas y las naciones en vías de desarrollo; la nación china es el Estado con mayor grado de avance y todo hace suponer que será en el futuro inmediato el líder mundial tanto en materia política como económica y cultural, al ir desechando todos los prejuicios que acumuló durante siglos a través de sus diferentes mitos religiosos y sus contradictorios modelos políticos que transitaron desde dictaduras y autocracias, hasta modelos comunistas radicales, alcanzando el modelo híbrido actual hace apenas tres décadas, donde coexisten todos los modelos políticos y económicos posibles desde una autocracia capitalista y comunista a la vez, hasta una democracia básica en la forma de elegir a sus dirigentes y una total libertad para que sus ciudadanos puedan determinar sus paradigmas morales, económicos, políticos y culturales.
Los posibles factores que pueden complicar el desarrollo del modelo chino en el futuro próximo de todo el mundo son principalmente los Estados Unidos y la Unión Europea. Ya que los rusos solo desean seguir sobreviviendo con la producción de armamentos en un mundo donde las guerras trasnacionales con el envío de buques trasatlánticos y mercenarios a regiones lejanas se están acabando y su principal recurso natural de hidrocarburos carece de importancia, mientras los países islámicos, las naciones latinoamericanas y las colonias africanas tampoco tienen ningún futuro en el corto plazo, ya que ni Brasil, ni México, las principales naciones de este continente exhiben estructuras políticas y económicas que les diagnostiquen un futuro próspero. Ni existe alguna posibilidad de que llegue a desarrollarse con éxito ninguna economía islámica. Debido a que Arabia Saudita, la nación con mayor potencial económico del mundo islámico se ha plantado en una posición radical que no ofrece ningún tipo de arreglo diplomático con las demás naciones, mientras que su principal reserva económica de los hidrocarburos parece que seguirá a la baja durante muchos años más, al ir surgiendo formas alternativas para generar todo tipo de energías.
Por lo que es muy probable que en un corto período de tiempo el Estado chino haya desarrollado un control de gran parte de las naciones débiles del mundo a través de su extraordinario sistema financiero combinado con la comercialización de sus principales productos, en sustitución del viejo sistema de control bélico global que han establecido durante más de doscientos años Francia, Inglaterra y los Estados Unidos.
Adenda: Aunque todas las naciones europeas y los Estados Unidos pretenden conservar ahora mismo sus sistemas políticos y económicos mediante ajustes policiales, legales y financieros desplazándolos hacia una derecha política radical o hacia una política socialista-zarista como en Rusia y en algunos casos, como España e Inglaterra haciendo una costosa apología massmediática de sus obsoletos sistemas monárquicos, lo cierto es que no hay duda de que en el futuro inmediato se impondrá finalmente un sistema político y económico híbrido, similar al de China y la utopía del Estado democrático y republicano de Occidente sólo formará parte de la historia de la civilización humana.