Los hechos del presente aparecen y desaparecen de forma muy rápida, al grado de que solo pueden apreciarse de un día para otro. Rara vez una noticia global permanece en los medios informativos más importantes del mundo durante más de dos días.
Esto conduce a una nueva realidad donde es muy difícil diagnosticar ni su pasado ni su futuro. Lo que en cierta forma coincide con una nueva visión del mundo multidimensional, desigual, injusta y muy compleja.
Las religiones están desapareciendo o transformándose, las instituciones políticas están perdiendo sus raíces y los seres humanos buscan alejarse de todo tipo de violencia.
Todos estos síntomas están conduciendo hacia un mundo nuevo donde todas las formas de contacto entre los seres humanos están cambiando.
Desde el grupo familiar hasta las comunidades de mayor demografía todo es diferente y se percibe un cambio muy profundo en la forma de convivir del ser humano y en los mecanismos que regulan la conducta y la administración de las riquezas materiales que aún subsisten en el mundo.