Ahora mismo el mundo entero vive una crisis donde todo está interconectado: las finanzas, la economía, el clima, los alimentos, los energéticos, las migraciones territoriales y los desarrollos bélicos. No obstante, no existe ninguna institución mundial capaz de enfrentarlos con un mínimo grado de credibilidad. Ni el G-20, ni el G-8, ni las Naciones Unidas tienen legitimidad para conciliar esta crisis global del presente.
Se trata de una crisis global, cuyo fondo real ha sido la desregulación de todas las normatividades internacionales. Urge por lo tanto crear una resistencia global a este nuevo modelo fascista que proponga un sistema alternativo al del actual capitalismo patriarcal globalizado. La élite de Davos continua siendo el único organismo transnacional con capacidad de lanzar fuertes ofensivas contra los pobres, mientras ‘los de abajo’ apenas están intentando superar su fragmentación con grandes dificultades y poder ofrecer una alternativa global que no trate de reformar el actual sistema neofascista actual, sino de atacarlos frontalmente.
La economía norteamericana se volvió fascista desde que Bush, Jr. Aprobó la ‘Ley de Estabilización Económica de Emergencia del 2008′, más conocida como ‘Ley de Rescate’. Conviene por tanto conocer las diferencias entre las economías capitalistas, las comunistas y las fascistas: en el Capitalismo los individuos privados son dueños de los medios de producción y compiten abiertamente con otros empresarios en el mismo mercado. Nadie les dice lo que pueden producir, vender o cobrar. De modo que la competencia es la que determina la producción, la venta y sus precios. Aunque el capitalismo contiene grandes errores, hasta ahora, es el modelo económico que ha generado los niveles de vida en las clase trabajadora más altos de la Historia.
En el Comunismo el Estado es el dueño de los medios de producción, les dice a los empresarios lo que deben producir cada quince años y les determina los precios de venta y los términos de la cobranza. Se supone que este control es para favorecer a las clases populares y exista equidad y justicia, pero el comunismo nunca ha funcionado en la Historia y genera peores condiciones de vida para los ciudadanos.
El Fascismo fue el sistema económico de la Alemania Nazi, de la Italia Nacional Socialista y del Japón Imperial, que hasta la fecha sigue funcionando con el mismo modelo económico anterior a la Segunda Guerra Mundial. En el fascismo los individuos privados tienen el control de los medios de producción de cualquier artículo y es el elemento clave del capitalismo. Pero el Gobierno interviene para controlar la cantidad total producida del mismo artículo y cuánto pueden cobrar por él. Por lo cual, es en esta economía fascista donde existe el potencial para obtener las mayores utilidades de todos los modelos económicos existentes. Comprobado en los hechos en la Alemania Nazi, en el Japón Imperial y en el Japón actual. Sin embargo el Gobierno de una economía fascista es la única autoridad para contratar y despedir a los altos ejecutivos de empresas privadas y a controlar los ingresos salariales.
Para comprender la evolución del capitalismo norteamericano hacia el fascismo, basta con leer las noticias del 30 de marzo del 2008, cuando Obama le decía en los medios de comunicación masiva al dueño de la General Motors: ‘Estás despedido como parte del proyecto de rescate a la industria automotriz. Mi Gobierno ha prescindido del Director Rick Wagooner y lo ha reemplazado con uno de los miembros de su staff, el Sr. Fritz Henderson.’ Al día siguiente Obama declaraba que la despedida de Wagooner no el había sido reflejo de su mandato ante el asediado mundo automovilístico de entonces, sino que su Gobierno había decidido tomar una nueva visión y una nueva dirección para crear la General Motors del futuro.
Este tipo de acción es imposible en un sistema Capitalista, pero es el pan de cada día en una Economía Fascista. Luego se vio que el dueño de la Compañía automotriz tuvo que ir al Congreso a implorar su compensación por su condición de ejecutivo clave. Pero poco después aparecía en la prensa nacional de los Estados Unidos que la General Motors negaba haber pedido un aumento de 2.1 millones de dólares para el director Don Emerson. Este plan fascista para el Nuevo Orden Mundial prevé que todas las corporaciones privadas se sometan al control del Gobierno Federal. De modo que en el programa de ‘Rescate’ el Gobierno Federal llevó a las compañías aseguradoras, bancarias y automovilísticas en un par de años al fascismo.
En el 2012 Obama señaló que su programa de ‘Rescate’ había funcionado ‘tan bien’ que debería expandirse a otros tipos de empresas, de modo que en menos de diez años, este nuevo modelo económico fascista dominará a gran parte de las empresas privadas. Ahora mismo puede observarse que el programa de salud denominado ‘Obama Care’ es la imposición del nuevo Gobierno Fascista para controlar el gran negocio de la Industria de la Salud.
Adenda.- Este modelo fascista de los Estados Unidos está cundiendo por todo el Mundo Occidental y está ocupando los espacios de la economía de la mayoría de los países europeos, del Medio Oriente, del Norte de Africa, de su ruta petrolera del Gran Medio Oriente y de algunas de las naciones latinoamericanas, como México y Colombia que están totalmente dominadas por su Gobierno fascista. Por fortuna se ha desarrollado una gran reacción contra el poder fascista de Occidente, principalmente en las naciones como Brasil, China, Rusia y la India que pretenden morigerar el domino de los Estados Unidos y de sus aliados en Europa con estrategias pacíficas.
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