El presidente de Francia dice que no se arrepiente de haberse rehusado a imponer un tercer confinamiento por la pandemia a inicios de este año, a pesar de que su país tiene un aumento de contagios, satura los hospitales y genera más de 1,000 muertos por Covid-19 cada semana.
Dijo Macron que está en lo correcto al no haber implementado un cierre en Francia a fines de enero. El pasado jueves por la noche, al final de una Cumbre de la Unión Europea dijo que no sentía culpa, no sentía remordimiento y no se sentía fracasado.
Durante meses, Francia ha abogado por una ‘tercera manera’ entre el confinamiento y la libertad, incluyendo un toque de queda a nivel nacional, cierre de restaurantes, museos, salas de cine, gimnasios, centros comerciales y otros negocios.
Muchos médicos han exhortado al gobierno francés durante semanas a imponer restricciones más severas, sobre todo ante la variante mas contagiosa del virus que fue detectada primero en Gran Bretaña y ahora en Francia.
Destacó Macron que con el toque de queda y las medidas tomadas se podrá sobrellevar la pandemia. Francia ha registrado la cuarta mayor cantidad de contagios en el mundo por Covid-19 y una de las cifras más altas en decesos en el mundo con 93,378 muertes.
Las unidades de cuidados intensivos están a su máxima capacidad o han sido rebasadas en París y otras regiones debido a un nuevo aumento de pacientes con coronavirus en estado crítico.