Aun cuando el crecimiento económico de México ha sido nulo desde 1990, cuando el Gobierno encabezado por Carlos Salinas de Gortari entregó el control de la Banca Nacional y de la Secretaría de Hacienda al Gobierno de los Estados Unidos, acaba de suceder un hecho que no se veía desde entonces, cuando el patrimonio nacional y el sistema bancario mexicanos empezaron a ser subsidiarios de la Banca Mundial con sede en los Estados Unidos. Desde ese momento, todos los funcionarios de alto rango en dichas instituciones nacionales han sido nominados por Washington y han servido fielmente a los intereses de la nación vecina.
A dicho fenómeno básico de dominio se añadió el del control de los monopolios televisivos y de la manipulada prensa escrita que desde entonces solo transmiten lo que autorizan sus patrones americanos y ocultan sin recato todos los eventos políticos y los movimientos sociales de quienes cuestionan las patéticas estrategias del Gobierno Federal. No obstante, ahora mismo se ha presentado un evento que no acontecía desde hacía 24 años, cuando el patrimonio nacional fue entregado a los vecinos norteamericanos creándose un enorme pasivo en dólares y dejando a la Secretaría de Hacienda y al Banco de México en manos de extranjeros. Sin señalar que el control de los altos mandos del Ejército y de los Servicios de Inteligencia también han sido seleccionados por la funesta familia de espías de la ‘inteligencia norteamericana’ creada por Bush padre.
Este hecho insólito ha sido el aumento del endeudamiento externo del sector público en 19 mil millones de dólares en los primeros cuatro meses de este año del 2014, triplicando todo el aumento acumulado durante el año pasado. Con este incremento brutal la deuda externa bancaria ascendió a 146 mil millones de dólares para fines de abril pasado y convirtió a Alemania en el mayor acreedor del gobierno mexicano en el exterior, por encima de los Estados Unidos.
Según el último reporte oficial de la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) para el primer cuatrimestre del 2014 no hay antecedentes de un incremento de la deuda pública externa de esa dimensión en los últimos 24 años. El incremento de la deuda externa en el año y medio de ejercicio del Gobierno de Peña Nieto ha sido de 25,393.9 millones de dólares y se señala que el 57.2% de ese brutal incremento ha sido contratado con intermediarios financieros alemanes.
Este cambio inesperado en la política de limitar el gasto público, como había ocurrido en el primer año y medio de la gestión de EPN coloca a Alemania como el principal acreedor extranjero con 46,937.3 millones de dólares y a los Estados Unidos con 42,398 en el reporte de la SHCP de fines de abril pasado. Como siempre ha sucedido con los gobiernos mexicanos de todas las épocas, la explicación de este brutal cambio en la estrategia financiera indica la ineptitud de este Gobierno para manejar las finanzas públicas, además de la gran mentira de la reforma de Pemex que ahora mismo no ha tenido capacidad de poder financiar al Estado para pagar los salarios de la creciente burocracia federal y de sus enormes prestaciones.
Una posible causa que existe detrás de esta política financiera totalmente apátrida y engañosa es que el Estado mexicano está en plena bancarrota y la obtención de este nuevo préstamo de la banca extranjera tiene como propósito único seguir ocultando esa terrible realidad de que la economía de México no ha podido crecer en casi tres décadas y lo único que se pretende es seguir difiriendo ese problema nacional hasta que nuestros patrones norteamericanos decidan volver a invertir en la economía productiva de bienes y servicios y dejen su gran engaño del capitalismo financiero, donde se han instalado desde fines del siglo 20, cuando se quitaron todas las regulaciones a las operaciones del capital especulativo con la derogación de la Ley Glass-Steagall durante el mandato de Clinton en el año de 1999. Pero como USA no volverá jamás a la economía productiva es muy posible que sus fracasados empresarios manufactureros ya no sean enviados hacia la India y hacia China, ahora inmersos en un nuevo eje geopolítico y tendrán que quedarse en México gozando de beneficios fiscales, laborales y de normatividad ecológica similares a las que otorgó el gobierno de Fox a los empresarios norteamericanos en bancarrota a principios de su mandato iniciado en el año 2000.
La otra terrible realidad que exhibe el comportamiento del Gobierno de Peña Nieto es que sus actuales patrones han ido cayendo a un plano secundario en el nuevo orden mundial y sus antiguos patrocinadores financieros como China, Alemania y Japón ya no quieren prestarles dinero para sus frustrados negocios bélicos y sus fracasados actos de terrorismo de Estado que les han hecho perder gran parte del control total que tenían en el mundo recientemente globalizado.
Adenda: Todos los estudios de prospectiva económica mexicana de las Agencias Calificadoras para inversiones de riesgo, del Foro de Davos, de la OCDE y de los expertos en economía y finanzas mundiales señalan a México como una de las naciones con menores posibilidades de desarrollo económico, por debajo de otras cien. Por desgracia no existe ningún líder político, empresarial o de opinión que señale la necesidad urgente de que México busque otras alianzas políticas y comerciales con países extranjeros de alto o mediano desarrollo económico que no estén comprometidos con el Eje Occidental que aun lideran los Estados Unidos.
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