El Engaño de las Universidades

Fue hasta principios del siglo 19 cuando el gran filósofo alemán George Wilhelm Friederich Hegel creó una esperanza para la humanidad que no estaba sustentada en el poder divino. Mediante sus profundos estudios filosóficos había encontrado que la libertad de conciencia del ser humano y su racionalidad le permitían controlar su propio destino sin tener que desafiar las creencias generalizadas de los cristianos y sin generar un conflicto con las instituciones eclesiales.

A partir de Hegel surgieron nuevas concepciones del mundo encabezadas por las ideas comunistas de Marx, el predominio del subconsciente de Freud, las ideas misóginas de Nietzsche y finalmente Kuhn y otros pensadores quiénes fueron modificando los paradigmas existentes de la humanidad hasta llegar a un nihilismo al margen de los pequeños grupos dirigentes que han controlado los poderes divinos desde el surgimiento de la humanidad hasta ahora.

Desde hace un centenar de años se entregó la crítica de la sociedad desigual, la barbarie de la etapa industrial, de la guerra y del comercio a los dirigentes de las universidades, a los artistas, a los periodistas y a los propietarios del espectáculo público. La mayoría de ellos han sido personas con escasa ilustración que pensaban de forma inocente o hipócrita que con la producción de libros, de obras artísticas, de películas y de columnas periodísticas se podría cambiar para bien el curso de la historia y que con los principios de libertad, igualdad y fraternidad conducirían al mundo hacia un futuro de paz y de felicidad permanentes.

Por la combinación de diferentes elementos geopolíticos, étnicos y de cultura colectiva, los Estados Unidos se convirtió en la mayor potencia bélica, económica y financiera del mundo. De forma totalmente errónea se le concedió el privilegio de que sus universidades, patrocinadas por sus triunfantes empresarios le dictaran al mundo la metodología del éxito material. Ya que a final de cuentas era lo único que tenía sentido en una cultura colectiva donde se había hecho una mezcla paradójica entre las ideas de la Revolución Francesa y el más primitivo cristianismo de los cuáqueros que emigraron hacia el Continente Americano porque no podían convivir con sus coterráneos de otra religión.

A través de las instituciones universitarias los capitalistas norteamericanos han ido desapareciendo las prioridades básicas de la humanidad desde 1760 y han ido estableciendo condiciones y barreras cada vez más despiadadas. Las formas de control de los ricos se han vuelto más abusivas y han logrado dominar totalmente a las mayorías de menores ingresos.

Según los principales expertos en educación universitaria en Europa, una fórmula posible para contrarrestar ese dominio actual que imponen la mayoría de las universidades de Occidente es la de crear nuevos criterios de educación universitaria como la EGS (Escuela de Graduados de Europa) o la GCAS (Centro Global para Estudios Avanzados) donde se difunden las principales virtudes de la izquierda, como las de compartir el trabajo en grupo y la distribución equitativa de bienes y servicios.

Estas universidades populares serían una mejor alternativa a la de la gran mayoría de las universidades norteamericanas y europeas que utilizan los fondos de cobertura o becas (hedge funds) para esclavizar a la próxima generación de la clase media y la trabajadora mediante el otorgamiento de deudas de largo plazo a los bancos y a las corporaciones.

No hay duda de que los dirigentes de las universidades norteamericanas de prestigio fueron instalados en sus puestos por exitosos empresarios para quiénes no existe otra visión del mundo que la propia, pero es necesario imaginar una fórmula alternativa urgente de educación superior con otros paradigmas diferentes a los actuales, ya que si no se logra establecer otra forma de pensar en las nuevas generaciones, el mundo entero quedará reducido a un sistema carcelario, donde se confisca el pensamiento individual que es la más importante de todas las libertades y constituye la esencia misma del ser humano.

Es obvio que en este preciso momento de la historia de Europa cuando se instala en Francia un partido político radical y xenofóbico de ultraderecha no es fácil pensar que lleguen a surgir instituciones políticas o ciudadanas que pudiesen promover las principales ideas de la izquierda en el medio universitario. Pero a pesar de esta inesperada reacción del pueblo francés, todo indica que habrá muchas naciones en Europa donde la izquierda resurgirá con acentos distintos a los del siglo pasado donde la acción política se tenía que realizar a través del Estado y predominaba el uso de la descalificación visceral a los opositores y la violencia. En países como Grecia, Inglaterra, España y Holanda está brotando una nueva izquierda en las clases medias y en los niveles universitarios que podrían ir sembrando las ideas básicas de una nueva sociedad más igualitaria que tenga la capacidad de decidir sobre su futuro doméstico y reconfigurar con entera libertad sus nuevos paradigmas.

Adenda.- No se trata de divulgar únicamente los conocidos valores fundamentales de la izquierda, sino todos los paradigmas que han surgido con la nueva fórmula de convivencia humana generada mediante el uso de las distintas tecnologías de comunicación desarrolladas por el mundo digital actual donde los cinco sentidos organolépticos del ser humano han dejado de usarse por completo en la relación entre las personas y hasta las emociones se han vuelto virtuales.

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