Fin del Imperio de EUA (II)

 

Al entrar Reagan a la presidencia de EUA decidió congelar el nivel del salario mínimo federal que a partir de 1980 se va reduciendo lentamente y llega a 7 dólares por hora en 2016, frente a casi 11 en 1969. De modo que este nuevo régimen político-ideológico fue apenas mitigado por Clinton y por Obama.

Por otra parte, el éxito actual de Sanders muestra que gran parte de Estados Unidos está cansado de una creciente desigualdad y seudo-alternancia y quiere reconciliarse con la vieja agenda progresista que operaba a la izquierda de Obama en 2008, sobre todo en seguros de salud. Lo que ahora es la diferencia de sistema que dejó el régimen de Reagan-Clinton-Obama.

Sanders quiere restaurar la progresividad de los impuestos y un salario mínimo de $15 dólares por hora. A lo que añade salud y universidad gratis en una nación donde el desigual acceso a la educación ha alcanzado niveles sin precedentes y solo quedan los discursos de autoelogio de quiénes controlan el sistema político y económico actual.

Mientras tanto, el Partido Republicano se hunde en un discurso hipernacionalisa, antiinmigrante y antiislamista con una glorificación sin límite de las fortunas de piel blanca. Los jueces que nombraron Reagan y Bush han hecho estallar cualquier limitación legal a la influencia del dinero privado en la vida política, lo que complica mucho la tarea de candidatos pobres como Sanders.

No obstante, es probable que las nuevas formas de movilización política y el financiamiento colectivo puedan llevar a Estados Unidos hacia un nuevo ciclo político. El hecho real es que la profecía del fin de la historia ha quedado hecha trizas con los cambios actuales del mundo globalizado y la feroz lucha entre China y Estados Unidos, más la entrada de Rusia en el juego geopolítico.

Adenda: Asombra la precisión y la profundidad del análisis de Picketty sobre el colapso que ahora sufre el imperio estadounidense.