Según Thomas Picketty, director de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de la Escuela de Economía de París, ahora mismo estamos presenciando el ciclo político-ideológico abierto por la victoria de Ronald Reagan en las elecciones estadounidense de noviembre de 1980 en Estados Unidos.
Desde la década de 1930 hasta 1970, EUA siguió una política ambiciosa para reducir las desigualdades, más que nada para no parecerse a Europa que entonces se percibía como contraria al espíritu democrático estadounidense y en el período entre la 1ª y la 2ª Guerra Mundial inventó e impuesto federal altamente progresivo sobre el ingreso y la herencia, además que estableció niveles de progresividad fiscal que nunca se habían utilizado en este lado del Atlántico.
Durante el medio siglo d 1930 a 1980, la tasa de los ingresos estadounidenses más altos (más de un millón de pesos al año) promedió 82%, con picos de 91% de 1940 hasta 1960 en la época de Roosevelt y de Kennedy y hasta de 70% en la elección de Reagan en 1980.
Dicha política no afectó el gran crecimiento de la posguerra en Estados Unidos porque no ayudaba mucho a pagar a los super – gerentes que ganaban 10 millones de dólares por año en lugar de 1 millón. Los impuestos del Estado eran de tasa progresiva y los fueron para las fortunas más altas – del 70 al 80% – durante décadas, mientras que esa tasa nunca superó el 30 y el 40% en Alemania o en Francia.
En Estados Unidos establecieron también un salario mínimo federal a principios de la década de 1930, mucho antes que los países europeos y cuyo nivel excedió los 10 dólares por hora en la década de 1960 que eran los más altos de esa época. Todo esto sin paro alguno, porque el nivel de productividad y el sistema educativo lo permitía. Fue también el momento en el que Estados Unidos puso fin a la discriminación racial legal, fue muy altamente antidemocrático y promovió nuevas políticas sociales.
Esto provocó una fuerte resistencia, sobre todo entre las élites financieras y los conservadores del electorado blanco. También fue cuando Estados Unidos fue humillado en Vietnam y estaba muy preocupado porque Alemania y Japón le alcanzaran en su ritmo de crecimiento. También sufría la crisis del petróleo, la inflación y el ritmo de las escalas impositivas, justo cuando Reagan fue elegido presidente en 1980, dentro de un programa para restaurar los orígenes del capitalismo mítico. Destacó la reforma fiscal de 1986 para poner fin a medio siglo de alta progresividad tributaria y se redujo la tasa de los ingresos más altos al 28%.
Adenda: Finalizaré el siguiente artículo el estudio de Picketty sobre el colapso que actualmente sufre el imperio estadounidense.