Fin de la Economía Global

Los eventos más visibles de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos no conducirán, como muchos creen a una definición de quién será el imperio o la nación que controle a todo el mundo actual, sino, que por el contrario llevará a una fragmentación total de los grupos sociales existentes que ocasionará daños a la especie humana y a los organismos políticos, económicos y sociales que pretenden controlarlos desde hace más de doscientos años.

La mayoría de los grandes expertos en economía y en finanzas creen que esta fragmentación no sólo causará problemas a las naciones pequeñas o en vías de desarrollo, sino que será un acontecimiento inédito en el mundo moderno donde, sin excepción, todas las naciones, grupos culturales y empresas trasnacionales serán dañadas y es muy probable que no solo desaparezca el precario orden mundial existente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, sino que desaparezcan todas las naciones débiles o en vías de desarrollo y sean controladas por los grandes imperios y las naciones poderosas, de manera similar a lo que sucedió durante el período colonial. Al grado de que se pueda establecer una nueva forma de esclavitud y un modelo de economía que no sea controlado por ninguna fórmula legislativa o por un sistema bélico de grandes dimensiones.

Conforme se avanza en el siglo XXI, se observa que el modelo económico que surgió hacia fines del siglo XVIII en Europa y en Norteamérica ha dejado de funcionar y cada día se acrecienta más el número de pobres, se debilita la clase media, crecen los problemas sanitarios, baja el nivel cultural y se empodera más la élite de multimillonarios que desde hace siglos controlan al género humano, creyendo que dicho designio tiene un origen divino. Aunque los hechos históricos demuestren claramente que este criterio surgió hasta el período neolítico, cuando se creó la actividad agropecuaria y con ello se instauró el derecho a la posesión y a la herencia de la propiedad terrenal que sigue siendo el origen de la gran mayoría de los conflictos de la sociedad humana.

Para poder sustentar este gran mito, los grandes imperios y naciones hubieron de crear un sistema de leyes judiciales, policiales y carcelarias que aún están vigentes y que conforme pasa el tiempo se vuelven más crueles, xenofóbicas y discriminativas. Acercándose más a la verdadera conciencia moral del ser humano que lo aleja del amor, la fraternidad y la igualdad, tal como ha quedado demostrado en las últimas décadas, cuando surgieron las nuevas ciencias neuronales, biológicas, antropológicas y de altas matemáticas.

Aunque la mayoría de los altos dirigentes del mundo actual pertenecen todavía a una generación donde la visión del mundo no solo no contempla grandes cambios, sino que piensa que es posible regresar al pasado para reconstruir sus momentos de éxito. Para fortuna de los seres humanos del futuro mediano, quiénes tomarán los altos cargos en la nueva sociedad serán los ‘millenials’, que ya pertenecen a una nueva generación que no quiere vivir sujeta a reglas ancestrales, sino que busca una liberación total, física y mental.

Es obvio que el proceso de transformación del mundo actual es complicado y siempre existirán grupos sociales o de naciones que intenten frenar cualquier tipo de cambio, pero la evolución del género humano habrá de continuar durante muchos siglos más hasta que el ‘homo sapiens’ desaparezca de la faz de la Tierra.

Adenda: No hay duda de que el cambio más notable y visible de la nueva sociedad humana se ubicará en la forma de generar bienes y servicios que constituyen su modelo económico, los elementos financieros, monetarios y bancarios que regulen su comercio interno y externo. Además de los fórmulas judiciales, policiales y carcelarias que les permitan sustentar una nueva fórmula del Estado.