El conocimiento ubicado en el centro de toda actividad humana ha estado perennemente ligado a la búsqueda de la verdad. En este proceso se formó la ciencia que ha sido el motor del progreso de las comuidades.
La comunidad que es el espacio social donde se desarrolla la actividad del individuo sólo recientemente ha recibido los beneficios de la ciencia, su desarrollo por otra parte, pasó por una serie de etapas evolutivas donde se han asentado reglas para la convivencia y manejo adecuado de las interacciones entre sus miembros. Estas descansan en principios elementales (genéticos y culturales) en donde la cooperación es el mas importante para la construcción de las sociedades modernas. En las sociedades primitivas o ágrafas los acuerdos sólo podían establecerse por la palabra y se aceptaban estos tratos como compromisos tácitos de reciprocidad. Esta formas de reciprocidad directa o explícita que ya existía desde antes en la sociedades prelingüísticas, se transformó en la reciprocidad implícita que evoluciona y nace con el lenguaje hablado.
De la cooperación genética en las comunidades de los organismos unicelulares a la cooperación neuronal en los cerebros de las mentes creativas (y de las no creativas) hasta la cooperación social que hemos visto local y globalmente ayudar a Japón y a Grecia para remontar sus problemas han ocurrido tres revoluciones digitales, las primeras dos con la aparición del lenguaje oral y escrito, la última hace 70 años con la aparición del lenguaje binario y las computadoras. La segunda revolucion digital cuando aparece el primer lenguaje con reglas bien establecidas que darán lugar a la comunicación con símbolos, las sociedades han ascendido tres escaños de participación cooperativa “avanzada”.
La primera llega un poco antes de la aparición de la escritura y se inicia con los primeros asentamientos humanos hace 7 mil años, la constituyen las comunidades agrícolas; la segunda con el mayor desarrollo de estos asentamientos que las llamamos pueblos, los cuales tuvieron que elaborar códigos de normas y leyes porque al aumentar la población de 60 que eran los núcleos poblacionales que prevalecían en los recolectores y cazadores, a miles, fue necesario dotarlos de una normativa regulada y vigilada por el primitivo Estado. Esta se inicia con los Egicpcios en la tercera dinastía 2700 A.C. sin embargo, el primer papiro que contiene documentos legales de compra-venta que se ha encontrado es el de Ipuur (2200a.c.) que incluye los decretos de Neferirkane para regular transacciones comerciales.
La segunda comundidad de la antiguedad que operaba con normas es Babilonia, que nos legó el Código de Hamurabi escrito con caracteres cuneiformes Acadios, data del año 1692 A.C. Este maravilloso primer intento legislativo contiene 282 leyes y reguló las comunidades sumerias por mas de trescientos años.
Finalmente, la intrigante civilización de Mohenjo Daro a principio del tercer milenio (2550 a.c.), que aun cuando no se han podido decifrar por completo sus reglas por tener un lenguaje pictográfico único sin relación con otros (excepto la escritura encontrada en la Isla de Pascua) se hace alusión a ellas en el libro épico de 215 mil versos que constituyen el Mahabarata. Las tres civilizaciones desarrollaron sus comunidades a orillas de rios. el Nilo para la primera, el Tigris y Eufrates para la segunda y el Indo en el Valle del mismo nombre en Pakistan para la tercera. Estas comunidades las llamaremos protonormativas por que en ellas se establecen por vez primera, acuerdos de reciprocidad indirecta a través de normas y leyes.
El tercer tipo de “comunidad avanzada” se inicia este milenio con la globalización de las comunicaciones que a través de internet ha generado los fenómenos de Facebook, Twiter y demás y las llamaremos las comunidades virtuales de la información y el conocimiento que están actuando como agentes de transformación de la economía del saber y se han reflejado ampliamente en lo que se ha denominado ciudades del conocimiento.
Las primeras comunidades abandonaron el nomadismo para establecerse y explotar la agricultura que además requirió de ciertos rudimentos matemaáticos para calcular los ciclos de lluvia y predecir la frecuencia de los desbordamientos de los ríos y así planear las siembras. Las segundas comunidades con normatividades tienen ya estructuras bien establecidas de poder y han dejado atrás las sociedades igualitarias primitivas estableciendo estratos sociales y jerarquías de acuerdo a la división del trabajo. guerreros, sacerdotes chamanes y clase dirigente son líderes que subsuman la autoridad de ese primitivo poder. En Egipto lo encarna el máximo Juez que es el Faraon, y su representante para impartir justicia el Chaty. La división entre los “rule makers y the rule takers” había quedado establecida, pero segun B. Kantischaider en estas sociedades surgieron lo que el llama los principios “Puente” que implica que las personas cumplan normas compatibles con su programa genético natural.
Finalmente las comunidades virtuales procuran que la información se difunda para que se acabe la corrupción, la impunidad , los abusos y manipulaciones del poder establecido y son comunidades que se erigen como la conciencia sensora de los principios éticos transgredidos por los poderosos y que incluyen no sólo al Estado sino a los dueños del dinero. Ellos buscan el cambio con la apertura a través de poner fin al secreto, serían parte de lo que Karl Popper llamo sociedades abiertas y advieten como lo hizo en su tiempo Popper que sus enemigos son los Estados totalitarios, autoritarios, pero particularmente aquellos que esconden bajo una fachada democrática los pequeños secretos sucios. Estas sociedades virtuales han generado lo que podiamos llamar las reglas de una nueva “Ética Universal” que buscan entre otras cosas defender al individuo contra la omnipotencia del poder establecido que pretenden actuar como un “big brotrher” orweliano.
En este proceso evolutivo de las comunidades la ética que en un principio se confundio con la moral, que tiene un aspecto cultural inserto, se ha ido desarrollando en función de una nueva dupla biológico-funcional cuya espistemología se empieza a emancipar de aspectos tradicionalistas para adoptar un criterio nuevo sin ataduras religiosas o ideológicas y en donde su evolución se desarrolla en un biosistema que es el neocortex cerebral que busca domeñar a travez del razonamiento crítico y el juicio nuestros impulsos emanados de nuestro cerebro de mamífero que se asienta en el sistema límbico.
La neurociencia ha sido factor primordial en la secularización de estos principios que parecen estar de alguna manera codificados en nuestro cableado neuronal pero que se han ido modelando con los factores ambientales que privan en cada cultura. Esto lo hace a través de facilitar o inhibir programas genéticamente “preprogramados” y así orientar nuestras conductas en base a decisiones éticas que deberan imponerse muchas veces a nuestras emociones primarias.
El conocimiento, ese reino de los hombres del pensamiento que desde Platón considera a las ideas como el ladrillo constructor de nuestras acciones y la base de la filosofía se ha visto teñida desde siempre por transgresiones de parte de esos hombres que como diría Osler deberían ser el Himalaya del género humano. Es decir personas que se supone enarbolan altos principios y cuya sapiencia parece nadie dudar, han manchado en ocasiones la ciencia y el conocimiento con impensables faltas a la ética en sus investigaciones o robándole a otros su propiedad Intelectual.
Mencionaré solamente algunos entre miles de ejemplos, como el caso del Profesor Marc Hauser de Harvard que alteró sus protocolos y falsificó los datos de su investigación en varios de los reportes científicos que publicó en diversas revistas sobre las funciones cognitivas de los primates para validar una teoria basada en el concepto de la existencia de “un organo moral” parecido al que Chomsky habia avanzado 20 años antes para el lenguaje en donde suponía que había una dotación genética que era universal a todos los humanos para aprender cualquier lengua y cuyo corpus toral era la denominada “Gramática Universal”.
Este concepto aun en el lenguaje ya Chomsky lo ha abandonado o modificado, y Pinker a tratado de darle sepultura cientifica planteando el concepto de que el lenguaje es solamente otra instinto más. En la Universidad de Oviedo científicos matemáticos, plagiaron verbitem una teoría publicada en una revista China de Física poco conocida en Occidente y escrita en Mandarin y lo publicaron en una revista de ciencia Europea. También en España, científicos en Madrid en la pretigiosa revista de Microbiología estadunidense J. of Microbiology, publicaron un artículo plagiando a biólogos brasileños escrito con cinco años de anterioridad en una publicación sudamericana de escasa circulación. La lista es larga y para mayor detalle se pueden buscar las pifias y robos de propiedad Intelectual efectuadas por científicos en medicina en los anales del Journal of Ethics and Medicine” entre el 2000 y 2009. Incluso en nuesro México el gran Octavio Paz tomo el substrato básico de su libro “El laberinto de la soledad” de los escritos del Dr. Samuel Ramos psiquiatra e investigador contemporáneo de Paz y cuando uno de los poemas de nuestro Octavio fue exhibido como una copia literal de otro escrito hacía años por un desconocido poeta del cono Sur, Paz al ser cuestionado respondió: “El león vive de alimentarse de la cebra”. Aparte de él, otros grandes pensadores y Premios Nobeles han sido acusados de plagio como Lev Landeu el Físico Nuclear Ruso que copió los resultados de su discípulo Kapiza, cuyo conocimiento en el comportamiento de los gases a baja temperatura fue básico para que la Academia Sueca le otorgara en 1962 el Nobel de Física, afortunadamente la commisión Sueca reparó el daño otorgándole también 16 años más tarde el Nobel de Física a Pitor Kapisa.
Es sabido que todas las culturas tienen sus normas morales algunas asentadas en “derechos culturales” de sus poblaciones que no por eso dejan de ser abominables como la lapidación a la mujer infiel o la mutilación de los órganos sexuales en las niñas para que no tengan orgasmo y supuestamente sean siempre fieles en la cultura religiosa del Islam en Africa y medio Oriente, o bien la venta de parte de los padres de sus hijas menores cuando no pueden mantenerlas, lo cual sigue ocurriendo en el Itsmo de Teuantepec en México. A la par con esto, muchas naciones han luchado por establecer su identidad cultural como Canada, el otro vecino del gran Imperio de nuestros tiempo, que quedó mal parado hace algunos años en una muestra gastronómica internacional donde los canadienses no pudieron aportar un auténtico platillo canadiense, mientra que México despues de China y la India tiene el mayor número de platillos regionales con casi dos mil. Más recientemente Singapur admirado en el mundo por tener sus escolares el segundo lugar en las pruebas Pisa de lectura y escritura y por la eficiencia a ultranza en la recolección de basura en sus calles, en donde se prohibe la goma de mascar publicamente y su orden es paradigmático en un caótico sureste asiático ha sido denominada “ciudad genérica” y “desierto cultural” (The New York Times Julio 2011) por carecer de identidad propia.
El conocimiento tecnológico a transformado a Japón, China y Korea pero también a ocasionado catástrofes como el derivado de la contaminación radioactiva en las plantas de Fukushima después del terremoto-tsunami ocurrido a principios de año, que pudo haberse evitado si los que vigilaban (TEPKO por sus siglas en ingles Tokio Electric Power) las instalaciones hubieran alertado de ciertas fallas graves en los protocolos de mantenimiento de los reactores a los organismos gubernamentales. Este capítulo de desastre a gran escala no se ha cerrado pues existen el equivalente a cuarentas piscinas olímpicas de agua contaminada con cesio radiactivo que a la fecha no han podido limpiar. De igual magnitud o mayor pudiera ser el desastre ecológico que se prevee al terminar de construirse la presa de las tres gargantas en el río Yangtse, donde la compañía Siemens fue acusada de haber otorgado grandes sobornos al gobierno chino para obtener el contrato de los gigantescos generadores que se utilizarán en la presa, lo cual trajo como consecuencia al descubrirse estos manejos irregulares la destitución del CEO del gigante industrial alemán, o los supuestos intentos de clonación humana que se han hecho en Korea y Turquía donde las regulaciones laxas de los equivalents del FDA (por sus siglas en ingles Fedral Drug Administration) estadunidense nos se implementan cabal y éticamente.
La capacidad que ha alcanzado el conocimiento para que se den estas transformaciones a veces calamitosas y que están reevolucionando la ciencia y la sociedad debera ser custodiada por científicos investidos de un nuevo poder, el de la etocracia o el poder de los valores, particularmente en un mundo que vive un proceso de aceleración tecnológica como el actual, donde normas y legislaciones han quedado resagadas.
Es por eso que debemos cuidar que desde las aulas de las escuelas primarias nos preocupemos poque los niños no sólo aprendan matemáticas ciencia y lectura sino que también estén empapados de los conceptos éticos que serán todavía más importantes para subsistir, en un mundo tan cambiante donde la privacidad tiene que protegerse contra el asalto de las comunicaciones globales y donde los medios más que nadie, deberán adoptar una actitud de selección más acuciosa y con el rigor ético que nos merecemos los ciudadanos al publicar sus comentarios. De no ser así nos estará acechando un nuevo Leviathan que ya no es el Estado sino la media masiva que con el supuesto derecho a la información tienen la vida privada de los individuos en la antesala del cadalso del desprestigio permanente.
Es urgente y necesario que no nos quedemos a medias con la legislación que no acaba de estructurarse en forma consciente con respecto al derecho de réplica en los medios impresos o electrónicos, pues parecería que en todo momento cuando se busca defender los derechos individuales nos enfrentamos con el poder corruptor y a veces difamatorio de los dueños de los medios en este país tan vapuleado por una supuesta libertad de expresión que sólo existe como en el caso de la justicia para el que la puede comprar, haciendo así el Estado la entrega, una vez más, al mercado de privilegios y derechos cuyos garantes deberían ser nuestros gobernantes y no los mercachifles de la prensa.
Hasta cuándo estaremos como la canción vernácula de la burrinta en materia legislativa (unos pasos pa delante y otros tantos para atrás), donde timoratos y muchas veces cómplices legisladores doblegan la testa y descarrilan proyectos que parecen a todas luces buenos, por la presión de ese que llamamos el cuarto poder y que alguna vez lo denominó Denise Dresser el primer poder.
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