El Supremacismo Blanco de Trump (III)

En un momento en el que el país reflexiona sobre el racismo sistémico, Trump no sólo elude sino que niega el debate. No ha querido hablar sobre como la muerte de Floyd ha sacudido las conciencias de los estadounidenses y ha preferido no participar en los actos a su memoria en la ola de protestas que recorre el país.

Se ha posicionado abiertamente con la policía y contra los manifestantes a quiénes acusa sin pruebas de que están manejados por la extrema izquierda y por el movimiento Antifa, por lo que optó por presentarse como el presidente de ‘la ley y el orden’.

Está decidido a dar por cerrada la crisis provocada por la pandemia del coronavirus y ha anunciado su regreso a los mítines de campaña. Su primer mitin será el 19 de junio en Tulsa, Oklahoma, cuando se conmemora el final de la esclavitud en EUA. En 1921, la ciudad de Tulsa fue escenario de una masacre de cientos de afroamericanos durante unos disturbios raciales.

Esto ha sido muy criticado por los demócratas. La senadora Kamala Harris, quién es la posible vicepresidenta de Joe Biden señaló que esta declaración de Trump ‘no solo es un guiño a los supremacistas blancos, sino que les está dando una fiesta de bienvenida a casa’.

Después de esta posición tan absurda de Trump, conviene mencionar que subsiste un problema muy grave y actual en los Estados Unidos, ya que hay una pugna entre los altos jefes militares y la Casa Blanca, donde todavía no se sabe si podrán ponerse de acuerdo o aumentarán las diferencias entre militares y la Casa Blanca, que podrían significar el fin absoluto del gran imperio estadounidense.