A raíz de las protestas por la muerte de George Floyd a manos de la policía estadounidense ha llevado a Trump a un conflicto interno muy grave en el que se enfrenta a los símbolos históricos de la formación de los Estados Unidos.
La defensa que hace Trump de los nombres de los confederados se produce cuando todo el país quiere retirar del espacio público los monumentos de grandes figuras de los Estados secesionistas del sur que defienden la supremacía blanca y la esclavitud.
Nancy Pelosi, la lideresa demócrata pidió que se retiren 11 monumentos de grandes figuras de confederados después de que el gobernador de Virginia, Ralph Northman anunció que quitaría la estatua del general Lee de un monumento en Richmond que fuera la capital de los confederados. En esa misma ciudad fue vandalizada y derribada una estatua en honor a Jefferson Davis, presidente de la Confederación.
También la figura de Cristóbal Colón está siendo objeto de daños en esta estela de protestas. Además de la decapitación y derribo de estatuas del conquistador en Boston, en Richmond, y otras dos estatuas en Houston y en Miami.
El año pasado, cuando Washington DC se sumó a los Estados que cambiaron la festividad del Día de Colón por la de los Pueblos Indígenas Trump expresó en contra en forma vehemente.