El Nuevo Socialismo de Francia

El actual nuevo Ministro de Economía de Francia Emmanuel Macron es un tecnócrata de solo 36 años de edad quién está a favor de los empresarios para tratar de incrementar el número de empleados mediante la creación de un nuevo modelo de contrato social de trabajo. La semana pasada, el gobierno de Hollande emitió una declaración contra la ‘austeridad’ impuesta por los alemanes en Europa, buscando un crecimiento económico real y sostenido en la zona del euro. A pesar de que anunció 63 mil millones de dólares en recortes de gastos para los próximos tres años, el Gobierno dijo que no cumpliría con los objetivos de déficit impuestos por la Unión Europea, por lo menos hasta el 2017.

Señaló Hollande que enfrentará a Bruselas, ya que tiene la intención de empezar a trazar su propio rumbo económico en modelos destinados a conservar muchos de los programas sociales del país, al mismo tiempo de que tratará de aumentar su competitividad en el mundo global. Aunque ayer lunes 6 de octubre hubo informes de la prensa europea indicando que la Comisión Europea estaba preparándose para censurar a Francia cuando se revise su nuevo presupuesto, sin embargo, no se espera que Bruselas haga comentarios hasta después de que Francia presente de manera oficial su nuevo presupuesto el próximo 15 de octubre.

El trabajo de Macron para vender el nuevo modelo económico de Hollande no solo se refiere al factor de los empresarios, sino a toda la población francesa. En palabras de Macron ‘Francia es un país fuerte y rico’ en función de sus fuentes de investigación y desarrollo, de su sistema educativo y de las inversiones de empresas extranjeras de clase mundial, ‘pero siempre estamos obsesionados por nuestras propias debilidades. Somos una especie de Estado francés de la mente’.

Macron trabajó durante cuatro años en el Grupo Rothschild y dice que se ha inspirado en el Silicón Valley para crear un nuevo criterio de mentalidad económica. Lo que significaría ayudar al Sr. Hollande en impulsar a un nuevo país abierto a todos los negocios y sin miedo a la globalización, pero sin perder nunca la conciencia de un país igualitario. No se trata – dice Macron – de destruir el modelo francés para convertirse en el ‘Reino Unido de los Estados Unidos’, sino de crear un debate sobre la desigualdad que hay y entender que para lo sociedad francesa no sería soportable un alto nivel de desigualdad.

Al mismo tiempo que los líderes empresariales franceses aplaudieron la noticia al ver en Macron una nueva esperanza para una profunda reforma económica y financiera, los socialistas de la vieja izquierda y los sindicalistas expresaban su cautela e indignación por lo que ellos consideraban una alta traición de Hollande al expulsar al socialista Monteburg del Ministerio de Economía para ser reemplazado por el derechista Macron. La mayoría de los medios de comunicación franceses han calificado a Macron como el ‘Cerebro Derecho de Hollande’ en referencia a su influencia económica de tendencia derechista.

No obstante, existen brillantes pensadores y economistas franceses de gran experiencia que consideran no es de una derecha advenediza ni es un inexperto. Según Jacques Attali, quién ha sido asesor de varios presidentes, Macron también quiere luchar contra la desigualdad y se preocupa por el impacto que tiene en la sociedad civil. Macron conoció a Hollande en el 2007 en una fiesta en casa de Attali justo cuando acababa de tener un cambio sorprendente en su forma de pensar, ya que al terminar su carrera de filosofía, donde trabajó con el brillante especialista en el estudio de la conciencia humana Paul Ricoeur y había hecho una maestría sobre la actividad política de Maquiavelo y consideraba que ya tenía una buena base para intervenir en la navegación de los poderes políticos de París.

Entonces entró a la École National d´ Administración, el lugar más adecuado para entrenar a la élite gubernamental de Francia y en el 2007 se casó con su maestra de francés en la secundaria Brigitte Trogneu, quién era 20 años mayor que él y entró a trabajar con Rothschild en París en el 2008, donde se volvió millonario en muy corto plazo. Cuando Hollande triunfó en el 2012 había hecho campaña en una plataforma clásica de izquierda en la que prometía mayor seguridad para la clase media y más impuestos para los ricos. Pero detrás de ese escenario electorero llamó a Macron como su asesor informal para asegurar a la comunidad de negocios, ya que estaba abierto a las reformas que ayudarían a las empresas a crear nuevos puestos de trabajo y sacar a Francia de su bajo índice de crecimiento económico y del desempleo.

Lo primero que hizo Macron fue convencer a Hollande de cancelar su propuesta de cargar con el 75% de impuestos a quiénes tenían ingresos superiores a un millón de euros, y aunque Hollande se pasó dos años tratando de parecer socialista del viejo modelo, en el 2012 lo nombró como su principal asesor económico y le ayudó a redactar el ‘Pacto de Responsabilidades’ para propiciar una mayor flexibilidad en el mercado laboral, mientras prometía a los empresarios recortar 40 mil millones de euros a cambio de que hicieran más contrataciones. Decía Macron que se tenía que racionalizar y modernizar el Estado de bienestar francés que ya no funcionaba.

Según Macron, ser socialista en la actualidad no sólo significa defender a los desempleados, sino también a los empresarios que quieren crear una empresa y a los que necesitan empleos en general. ‘Tenemos que cambiar el modelo social actual de muchas protecciones formales para poder aflojar los cuellos de botella de la economía’. Reconoce que eso no será una tarea fácil pero advierte que no hay más remedio que reformar a Francia de acuerdo con la realidad actual. ‘Probablemente será doloroso y tal vez podríamos fallar al final, pero con cambios en el modelo actual Francia tendrá éxito tarde o temprano’.

Adenda: En cierta forma, Francia, a diferencia de los demás países de Occidente no intenta establecer un gobierno neofascista que controle a sus clases populares mediante la policía, ‘la inteligencia’ o la fuerza bélica, sino, como siempre – desde fines del siglo 18 – busca una pauta original para la libertad individual, la igualdad y la fraternidad.