No hay duda de que la reinstalación de la ‘dictadura perfecta’ en el Gobierno de México combinada con la fuerte dosis de dominio que ejerce Washington está propiciando una serie de problemas en la estructura interna del país que ofrecen un panorama lleno de conflictos de toda índole y convierten a México en la única nación latinoamericana que carece de desarrollo y de futuro a corto y largo plazo. Quizá su parte más conflictiva ha sido la implementación al vapor de reformas constitucionales planeadas por empresarios de una pequeña élite y de políticos totalmente ajenos a los intereses de la mayoría de los mexicanos. En este momento está a punto de estallar un grave problema nacional con las legislaciones y normas derivadas de la reforma energética que permitirán la entrada de empresas extranjeras a instalar sus expendios de gasolina y diesel en territorio mexicano.
Según la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (AMEGA), en el presente año las cifras de los precios de la gasolina en México han variado de 12.32 pesos mexicanos en enero del 2014 hasta 13.13 que alcanzarán en octubre 14 de este mismo año. Mientras que el precio de la gasolina en los Estados Unidos fue de 11.16 pesos mexicanos en enero de este año, alcanzando su cifra máxima de 12.62 en junio 14 y llegando a bajar hasta 11.00 pesos mexicanos en octubre de este mismo año. Esta situación ha echado por tierra los planes de quiénes planearon y realizaron la privatización de Pemex y de la CFE, ya que al mismo tiempo el precio del petróleo sigue cayendo en todo el mundo debido a un superávit de recursos almacenados y a que la producción en Estados Unidos alcanzó la cifra de 8.87 millones de barriles diarios a mediados de septiembre según reporte de la Agencia Nacional de Energía, por lo que existe una disminución notable en las importaciones estadounidenses.
Desde el pasado mes de mayo, la compra de petróleo por los Estados Unidos disminuyó en 1.24 millones de barriles por día y constituyen el menor volumen de importación que ha existido en los últimos años. A pesar de que la Secretaría de Hacienda de México bajó el precio estimado del barril de petróleo hasta 80 dólares para el 2015 es inevitable el endeudamiento del Gobierno y no se le ocurre otra opción para reponer ese ingreso vital, ya que no plantea la disminución del gasto público ni cualquier otra fuente de ingresos para el Estado. Mientras tanto, la Agencia Nacional de Energía de los Estados Unidos señala que es probable una baja de la gasolina hasta 10 pesos mexicanos por litro para el Día de Acción de Gracias del próximo mes de noviembre.
Según la AMEGAS corre el rumor de que el Gobierno de México aprobará la importación de gasolina y de diesel en cualquier momento, lo que causaría graves consecuencias sociales para los mexicanos con el despido de 400 mil empleados de las gasolineras que laboran en las casi 11 mil gasolineras que operan en México, de modo que todo sale al revés de como la planteó Peña Nieto con una reforma energética que prometía 500 mil empleos para el 2018 y ahora ocasiona de inmediato un desempleo de 400 mil, además de los pagos que tendrán que realizar los empresarios gasolineros actuales por la indemnización de sus empleados.
El problema se agrava aún más porque las empresas extranjeras que vendrán a México, como la Shell, Mobil Exxon, Chevron, British Petroleum, Texaco, Petrobras y otras más no utilizan despachadores en sus expendios de gasolina y diesel. Para poder competir la red de gasolineras actuales tendrán que despedir a sus trabajadores desde el momento en que se apruebe la llegada de empresas extranjeras. Además, en cualquier término de tiempo en que se llegasen a aprobar su entrada será muy difícil que Pemex llegue a tener la capacidad técnica y financiera para competir con las gasolinas extranjeras, ya que los productos mexicanos básicos como la Magna, Premium y el Diesel no están en condiciones de competir en calidad y precio con los extranjeros y requieren de inversiones multimillonarias para igualarlas.
Según Pablo González, presidente de AMEGAS, desde hace diez años las gasolinas mexicanas no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-086-SEMARNAT-SENER-SCFI-2005 que especifica el octanaje para la gasolina, el cetanaje del diesel y los niveles máximos de azufre. También advierte la AMEGAS que con la apertura ‘fast track’ de las gasolinas y el diesel importados, sin la asistencia del Gobierno federal se propiciará el incremento del mercado ilícito de combustibles, al no haber parámetros para determinar si las empresas privadas extranjeras y nacionales cumplen con la calidad especificada del energético y con el volumen de lo que venden. Al no existir ninguna autoridad que verifique si el producto importado es legal o ilegal y quien vigile la calidad, es muy probable que se vendan combustibles de todas las calidades, desechos de refinerías ‘pale oil’ o los denominados ‘guachicales’ en contra de la salud de los mexicanos.
Adenda: Es obvio que el sector de los empresarios que han controlado durante 70 años la comercialización de los productos derivados del petróleo estén preocupados porque los van a poner a competir con otros más avanzados tecnológicamente, aunque no menos ambiciosos y corruptos. Pero el propósito de este artículo no es hacer una calificación ética, sino poner a la vista de los lectores, que nuestro Gobierno federal y sus Legisladores no han tenido la menor idea de una planeación estratégica con la supuesta ‘reforma energética’ y conducen a México al fracaso total. Quizá no sea tanta la subordinación a los Estados Unidos, como la falta de patriotismo y de inteligencia.