Dice Bill Gates que va a nacer un nuevo mundo donde los estados intervengan más y los mercados estarán más regulados, en particular los que hoy vemos como vitales. Se refiere a la salud, a los alimentos y al crédito que quizá tendrá que ser restringido. Pero también puede llevar a que el Estado limite las libertades individuales controlando a los ciudadanos y a lo que ellos hacen.
Si la Unión Europea no responde de manera enérgica a esta situación, el descontento que va a haber en los países más afectados por la crisis financiera va a generar un aumento del sentimiento antieuropeo.
Las situaciones de intercambio y de solidaridad entre los países de la Unión Europea van a ser muy afectados. Lo que generará un mayor riesgo autoritario. O sea que puede surgir una crisis de autoritarismo.
Ahora mismo es imposible predecir cómo va a ser el futuro en un mundo tan diferente del actual. Se puede predecir un mundo donde los Estados van a tener una importancia muy grande en la economía. Todos comprenden que ahora mismo el Estado tiene que ejercer un papel muy importante en la protección de la economía.
El Estado deberá hacer que el crédito circule y que se recupere la economía. Habrá una especie de gripe permanente que podrá tardar décadas en recuperarse.