En estos momentos históricos, el mundo requiere que el liderazgo estadounidense recuerde que el respeto a la libertad y a la dignidad humana es el mejor camino para toda la humanidad.
Aunque el modelo de Pekín donde el partido-estado autoritario podría lucir atractivo para algunos países, no se puede emular de forma generalizada, ya que depende de la historia y de la cultura de China y el modelo solo puede funcionar allá. Mientras que la democracia se basa en principios universales que se pueden seguir en todas partes del mundo.
Si Occidente no logra recuperar su fe en el poder universal de la democracia, desde India hasta Indonesia y desde Ghana hasta Uruguay, China podría tomar el control del mundo, tal y como se encuentra ahora mismo.