Nadie se atreve a mencionar en esta plena crisis la ruptura de la cohesión social, ya que no se atienden las necesidades básicas de los desplazados, refugiados y hambrientos de todo el mundo que pueden producir levantamientos de gran magnitud magnitud y de graves consecuencias. De todos modos este escenario se ve lejano todavía, ya que las crisis humanitarias también generan actitudes solidarias en los pueblos que no aparecen en este momento.
Además, habrán cambios fundamentales en las formas de organización laboral. Quienes se acostumbran a trabajar en forma remota ya no querrán hacer largos viajes cada mañana o cada noche para cumplir con un trabajo que pueden hacer en sus casas. Tampoco los empresarios que descubran que el teletrabajo les puede ahorrar mucho dinero. Por lo que el sistema G5 de transmisión de datos se impondrá en muy corto tiempo.
También se consolidarán ciertas industrias y otras desaparecerán. Es probable que estemos muy cerca de la extinción final de los medios de comunicación impresos. La crisis también puede perder adeptos. El transporte público tendrá que adaptarse. Todo lo digital se va a consolidar. Se va a revalorizar la vida al aire libre y se evitarán aglomeraciones.