Antecedentes.- Desde el año de 1968 no se había creado un movimiento social autónomo de las juventudes mexicanas, hasta hace unas cuantas semanas cuando apareció el movimiento denominado # Yo soy 132. Tal como sucedió en aquel entonces, fueron los jóvenes universitarios quiénes percibieron, antes que nadie, los fuertes cambios que ocurrían en la Sociedad Occidental y en gran parte del mundo islámico.
Los elementos más visibles de aquella nueva etapa de la sociedad de Occidente eran el repudio a la xenofobia, el temor que generaba la Guerra Fría y el colapso anunciado del socialismo real de la Unión Soviética. En un menor grado se percibía el nacimiento de un nuevo mundo global, en donde se iban esfumando las fronteras geográficas y culturales de muchas naciones, además del surgimiento del medio televisivo como la principal forma de comunicación social y de control político.
Características fundamentales de # Yo soy 132.- Quizá las dos características más importantes de este nuevo fenómeno global que pretende acotar el dominio agobiante de las élites multimillonarias en todo el mundo son que no se pretende lograrlo a través de una transformación del Estado, como sucedió en el pasado, ni de hacerlo por medio de la violencia, sino mediante el uso de las redes sociales que son una nueva forma de comunicación social, política y cultural muy diferente al medio televisivo y al uso de la palabra oral y escrita que habían prevalecido desde que apareció el alfabeto impreso hasta que fue sustituido por la imagen cinematográfica y luego la televisiva en el transcurso del siglo 20.
Otra característica singular de este nuevo movimiento social y cultural es que no tiene un liderazgo visible, ya que no combate a una ideología específica, sino que trata de desarticular una concepción del mundo que es injusta, va cada día en aumento y produce efectos dañinos a la mayor parte de la sociedad. Esta particular situación ha dificultado el uso de la represión y del control por los regímenes dominantes de todos los Estados y plantea, como en 1968, la inminente realización de grandes cambios en la normatividad y en la operación económica, financiera y policial de todo el mundo actual. Aunque es obvio que esto no sucederá con los regímenes abiertamente dictatoriales como China y Rusia, habrá de menguar mucho su desarrollo económico y su influencia geopolítica.
Como otro elemento visible de este fenómeno social está su carácter global. De la misma forma en que aparece en México como # Yo soy 132, posee sus equivalentes con ‘los indignados’ en España, ‘Occupy Wall Street’ en los Estados Unidos o ‘Kinima Aganaxtismenon Politon (Movimiento de Ciudadanos Indignados) de Grecia y en la mayoría de los países del mundo. Siempre son juventudes que perciben de forma totalmente racional como la nueva sociedad regida por élites multimillonarias pretende alejarlos de las herramientas que le permitirían ascender en la escala social de satisfactores materiales servicios sociales y derechos humanos fundamentales.
Secresía e Invulnerabilidad.- Por fortuna, este movimiento social se lleva a cabo dentro de la nueva tecnología de comunicación digital. Esto aporta un valioso elemento de seguridad contra el espionaje y la fuerza policial de la poliarquía reinante. En el caso particular de México, los organizadores de este movimiento han sido representados en ‘la red’ por ‘Anonymous’, el misterioso personaje de la película inglesa ‘V for Vendetta’, mediante el cual se establece una barrera inexpugnable contra sus poderosos enemigos, quienes a pesar de sus riquezas y sofisticados sistemas de espionaje carecen del desarrollo tecnológico que les permita acechar en sus redes sociales y aún de los argumentos racionales para disuadir a una juventud ilustrada en un nuevo alfabeto, poseedora de nuevos paradigmas, donde la ambición, la envidia, la hipocresía, las mitologías divinas, la xenofobia y la mayoría de las instituciones que surgieron del maridaje entre la Ilustración y las mitologías francmasónicas han desaparecido por completo.
La lucha empieza.- El nacimiento del movimiento # Yo soy 132 apenas ocurrió en junio pasado, aun cuando en la mayoría de sus similares en el mundo Occidental, el Gran Medio Oriente, más la ruta del Sudeste Asiático y Oceanía este fenómeno social se inició hace varios años, sin que hasta la fecha pueda hablarse de un avance importante de este movimiento. Desde Marruecos hasta Egipto en el Norte de Africa y por todos los litorales del Mar Rojo hasta dar la vuelta hacia el Estrecho de Ormuz y los países del Medio Oriente, nada ha pasado hasta ahora, ya que las fuerzas del Imperio Norteamericano, asociadas con sus ad láteres europeos y sus incondicionales israelitas han seguido un proceso de sustituir a sus viejos dictadores por otros dictadores no tan viejos pero que obedezcan minuciosamente cada orden dictada por el Imperio.
El fenómeno en Latinoamérica.- Las liberaciones de naciones sudamericanas de la hegemonía de Norteamericana no obedecen al desarrollo de este nuevo fenómeno social contra las poliarquías dominantes en el mundo, sino a la astucia de ciertos dirigentes de Sudamérica que lograron traspasar sus deudas nacionales con los Estados Unidos a otras naciones poderosas, como China, Japón y Alemania, como sucedió en el caso de Brasil y está sucediendo con Argentina, Chile y Uruguay, más algunos remanentes del frustrado socialismo ruso, como son los casos de Venezuela, Cuba, Nicaragua y en menor grado Ecuador y Bolivia.
Prospectiva de corto plazo.- Aún cuando todos los elementos que conforman esta nueva visión del mundo de jóvenes ilustrados, con profunda conciencia moral, nueva visión del mundo real y la pasión congénita de la juventud, los avances de esta maravillosa fuerza serán relativamente escasos, por lo menos en México, ya que nuestros paisanos están convencidos, desde hace dos generaciones que los Estados Unidos es la mejor nación del mundo y cualquier persona que logre un ingreso razonable que le permita sobrevivir y alcanzar algunas frivolidades debe, sin duda, educar a sus hijos dentro de la visión que tienen las universidades norteamericanas.
Quienes consideran otras opciones para el futuro de las nuevas generaciones son considerados como ‘loosers’ de vocación, como izquierdistas, o como ‘iconoclastas’.
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