El Exitoso ‘reality show’ de Trump

De acuerdo a lo que permiten ver los canales televisivos y lo que comentan la mayoría de los expertos en política electoral de los Estados Unidos, los aspirantes a la presidencia suben a los escenarios en medio del griterío de sus seguidores y de los ruidosos y luminosos mensajes masmediáticos que continúan apoyándose en los valores tradicionales de la familia, la supuesta igualdad entre todos los seres humanos y los conceptos más arcaicos del capitalismo. Según Jim Warlick, un conocido experto en comunicación política, el internet está desplazando a la televisión como principal medio de propaganda de los candidatos presidenciales en la última década.

Dice Warlick que los estadounidenses han convertido a los procesos electorales en una exitosa forma de negocio y de espectáculo. Desde hace mucho tiempo, el dinero ha sido el componente fundamental de las campañas políticas en Estados Unidos. Es increíble la cantidad de dinero que mucha gente invierte en la carrera hacia la presidencia. Destacando los grupos de acción política de los ‘SuperPAC’ (Political Action Committes) que permiten a grupos independientes recaudar dinero en forma discrecional para los candidatos.

Según Anthony Corrado, profesor de política del Colby College de Maine, las actuales elecciones presidenciales serán el mayor gasto mediático de toda la historia. Calcula que al final de los procesos electorales actuales, entre los candidatos de los partidos Demócrata y Republicano habrán gastado 4,500 millones de dólares. Mucho más que los 3,800 que se gastaron en el 2012. La mayor parte de dichos fondos se aplican a anuncios televisivos que tratan de dar una nueva imagen a los candidatos que ya lo fueron en otras ocasiones como el caso de Hilary Clinton o para criticar y devaluar a sus enemigos de partido como lo ha hecho Trump con Ted Cruz por ser un defensor de la inmigración.

Según el profesor Corrado, los candidatos requieren de la televisión para poder llegar a una gran base de votantes que no participan en la vida política cotidiana. Además del apoyo de los Twiters, Facebook y redes sociales – tal como sucedió cuando Obama alcanzó el triunfo en las elecciones del 2008 y el 2012 – de modo que estos nuevos medios no solo llegan al votante, sino que fabrican historias de todo tipo. Como ha sucedido con Trump en el uso del Twiter, con el que ha logrado captar a todos los medios.

Con su técnica del ‘reality show’ donde insulta a todo mundo, Trump ha gastado menos dinero que sus contrincantes y ha logrado acaparar más de la mitad de la cobertura mediática de sus contrincantes republicanos y su negocio de insultar por sistema ha sido redondo. Con solo 10 millones de dólares, Trump ha pagado anuncios en los medios norteamericanos, pero la atención que ha generado le ha valido una cobertura mediática equivalente a 1898 millones de dólares en 9 meses de contienda, según estudio realizado por The New York Times a partir de los índices de los estudios de Media Quad y SMG Delta.

Dicho de otra forma, el magnate inmobiliario ha pagado solo el 0.5% del valor total de su atención mediática y ha logrado acaparar la atención con esa simple estrategia en un entorno donde se privilegia la espectacularidad del mal. Eligiendo un discurso de odio en contra de todo lo que no sea anglosajón, blanco y protestante (wasp). En forma particular contra los mexicanos y sin dejar de responder a nadie por lo que genera una espiral de atención.

Al margen de que son muy pocos los que hablan bien de Trump, su mensaje de odio ha logrado la devaluación casi total de la democracia estadounidense y que los procesos electorales dependan cada día más del show mediático y de la baja racionalidad de la población. Algo similar al ‘reality show’ que provoca la interacción de las audiencias clasemedieras que han ido empobreciendo durante las últimas décadas debido al estancamiento de la economía norteamericana.

Lo único que ahora preocupa a Trump es que lo ignoren y que la descendiente clase media estadounidense apague sus televisores y las redes sociales cuando hace sus ataques masivos de odio. No obstante ha logrado el equivalente a casi 2,000 millones de dólares de cobertura mediática que rebasan la suma de las coberturas de sus 13 iniciales rivales republicanos, quiénes juntos apenas suman el equivalente a 1159 millones de dólares.

Con su campaña de odio, Trump está demostrando que la verdadera crisis de los Estado Unidos no ocurrió en Wall Street en el 2008, sino en el seno de un sistema político que ha privilegiado el espectáculo sobre la sustancia y la estridencia sobre la coherencia. Eligiendo como punto de ataque la detención de la migración de mexicanos hacia los Estados Unidos y construyendo un muro en la frontera entre ambos países con recursos de los mexicanos.

Mientras los demás precandidatos republicanos han quedado atrapados dentro de su ‘reality show’ que exhibe el odio, la xenofobia, la ignorancia y el fundamentalismo como los elementos básicos de su modelo político.

Adenda: Aunque es muy difícil que Trump llegase a alcanzar la presidencia de los Estados Unidos, es importante observar la enorme decadencia de la nación que durante más de doscientos años fue considerada como la líder natural de Occidente y del mundo en general.

Quizá sea debido a que la conciencia moral y los valores positivos que un día le dieron fuerza a sus fundadores para crear una gran nación han ido desapareciendo, dejando actuar a las conductas negativas que siempre han existido en el ser humano, como la ambición, la venganza, la violencia, el individualismo, el mesianismo y a todas las fuerzas inherentes a la naturaleza humana que han generado la permanente lucha entre los seres humanos desde que surgió la primera sociedad tribal en el neolítico.