Los efectos del llamado ‘cerebro pandémico’ van mucho mas allá de una afectación de la memoria o de un retroceso en la capacidad de aprendizaje, ya que son muchos los receptores sensibles al cortisol y varias redes neuronales son afectadas.
Hay cambios de humor frecuentes, sensaciones de miedo y dificultad para concentrarse sin titubear. Esto se debe a que este fenómeno impacta en el sistema límbico y en la amígdala que está encargada de hacernos sentir las emociones.
También surgen consecuencias fisiológicas, cambiando el sueño, el apetito y la fatiga, aunque en grados muy diferentes en las distintas personas. Además del estrés crónico puede aparecer el estrés postraumático incrementándose la inestabilidad de la salud mental, la depresión, el dolor y la ansiedad.
Se observa mayor resiliencia en quiénes tienen diseñadas estrategias durante los confinamientos para mantenerse sanos mediante el ejercicio físico. Dice la doctora Sahakian que es muy conveniente dormir, comer y hacer ejercicio físico siempre a la misma hora para que el cerebro pueda recuperarse.