Delaware, Paraíso Corporativo

Inspirados por la errónea creencia nacida en el período neolítico de que los bienes materiales deben ser transferidos a sus legítimos sucesores, al margen de que hayan sido adquiridos mediante fórmulas inicuas o violentas, conforme han transcurrido los procesos de evolución de la sociedad humana, quiénes se han apoderado de la mayor cantidad de riquezas y de bienes materiales siguen elaborando mecanismos de toda clase para conservarlos y transmitirlos a sus herederos o a sus amigos más cercanos.

Aunque este criterio se extiende a todas las etnias y naciones del mundo, durante los últimos tres siglos, dicha acumulación de riquezas se ha profundizado en los países de Occidente y particularmente en los Estados Unidos. Por lo que hace cien años, la pequeña élite de macro millonarios del mundo elaboró un sistema de producción de dinero impreso que les permite controlar los flujos de la riqueza y la renta que genera, al margen de problemas políticos y del ejercicio de la violencia. Con la formación del Banco Central de los Estados Unidos en 1913, las principales familias de macro millonarios del mundo lograron ese propósito y no se ve forma de que cambie en el corto plazo.

No obstante, al margen de esta micro élite de mega millonarios existe un importante número de grandes millonarios que no alcanzan el nivel de la docena de familias que tienen la mayor parte de la riqueza mundial y que intentan legitimarlas mediante otro proceso diferente al del Banco Central que emite dinero, cobra intereses y luego lo rescata en forma de bienes materiales y al igual que todos los ricos de la historia, intentan conservarlo y heredarlo de forma discrecional ad aeternum.

Con motivo de la muy reciente divulgación de los ‘papeles de Panamá’, donde se publicaron los nombres de más de 140 familias que ya están en un nivel alto de riqueza y desean ocultarla y pagar al Estado la menor cantidad de impuestos posible, ha salido a la luz pública la existencia de otros paraísos fiscales dentro del territorio estadounidense, donde destaca el estado de Delaware.

Después de Rhode Island, el estado más pequeño de los Estados Unidos y con un pequeño número de pobladores es el estado de Delaware. A pesar de ser tan pequeño y con una población muy baja, Delaware alberga sedes de más de 250 mil empresas. Este pequeño estado es una jurisdicción offshore corporativa donde su legislación permite la exención de impuestos para sociedades limitadas (LLC) en manos de extranjeros no residentes, siempre y cuando no operen dentro del estado.

Las filiales de los holdings empresariales están exentas de impuestos, por lo que muchas corporaciones establecen su sede central en Delaware y sus filiales operativas en otros estados o países. Según el estudio del Instituto de Política Fiscal y Económica, el 58% de las empresas de Fortune 500 (las tiendas de Walmart) tienen sede en Delaware.

Otra gran ventaja que ofrece Delaware sobre los demás estados que facilitan la evasión fiscal y el lavado de dinero en los Estados Unidos es que todos los cargos pueden ser ostentados por una sola persona, quién además puede ser el único accionista y no requiere ser estadounidense ni residente en ese país.

La jurisdicción fiscal de Delaware ha atraído a un buen número de bancos y entidades de crédito, debido a que no hay regulación sobre la usura. Mientras que la mayoría de los otros estados tienen tasas de interés máximas establecidas por las leyes federales y permiten que un banco nacional pueda acogerse a las leyes de la jurisdicción de su sede principal.

Las tasas gubernamentales pagadas por las empresas establecidas en Delaware permiten que este estado sea uno de los cinco de Estados Unidos sin impuestos sobre las ventas, además de Alaska, Montana, New Hampshire y Oregon. Y el impuesto sobre sociedades que se aplica a las empresas en el estado es de 8.7% que es mayor al de otros estados.

Los impuestos para corporaciones sin presencia física o que son operados desde el extranjero se calculan con una fórmula muy compleja en función del número de acciones emitidas y el capital de valor nominal con cantidades que van desde un mínimo de 175 dólares a un máximo de 180 mil dólares por año.

Debido a su vasta experiencia, los tribunales de Delaware tienen un sistema de jurisprudencia más desarrollado que otros estados, ya que sirve para dar a las empresas mayor orientación sobre cuestiones de gobierno corporativo y de responsabilidades en las transacciones. Por lo que una empresa de Delaware puede operar de forma anónima a través de un ‘agente autorizado’ con el que se crea la compañía.

Esto da una gran ventaja en los juicios civiles, donde no se pueden divulgar los nombres de los propietarios, por lo que no pueden ser demandados juntos con la empresa. Las empresas tienen que presentar un informe anual con el nombre y dirección de uno de los miembros de la junta directiva y la identidad de todos los directores. Pero los accionistas no aparecen en el informe anual y no se reportan al estado.

Algunas de las firmas fiscales de Delaware son American Airlines, Apple, Amazon, Coca Cola, Facebook, Ford, General Electric, Google, JP Morgan, Twitter, Visa y Wallmart. Aunque también hay multinacionales extranjeras, sobre todo españolas. En el 2013 se habían registrado 352 filiales de empresas que cotizan en el Ibex 35, en el Banco Santander, en Iberdrola y en ACS.

Adenda: Nadie puede entender como sobrevivirán los Estados si sus principales causantes se empeñan en no pagar impuestos. Y nadie comprende para que servirán las riquezas ocultas en un mundo colapsado por el cambio climático, la demografía creciente, las migraciones, el terrorismo, las endemias y el odio creciente entre las diferentes etnias, culturas y mitologías.